Política

Reparación "histórica": una engaña pichanga

El 53 por ciento de los jubilados que accedieron al beneficio que el gobierno de Mauricio Macri promociona como "Reajuste de haberes por Reparación Histórica" recibió menos de mil pesos.

por La Cámpora

14 nov 2016

Esta mañana el titular de Anses, afirmó: "Estamos contentos. Hay 600 mil jubilados que están cobrando lo que deberían haber cobrado siempre, porque la Reparación Histórica lo que hizo fue aplicar los índices que estaban en la ley y que la Justicia había dicho que había que aplicar". Para el funcionario, "lo que deberían haber cobrado siempre" los jubilados es básicamente lo que venían cobrando más 500 pesos (o menos) en el caso del 31,9 por ciento de los casos, y entre 500 y 1000 en el 21,1 por ciento. Es decir que la mayoría de los jubilados que creyeron en las promesas del presidente cuando se anunció esta medida y se acogieron al programa percibieron un reajuste inferior al 10 por ciento de sus haberes. Notable. Un 14,6 por ciento recibió de 1000 a 1500; un 12,3 obtuvo entre $1500 y $2500, un 7,2 por ciento fue beneficiado con un aumento que va de los $2.551 a $3050, y apenas el 12,8 logró romper esa barrera y acercarse hasta cifras que llegan al tope establecido de $5750. Una vez más, a través de anuncios marketineros y la ayuda de los medios de comunicación oficialistas, el gobierno pretende hacernos creer que impulsa una política redistributiva cuando en realidad reparte migajas, en un contexto de inflación anual que supera el 40%, tarifazos de los servicios públicos y restricciones en la cartilla de medicamentos gratuitos.

Imágenes

Del sueño de la gratuidad a la pesadilla del arancelamiento

Un 22 de noviembre como hoy, pero de 1949, el presidente Juan Domingo Perón dictó el decreto N° 29.337 que eliminó el cobro de aranceles en las universidades, inaugurando entonces una nueva etapa en la historia de la Universidad Argentina: la del ingreso de los hijos e hijas de trabajadores a aquel lugar donde antes solo estaba permitido el oligarca.

Soberanía ayer, hoy y siempre

Cuando hablamos de soberanía nacional no apelamos a un sentimentalismo abstracto ni recitamos de memoria el calendario de las fechas patrias. Reivindicamos los símbolos por lo que valen y lo que representan. Recordamos las grandes gestas porque encontramos en ellas parte de lo que somos, porque vemos ahí muchos de los problemas y desafíos que tenemos por delante. Como militantes políticos nos interesa menos la historia fosilizada de los museos que la historia viva, donde el pasado se entrelaza con el presente y tiene siempre algo para decirnos; donde el presente se abre al pasado y asume la responsabilidad de hacer justicia por los que ya no están.

Por más que no les guste, estamos

Hebe saluda desde una camioneta. Tiene los labios pintados de rojo, su pañuelo blanco anudado al cuello, y una pechera que dice todos somos Cristina. “Vinimos a acompañar a los que están acompañando. No somos tan jóvenes pero todavía podemos cuidarla”. Su hablar es firme, consistente, inalterable. Sabe a qué fue. Siete horas después, en ese mismo sitio donde Hebe se hace presente, en la puerta de Juncal, Sabag Montiel va a intentar matar a Cristina.