A 33 años de la última y nefasta dictadura militar, desde La Cámpora, seguimos comprometidos junto al gobierno nacional, con la búsqueda de justicia, de verdad y de condena firme para todos aquellos que fueron partícipes del más cruento genocidio argentino.
Es así, que acompañamos la convicción del gobierno nacional y popular en saldar la cuenta pendiente que nos dejaron las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, esa deuda que la sociedad argentina posee con familiares de víctimas y desaparecidos.
Como generación, adquirimos también una deuda social y como generación la tomamos como un imperativo categórico, es decir, debemos consolidar un país con memoria, verdad y justicia; y más aun, cuando esta vigente un recrudecimiento de ideologías reaccionarias y de derecha ensectores de la oposición.
El gobierno de nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner sigue a paso firme con el proceso de enjuiciamiento a cada uno de los genocidas que supieron gozar de la impunidad de las leyes de Obediencia debida y Punto Final. Es política de estado enjuiciar a quienes supieron cercenar a miles de jóvenes,que lucharon por una argentina mas justa y solidaria.
Lastimosamente los tiempos de la justicia no son como quisiéramos, pero no podemos dejar de mencionar lo hecho hasta aquí, es un camino difícil, y más cuando en una sociedad como la nuestra, que debería haber tomado conciencia de una vez por todas del daño quenos hicieron las dictaduras militares, existen y aparecen cada vez más, sectores reaccionarios, neofascistas e intransigentes que acuden a medios y plazas a reivindicar políticas anti-populares y a pedir más policías, palos y pena de muerte.
De todas formas, esta actitud antidemocrática no nos sorprende, responde a intereses de clase, que no se asemejan en nada a las características del proyecto de país que encarna nuestra presidenta Cristina Fernández. Estos sectores nos tienen acostumbrados a poner elgrito en el cielo cuando de su bolsillo y de sus intereses mezquinos se trata, pero nunca los vamos a oír reclamar por justicia social, trabajo, salud, educación y dignidad.
Sabemos que detrás de tanta muerte hubieron determinados intereses económicos y grupos de poder que instalaron, desde marzo de 1976, un sistema económico profundamente antipopular, basado en la liberalización a ultranza de la economía, en la desindustrialización del aparato productivo y en la especulación financiera.
Este modelo, desgraciadamente continuó en democracia y se profundizó con el menemismo a través del desguace del Estado con las privatizaciones y el tan perjudicial 1 a 1, alcanzando la pobreza, la indigencia y la exclusión, niveles desconocidos en nuestro país.
Por todo esto, este 24 de marzo, afianzamos nuestro compromiso y acompañamos los procesos judiciales a cada uno de aquellos que intentaron desterrar de cuajo toda una generación de jóvenes; por todo esto, acompañamos y creemos fielmente en el modelo de país que tiene origen en el 2003 con el compañero Néstor Kirchner.
Asimismo, en esta ocasión creemos necesario expresar que hoy, las calles, están vestidas de otro color, hay una mística distinta, se recuperó la política como herramienta de transformación y es por esoque nos encontramos unidos trabajando por una argentina mejor.
La participación de la juventud crece a cada instante, resurgió el compromiso para con la sociedad, el compromiso de los jóvenes para con su sociedad. Y esto se debe precisamente a que tenemos un Estado presente, inclusivo, que abre las puertas de la participación dando respuestas y asumiendo compromisos reales y concretos.
Como jóvenes, nos toca asumir la responsabilidad política y militante de recuperar los valores de aquella juventud maravillosa, debemos ser conscientes que hoy, todos y todas somos protagonistas de esta oportunidad histórica que nos brinda el gobierno.
Estamos llamados a reconstruir el tejido social, y principalmente a hacer realidad los ideales de justicia social que tanto supieron predicar y llevar a la práctica estandartes como Juan Domingo Perón, Eva Duarte, Héctor Cámpora, y millones de estudiantes y trabajadores.
Es así que el mejor homenaje que como juventud podemos hacerles a quienes nos precedieron en esta noble lucha, es continuar abriendo puertas, caminos y espacios, que sirvan únicamente como motores de cambio y transformación en pos de un país justo y solidario.