Nosotras estamos, creemos, creamos y construimos nuevas realidades; y, una y otra vez, nuestra presencia no solo es cuestionada, sino que nuestro rol fundante en estos procesos es cuestionado. La representación de Cristina como “rehén de Máximo” y el ataque dirigido a nuestra compañera Mayra Mendoza están teñidos de la más burda misoginia.