Las elecciones presidenciales del 11 de marzo 1973, marcaron un nuevo triunfo del PJ y abrieron las puertas al regreso definitivo de Perón, luego de 18 años de exilio y de una larga resistencia iniciada en 1955, cuando las minorías oligárquicas lo derrocaron.
Cámpora ganó cómodo las elecciones con más del 49.5% de los votos. El radical Balbín salió segundo con un 21,3%, reconoció la derrota y renunció al tramposo ballotage.
La consigna Cámpora al gobierno, Perón al poder resumía el carácter épico que adquirió la campaña y encarnaba la consumación del Luche y vuelve, la consigna con la que el peronismo, a partir del Cordobazo de 1969, había decidido enfrentar la pelea para poner fin a los largos años de proscripción y exilio de Perón. El triunfo electoral peronista marcó el pico más alto de participación popular en la dinámica política e institucional del país y fue el epílogo de una larga gesta de dieciocho años de sacrificios y luchas, donde la militancia peronista había sido perseguida y estigmatizada.
Cámpora asumió el 25 de mayo de 1973, finalizado el período dictatorial de la Revolución Argentina. Acudieron al acto, entre otros, el entonces presidente socialista de Chile, Salvador Allende, y el de Cuba, Osvaldo Dorticós. En la Plaza de Mayo, se concentraron para recibirlo más de un millón de personas, donde "El Tío" pronuncia un discurso combativo desde el balcón de la Rosada.
De acuerdo con su promesa electoral, su primera medida fue amnistiar a los presos políticos que habían sido condenados y encarcelados por la dictadura militar. Además, se disolvió el Departamento de Investigaciones Políticas Antidemocráticas (DIPA) y se queman todos los archivos de la represión.
En un retorno a la tercera posición histórica y reactualizada por Perón, el 28 de mayo Argentina reanudó las relaciones diplomáticas con Cuba, cortadas por el gobierno militar, y comenzó a proveer a ese país de productos alimenticios e industriales para romper el bloqueo estadounidense. Además, restablece relaciones con Vietnam del Norte. Inició un Pacto Social entre la Confederación General del Trabajo, el empresariado nacional (CGE) y el Estado, que incluía un aumento de salarios y pensiones, el reajuste de las tarifas públicas y el congelamiento de precios.
Se retornó a los lineamientos económicos de los anteriores gobiernos de Perón, con una política nacionalista, estatista y distribucionista. El Gobierno Popular se comprometió a enviar al Congreso un paquete de leyes entre las que figuraban un programa de viviendas de interés social, la nacionalización del comercio exterior, el impuesto a la renta potencial de la tierra, la nacionalización de los depósitos bancarios, la penalización del fraude fiscal y la eliminación de las compañías financieras prebendarías, entre otras medidas de un programa revolucionario.
Cámpora renunció a su cargo el 13 de julio para permitir elecciones libres, en las que ganó Juan Perón con el 62% de los votos, quien moriría menos de un año después de haber sido electo, y el gobierno justicialista, en manos ahora de la Vicepresidenta María Estela Martínez de Perón, será derrocado por un golpe militar el 24 de marzo de 1976.
Tras el golpe del `76 Cámpora debió refugiarse enfermo en la embajada de México en Buenos Aires, donde permaneció tres años hasta que, ya gravemente enfermo de cáncer, pudo viajar hacia México, donde murió poco después.
Si la corta gestión de Cámpora fue brillante y el valor simbólico de su triunfo inmenso, por permitir al peronismo volver a dirigir los destinos de la Patria tras casi dos décadas de proscripción, nuestra agrupación recoge su nombre como ejemplo además, de la lealtad al movimiento. A 37 años de aquella fecha histórica para el campo popular, los jóvenes que sostenemos las tres banderas en el siglo XXI te agradecemos por predicar con el ejemplo y devolvernos un horizonte de esperanza en aquellos años tan difíciles y pasionales para la militancia. A tu salud, Tío, La Cámpora te rinde homenaje.