Política

Hasta siempre querida compañera Alicia Galindo

Lamentamos despedir a nuestra compañera Alicia, militante, comprometida con las causas justas y leal a sus convicciones hasta el último día. Nos cuidó como a sus hijos e hijas. Hoy el Barrio Padre Mugica, Villa 31, está de luto.

por La Cámpora

18 abr 2023

Alicia llevaba adelante el comedor Estrella de Belén de hace más de 30 años junto a su compañero el Oso Giracoy que falleció en pandemia, fue presidenta de una cooperativa de trabajo de mujeres y referenta de la Unidad Básica Mujeres Pingüinas. En estos últimos tiempos, a pesar de sus problemas de salud, estuvo al frente del centro de jubilados Papa Francisco. Militó sin parar desde el día uno, enfrentando los desalojos de las topadoras de Jorge Domínguez (último intendente de Ciudad de Buenos Aires) en los años '90. La vida e historia de lucha de la compañera Alicia queda para siempre en la memoria de todos los compañeros y compañeras. Hasta siempre, Alicia. Seguirás viva en cada pintada y cada movilización, en la sonrisa de los niños que hacen apoyo escolar, en cada lucha por una Patria más justa. [gallery ids="92317,92318,92319"]

Imágenes

Del sueño de la gratuidad a la pesadilla del arancelamiento

Un 22 de noviembre como hoy, pero de 1949, el presidente Juan Domingo Perón dictó el decreto N° 29.337 que eliminó el cobro de aranceles en las universidades, inaugurando entonces una nueva etapa en la historia de la Universidad Argentina: la del ingreso de los hijos e hijas de trabajadores a aquel lugar donde antes solo estaba permitido el oligarca.

Soberanía ayer, hoy y siempre

Cuando hablamos de soberanía nacional no apelamos a un sentimentalismo abstracto ni recitamos de memoria el calendario de las fechas patrias. Reivindicamos los símbolos por lo que valen y lo que representan. Recordamos las grandes gestas porque encontramos en ellas parte de lo que somos, porque vemos ahí muchos de los problemas y desafíos que tenemos por delante. Como militantes políticos nos interesa menos la historia fosilizada de los museos que la historia viva, donde el pasado se entrelaza con el presente y tiene siempre algo para decirnos; donde el presente se abre al pasado y asume la responsabilidad de hacer justicia por los que ya no están.

Por más que no les guste, estamos

Hebe saluda desde una camioneta. Tiene los labios pintados de rojo, su pañuelo blanco anudado al cuello, y una pechera que dice todos somos Cristina. “Vinimos a acompañar a los que están acompañando. No somos tan jóvenes pero todavía podemos cuidarla”. Su hablar es firme, consistente, inalterable. Sabe a qué fue. Siete horas después, en ese mismo sitio donde Hebe se hace presente, en la puerta de Juncal, Sabag Montiel va a intentar matar a Cristina.