La Cámpora en Filosofía y Letras – UBA despide con mucho dolor y profundo agradecimiento a la compañera Florencia Jakubowicz.
El 13 de abril de 2016, con nuestra conducción agredida por la jauría mafiosa del juez Bonadío, el poder especulaba con que nadie asistiría, que todo había sido un gran simulacro, que sin el gobierno nacional la militancia se esfumaría. Lo equivocados que estaban. Medio millón de personas revalidamos nuestro compromiso poniendo el cuerpo, acompañando a Cristina a declarar en la primera de mil citaciones y en la primera de mil causas. Había que estar; y estuvimos.
La escena dantesca a la que el presidente Milei sometió en horas de la madrugada a los argentinos por cadena nacional, apenas 48 horas después del Día de los veteranos y caídos en la Guerra de Malvinas, habilitando políticamente a la jefa militar de Estados Unidos para el Cono Sur a supervisar y accionar sobre la seguridad en nuestro Atlántico Sur, es de una gravedad inusitada para la geopolítica argentina.
Ante el ajuste de Milei, más organización y construcción de nuevos desafíos para defender y mejorar la educación pública.
Un 9 de abril como hoy, pero de 1949, Juan Domingo Perón clausuraba el Primer Congreso Nacional de Filosofía en la ciudad de Mendoza, en la joven UNCuyo, con la presentación de una conferencia que luego se publicaría como “La comunidad organizada”.
Las Universidades Nacionales de la Argentina atraviesan una situación inédita en la historia: el presupuesto no alcanza para hacer frente a los pagos necesarios para mantenerlas abiertas, corriendo el riesgo de que millones de estudiantes se queden sin estudios, mientras que miles de docentes y no docentes están sufriendo un ajuste brutal en sus ingresos y ven peligrar sus fuentes de trabajo, de las que dependen miles de familias argentinas.
El 6 de abril de 2010 Cristina lanzó el programa Conectar Igualdad, la política pública de inclusión digital educativa más importante y disruptiva en la historia de la región. Desde aquel año hasta el 2015, el programa entregó 5 millones de notebooks, con contenidos pedagógicos y formativos y un software libre, estatal y soberano. Además, se incluyeron sistemas digitales para instituciones educativas y adaptaciones tecnológicas en escuelas especiales de todo el país.
“Él me decía que era una presidenta Malvinera: y sí, lo era”, afirmó Cristina al cumplirse 40 años de la guerra de Malvinas. Ese sentimiento es el mismo que atraviesa la historia del pueblo argentino desde su usurpación en 1833 por las fuerzas británicas y que está marcada por aquella guerra que nunca debió suceder, a la que fueron miles de pibes sin recursos ni preparación para defender la soberanía nacional en nuestra perla austral, en 1982.