La llegada de Néstor Kirchner a la Secretaría General de la UNASUR tiene lugar cuando es elegido por los jefes y jefas de Estado de Sudamérica, para desempeñar esa responsabilidad. Aunque el camino de Néstor Kirchner a la Secretaría General de la UNASUR inicia el 25 de mayo de 2003, cuando asume el gobierno argentino comprometido con la reconstrucción de un país que se reconoce como parte del Sur del América, un gobierno comprometido con la soberanía popular y con una democracia sustantiva, con el desarrollo inclusivo, y con terminar con los condicionantes externos de estos objetivos emancipatorios.
Néstor Kirchner llega a la Secretaría General de la UNASUR cuando implementa el programa Patria Grande, que reconoce igualdad de derechos a los y las inmigrantes de Sudamérica, o cuando protagoniza la muerte del ALCA, la propuesta imperialista de conformación de un área de libre comercio hemisférica, en noviembre de 2005. Por último, Néstor Kirchner llega a la Secretaría General de la UNASUR cuando, como último acto de gobierno, un 9 de diciembre, firma la creación del Banco del Sur.
La llegada de Néstor Kirchner a la Secretaría General de la UNASUR representa la institucionalización de la voluntad política regional de conformar un espacio sudamericano autónomo de concertación política y diálogo, con proyección latinoamericana y caribeña. Reúne este esquema de integración subregional por primera vez a los Jefes y las Jefas de Estado de la región, sin la presencia de EEUU.
Su gestión de la UNASUR duró seis meses. En ese tiempo, Néstor Kirchner tuvo una militancia incansable por la preservación de la paz y la democracia en la región, así como un compromiso indudable con esta integración autónoma. Ejemplifican esto su rol central en la defensa de la democracia en Ecuador, cuando hubo una amenaza de golpe al presidente Correa, o sus gestiones para el logro de un acuerdo entre Colombia y Venezuela, sellado en el Acuerdo de Santa Marta, que el promovió. Asimismo, fiel a su estilo, caminó Sudamérica dialogando con las fuerzas políticas de todos los colores para convencerlas de ratificar el acuerdo constitutivo de la UNASUR, lo que permitió que éste entrara en vigor un tiempo después, en marzo de 2011.
No es menor recordar hoy el paso de Néstor Kirchner por la Secretaría General de la UNASUR, cuando el gobierno de Mauricio Macri, junto con sus socios de la derecha regional, claudica ante los intereses del capital transnacional y de los EEUU, impulsando un desmantelamiento de todo proyecto autónomo de unidad para nuestra región, denunciando aquel mismo Tratado Constitutivo de la UNASUR, buscando convertir al MERCOSUR en una mera zona de libre comercio al servicio de una inserción internacional dependiente o promoviendo la creación de PROSUR, un foro ideológico de virreyes de nuevo tipo.
Recordar a Néstor Kirchner es recordar su lucha y su legado, es levantar la bandera de la independencia económica, la soberanía política y la justicia social, que sólo son realizables en el marco de la unidad de Nuestra América.