Alrededor de las 6 de la mañana, el avión sobrevolaba Santa Cruz cuando Dardo Cabo, al mando de la misión, ordenó a los pilotos desviar la aeronave. El nuevo destino: las Islas Malvinas, donde una vez aterrizados desplegarían 7 banderas argentinas como símbolo de reafirmación soberana.
El llamado “Operativo Cóndorˮ fue un acto heroico de reivindicación nacional frente al imperialismo británico, que desde 1833 usurpa de manera ilegal las Islas Malvinas.
“Los Cóndoresˮ fueron traídos al continente y encarcelados por el presidente de facto Juan Carlos Onganía, aunque en las calles el pueblo argentino celebraba la hazaña.
María Cristina Verrier, periodista y única mujer en el operativo, entregó en el año 2012 las banderas que había custodiado hasta entonces a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para que “la releve de su custodiaˮ según la carta que le dedicara a la mandataria, encomendándole que una de ellas descansara en el mausoleo del ex presidente Néstor Kirchner y otra fuese llevada a la virgen de Itatí.
Una tercera bandera se exhibe en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, inaugurado por la Presidenta el 10 de junio de 2014. Durante su inauguración, Cristina Fernández definía aquel edificio como “una construcción histórica y colectiva y, fundamentalmente, un compromiso a no abandonar jamás por parte de ningún gobierno lo que constituye, sin lugar a dudas, una política de Estado y que es terminar con el último vestigio de colonialismo como es el del colonialismo inglés sobre nuestras islas Malvinasˮ.
Las banderas restantes se dispusieron en la Basílica de Luján, en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación, en el Patio Malvinas Argentinas de la Casa Rosada, y en el Museo del Bicentenario (esta última dejó de exhibirse en marzo de este año y se envió al municipio de Lezama).
Sin embargo, 50 años después del “Operativo Cóndorˮ, y bajo la presidencia de Mauricio Macri, las Cancillerías de Argentina y el Reino Unido emiten un Comunicado Conjunto que invoca a una agenda “omnicomprensiva, multidimensional y multisectorialˮ. En el mismo se omite mencionar la controversia de soberanía y se acuerda "remover todos los obstáculos que limiten el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo pesca, navegación e hidrocarburos".
De esta manera, el gobierno de la Alianza Cambiemos pretende ceder recursos renovables y no renovables que pertenecen a los más de 42 millones de argentinos, tirando por la borda años de acciones diplomáticas que han logrado adhesiones al reclamo argentino a nivel regional y global.
Dicho reclamo fue acompañado en las Cumbres de Presidentes de los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados, de la UNASUR, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y de la Cumbre Iberoamericana. También otras regiones se han manifestado a favor de la reanudación de las negociaciones tales como la Cumbre de Países Sudamericanos y Países Arabes (ASPA) y la Cumbre de Países Sudamericanos y Africanos (ASA).
Asimismo, el Grupo de los 77 y China ha reconocido expresamente el derecho que le asiste a la República Argentina de emprender acciones legales, con pleno respeto del Derecho Internacional y de las resoluciones pertinentes, contra las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos no autorizadas en sus espacios marítimos, lo cual incluye la plataforma continental.
“El Gobierno argentino debería recordar el mandato constitucional que establece que la recuperación de las Islas Malvinas y ˮ˜el ejercicio pleno de la soberanía son objetivos irrenunciables del pueblo argentinoˮ™ˮ, expresaba la compañera y ex presidenta Cristina días atrás en sus redes, respecto al comunicado en cuestión.
Sostendremos nuestro reclamo inclaudicable sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, enarbolando las banderas de la Paz, la Memoria y la Soberanía. Y lo haremos cumplir.