El entramado económico, judicial y mediático que viene condicionando al gobierno del PT desde su asunción ha dado un paso más en su estrategia golpista con la infame detención del compañero Lula, que no tiene asidero jurídico ni legal, ya que Lula nunca se opuso a colaborar en la investigación.
Sucede que la causa en sí, la llamada “Operación Lava Jatoˮ fue pensada como una estrategia política y mediática desde antes de ponerla en marcha por el propio juez, una especie de telenovela de chantaje público al servicio del desgaste del gobierno y del PT.
El carácter mediático y grotesco de esta operación sólo se explica por la gigantesca expectativa y apoyo masivo que despertó la posibilidad de que Lula sea nuevamente candidato a presidente en 2018. Con esta medida, no se trata de combatir la corrupción sino de erosionar políticamente la figura de Lula, que es hoy la principal carta que tiene el pueblo brasileño para salir de la encerrona política en la que están sometiendo al gobierno de Dilma.
Los pueblos de la región vivimos en un punto de inflexión: vienen por nuestras conquistas y a través del ataque a aquellos compañeros y compañeras que sintetizan la lucha, los sueños y las esperanzas de los humildes quieren hacer realidad el famoso “fin de cicloˮ. Su único límite es el pueblo movilizado.
Los militantes de la Patria Grande no vamos a quedarnos de brazos cruzados ante esta nueva provocación.
Todo el apoyo a Lula, Dilma y el pueblo brasileño.
