El jueves 23 de noviembre, fuerzas federales desalojaron por orden del Juez Villanueva a la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu del Lago Mascardi, en un operativo represivo brutal, donde se golpearon a las mujeres y se las detuvieron e incomunicaron largas horas junto niños y niñas, violando toda normativa nacional e internacional de DDHH y sin ninguna contención del Estado Municipal, Provincial o Nacional que velara por los derechos de esxs niñxs durante nueves largas horas.
Pero esto no terminó ahí. Parte de la comunidad debió escapar para resguardar su integridad física, luego de iniciarse una mega cacería con más de trescientos efectivos de los grupos especiales Geop y Albatros de fuerzas federales con el apoyo de un helicóptero de Gendarmería Nacional, que culminó con el asesinato por la espalda de Rafael Nawel 22 años, y otro heridos de bala que aún se desconoce su estado y paradero.
Repudiamos esta situación que representa claramente un delito de Lesa Humanidad, siendo el Estado Nacional, representado en las figuras de Macri y Bullrich, el que envía a sus fuerzas armadas a cazar con balas de plomo a Mapuche desarmados. Repudiamos también el lamentable rol de los medios de comunicación que colaboran con el discurso oficial en el intento de construir al Pueblo Mapuche como el “enemigo internoˮ, el que atenta contra la nación, las personas y la propiedad privada y por tanto, ese "otro" violento y peligroso al que hay que temer y en consecuencia, eliminar.
Esto no es menor, porque se intenta crear un sentido común que avala la represión, la ilegalidad e incluso el fusilamiento, presentando como “enfrentamientoˮ lo que fue lisa y llanamente una represión salvaje, una cacería atroz del Estado contra personas, pertenecientes a un Pueblo Originario, que estaban protegiendo el derecho a vivir su espiritualidad preparándose para el levantamiento de su Machi, en el territorio que le fuera asignado de acuerdo a sus creencias, a su cosmovisión. Nadie cuenta esta historia, nadie intenta explicar desde una mirada realmente intercultural, cual fue la razón por la cual esta comunidad debía asentarse allí en este momento histórico que claramente se presenta hostil y violento ante la diversidad. Por primera vez en 120 años teníamos la oportunidad única de asistir al levantamiento de una Machi en este territorio. Una figura de sanación, no solo para el pueblo mapuche, sino para todos y todas.
Difícil de explicar y de comprender para aquellos que ven en la diferencia señales de alarma y de peligro, que ponen la propiedad privada sobre la vida, que imponen la fuerza por sobre la comprensión y el acompañamiento, que hablan de diálogo y disparan plomo sobre gente desarmada, que hablan de consenso y reprimen antes de escuchar.
Durante las últimas semanas hemos visto, escuchado y leído a los funcionarios y referentes locales de Cambiemos intentar instalar el discurso político del “terrorismo mapucheˮ disfrazado de repudio a la violencia. No los vimos el 23 de noviembre repudiar la violencia del estado ejercida sobre mujeres y niños, vulnerando sus derechos, no los vimos ayer, ni hoy repudiarel asesinato de Rafael Nawel. El discurso que instalarán es el del “enfrentamientoˮ, el mismo eufemismo utilizado en los peores tiempos de nuestra historia reciente.
Por todo esto, repudiamos el accionar violento, ilegítimo, ilegal de este Estado Nacional represor y mentiroso que busca legitimar sus acciones instalando falacias mediáticas, inventando historias ficticias, persiguiendo y asesinando al pueblo mapuche. Asimismo, exigimos justicia por el asesinato de Rafael. Exigimos saber cómo y donde están el resto de los heridos. Exigimos, cese de la represión, retiro urgente de las fuerzas federales del territorio Y llamamos al pueblo a que no se deje engañar. No se puede tolerar este intento disciplinador tan brutal hacia quienes pretendan defender y reclamar por sus derechos.