El gobierno de Mauricio Macri nos obliga a redoblar esfuerzos para mantener viva la memoria, y es por eso que desde el lugar emblemático donde Néstor pidió perdón en nombre del Estado; nos volvimos a congregar en pos de rechazar el arrasamiento del Estado de Derecho y la mirada negacionista sostenida por la alianza entre el poder Ejecutivo, el Partido Judicial y los grupos económicos concentrados, entre quienes se destacan los grandes medios de comunicación.
La estrategia regional de desprestigiar a nuestros líderes populares para que no puedan volver a conducir los destinos de la Patria y de este modo se pueda seguir aplicando un programa de redistribución negativa de los ingresos, se manifiesta en nuestro país en la persecución mediática y judicial a Cristina y su familia.
De este modo, volvemos a tener presas y presos políticos; como mecanismo no sólo de castigo para quienes formaron parte de un proyecto de país que fortaleció la Democracia, sino también como intento de despolitizar al pueblo, en la búsqueda de construcción de un sentido común donde la ciudadanía no encuentre en su dirigencia un actor que interpele sus demandas, buscando llegar a una crisis de representación que desmovilice y rompa el lazo social; única herramienta de resistencia ante la avanzada neoliberal.
Nos gobiernan los cómplices civiles de la dictadura, quienes aplican el mismo programa económico de aquel entonces, aniquilando la industria nacional a partir de la apertura indiscriminada de las importaciones, el feroz endeudamiento y la bicicleta financiera; siendo los únicos que se enriquecen los dueños del capital: el presidente y sus amigos.
En este sentido, se reprimen sistemáticamente las movilizaciones y se visibiliza un aumento notable de casos de gatillo fácil, donde es menester recordar a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, víctimas de un Estado que persigue a quienes luchan por sus derechos. La contracara es el reconocimiento por parte del presidente y todo su gabinete del policía Chocobar, como emblema de este modus operandi.
Asimismo, es preocupante el vaciamiento de las áreas del Estado destinadas a la promoción de los derechos humanos y al acompañamiento de las víctimas de la dictadura cívico militar; tanto como el desmantelamiento y abandono de los sitios de memoria.
Junto a los organismos de derechos humanos, rechazamos la ralentización de los juicios de lesa humanidad así como el aumento significativo de la proporción de genocidas en cumplimiento de prisión domiciliaria, cifra que hoy asciende al 66,5% del total de los privados de su libertad, un 25% más que en 2015; según datos de Ministerio Público Fiscal.
Cabe recordar que la Corte Suprema, en clara sintonía con el Ejecutivo, intentó aplicar el beneficio del 2x1 a los genocidas, teniendo que retroceder en esta definición a partir del rechazo generalizado tanto de los organismos de derechos humanos como de la ciudadanía en su conjunto, demostrándose una vez más que la lucha sirve.
En este sentido, desde el escenario apostado en Plaza de Mayo, los organismos de derechos humanos reclamaron: “El Poder Judicial se ha convertido en una herramienta de la persecución política: cada vez hay más causas armadas contra los opositores al Gobierno, mientras que cada vez son menos las audiencias de los juicios a genocidasˮ.
Por otra parte, a la par de exigir la libertad de las y los presos políticos, la restitución de la identidad de las nietas y nietos, el juicio y castigo a los genocidas y cómplices civiles de la dictadura, la finalización de las políticas de ajuste y represión del gobierno de Mauricio Macri; reivindicaron que “Fueron 30.000 personas detenidas-desaparecidas que lucharon por otro país. Reivindicamos todas sus luchas, que formaron parte de la militancia como herramienta de transformación de la realidad en organizacionesˮ.
Desde donde Néstor hace 15 años bajó los cuadros de los genocidas Videla y Bignone, marcando que la política de Derechos Humanos debe ser política de Estado, desde un ex centro clandestino donde dominó lo siniestro transformado hoy en sitio de memoria y trinchera de resistencia; desde donde entendimos que debíamos volver para recuperar la Patria; porque otros y otras caminaron antes, caminamos, para que otros y otras caminen.
30 mil compañeras y compañeros detenidos desaparecidos: Presentes. Ahora y siempre.
https://youtu.be/5oCSivN8isU
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