Política

Promesas sobre el bidet

"El fútbol seguirá siendo gratis pero sin política", es la nueva promesa de campaña que ya sabemos que el presidente Mauricio Macri no va a cumplir.

por La Cámpora

7 nov 2016

Si bien está confirmado que no habrá más anuncios de gobierno en las transmisiones futbolísticas, ahora también sabemos que dejará de ser gratuito. El costo para ver algunos partidos aumentará hasta un 50 por ciento de lo que actualmente pagamos por el abono básico del cable, en un contexto de suba generalizada de alimentos, bebidas, artículos de limpieza, transporte y servicios como la luz, el agua y el gas. La inflación tampoco bajaría, tal cual prometió el presidente. Turner o Fox serán las encargadas de generar la transmisión de fútbol que se vería en exclusiva por Cablevisión y DirecTV. El abono de estos dos servicios aumentará hasta la mitad si el cliente quiere ver los partidos, mientras que el resto de los cable operadores tendrán que negociar para poder llevar a sus abonados la imagen del fútbol, con un costo superior al 50 por ciento para el cliente. La semana pasada, el Senado de la Nación aprobó una ley para que los debates presidenciales sean obligatorios, sin hacer ninguna mención respecto de que pasaría en caso de incumplimientos de las promesas que allí se realicen, convirtiendo a las discusiones entre candidatos presidenciales en meros espectáculos televisivos. Es decir, Macri podrá presentarse a una reelección y prometer de nuevo que se podrá ver el fútbol gratis, total después no pasa nada. O podrá prometer que además de ver fútbol gratis, nadie va a pagar impuesto a las Ganancias, y tampoco pasará nada.

Imágenes

Del sueño de la gratuidad a la pesadilla del arancelamiento

Un 22 de noviembre como hoy, pero de 1949, el presidente Juan Domingo Perón dictó el decreto N° 29.337 que eliminó el cobro de aranceles en las universidades, inaugurando entonces una nueva etapa en la historia de la Universidad Argentina: la del ingreso de los hijos e hijas de trabajadores a aquel lugar donde antes solo estaba permitido el oligarca.

Soberanía ayer, hoy y siempre

Cuando hablamos de soberanía nacional no apelamos a un sentimentalismo abstracto ni recitamos de memoria el calendario de las fechas patrias. Reivindicamos los símbolos por lo que valen y lo que representan. Recordamos las grandes gestas porque encontramos en ellas parte de lo que somos, porque vemos ahí muchos de los problemas y desafíos que tenemos por delante. Como militantes políticos nos interesa menos la historia fosilizada de los museos que la historia viva, donde el pasado se entrelaza con el presente y tiene siempre algo para decirnos; donde el presente se abre al pasado y asume la responsabilidad de hacer justicia por los que ya no están.

Por más que no les guste, estamos

Hebe saluda desde una camioneta. Tiene los labios pintados de rojo, su pañuelo blanco anudado al cuello, y una pechera que dice todos somos Cristina. “Vinimos a acompañar a los que están acompañando. No somos tan jóvenes pero todavía podemos cuidarla”. Su hablar es firme, consistente, inalterable. Sabe a qué fue. Siete horas después, en ese mismo sitio donde Hebe se hace presente, en la puerta de Juncal, Sabag Montiel va a intentar matar a Cristina.