Política

Repudiamos la represión a los trabajadores del subte

Repudiamos la represión y posterior detención por parte de la Policía de la Ciudad a los trabajadores del subte que exigen paritarias libres.

por La Cámpora

22 may 2018

Esta mañana los trabajadores del subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires se encontraban ejerciendo su derecho a huelga para exigir la reapertura paritaria que el Gobierno porteño firmó con la UTA cuando efectivos de la Policía de la Ciudad reprimieron con golpes y balas de goma a los manifestantes y detuvieron a 16 trabajadores, entre ellos el secretario adjunto del sindicato, Néstor Segovia. Este violento hecho se enmarca en la persecución sistemática que sufren los trabajadores del subte. Primero el Poder Judicial le canceló la personería gremial para limitar su capacidad de negociación colectiva, luego suspendieron a los trabajadores que deciden manifestarse, ejerciendo constantemente intimidación y amenazas para amedrentar a quienes no aceptan el techo paritario. Hoy, cuando estaba finalizando una medida de fuerza en dos líneas de subte y los trabajadores se disponían a reanudar el servicios, la Policía de Larreta decidió reprimir y detener a 16 trabajadores del subte, con la clara intención de amedrentar a quienes pelean por sueldos justos. Horacio Rodríguez Larreta, igual que Mauricio Macri, tiene el claro objetivo de congelar los salarios. Como el ajuste no cierra sin represión, la violencia y el autoritarismo es la única forma de llevarlo adelante.

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Del sueño de la gratuidad a la pesadilla del arancelamiento

Un 22 de noviembre como hoy, pero de 1949, el presidente Juan Domingo Perón dictó el decreto N° 29.337 que eliminó el cobro de aranceles en las universidades, inaugurando entonces una nueva etapa en la historia de la Universidad Argentina: la del ingreso de los hijos e hijas de trabajadores a aquel lugar donde antes solo estaba permitido el oligarca.

Soberanía ayer, hoy y siempre

Cuando hablamos de soberanía nacional no apelamos a un sentimentalismo abstracto ni recitamos de memoria el calendario de las fechas patrias. Reivindicamos los símbolos por lo que valen y lo que representan. Recordamos las grandes gestas porque encontramos en ellas parte de lo que somos, porque vemos ahí muchos de los problemas y desafíos que tenemos por delante. Como militantes políticos nos interesa menos la historia fosilizada de los museos que la historia viva, donde el pasado se entrelaza con el presente y tiene siempre algo para decirnos; donde el presente se abre al pasado y asume la responsabilidad de hacer justicia por los que ya no están.

Por más que no les guste, estamos

Hebe saluda desde una camioneta. Tiene los labios pintados de rojo, su pañuelo blanco anudado al cuello, y una pechera que dice todos somos Cristina. “Vinimos a acompañar a los que están acompañando. No somos tan jóvenes pero todavía podemos cuidarla”. Su hablar es firme, consistente, inalterable. Sabe a qué fue. Siete horas después, en ese mismo sitio donde Hebe se hace presente, en la puerta de Juncal, Sabag Montiel va a intentar matar a Cristina.