Hoy 7 de mayo, pero hace 91 años nacía María Eva Duarte, Evita, y cuando hablamos de ella, difícil es no emocionarse; ya que estamos hablando sin lugar a dudas de la mejor referente y del mejor ejemplo que tiene el peronimo. Su lealtad a la causa, su lucha, su coraje, su voluntad transformadora, su cariño innegociable con los descamisados... sus descamisados. Aquellos trabajadores que pasaron de la oscura angustia de la miseria a la feliz hora de la dignificación y la justicia social.
Evita siempre luchó, nunca bajó los brazos, y eso vale mucho en nuestro Movimiento. Además, siempre es bueno recordar que toda la obra de la abanderada de los humildes la realizó en tan solo siete años, entrando a la eternidad con 33 años de edad. Siempre se nos muestra a los grandes próceres como seres inigualables, imposibles de imitar; pero es bueno tener presente que sólo fueron hombres y mujeres comunes pero con una gran virtud que los pone por encima del resto: amaban profundamente a su Patria. Y Evita es, sin lugar a dudas, uno de los mejores ejemplos de compromiso con su pueblo, desde su juventud.