En conferencia de prensa brindada por el Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el Secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, se anunció una suma por única vez de $1.000 para jubilados que cobran la mínima y para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. También se dijo que habrá un ingreso extra adicional para los jubilados que cobren hasta mil pesos más que la mínima. En primer término, en un año donde la inflación rondará los 40 puntos, donde el poder adquisitivo ha quedado sumamente retrasado (se calcula ya una pérdida del 13% en términos reales) por el impacto de los precios y las tarifas, y en el caso de los adultos mayores donde los medicamentos han subido sideralmente de precio y el PAMI ha discontinuado la gratuidad de numerosos remedios, los $1.000 son insuficientes.
Pero además, buena parte de los jubilados que no integran los sectores antes mencionados también están padeciendo el ajuste. La mayoría de ellos no cobra una jubilación de privilegio. No obstante, el Ejecutivo no los contempla. Lo mismo ocurre para beneficiarios de otros programas sociales, como puede ser el de Argentina Trabaja, el Pro.Gre.Sar o incluso quienes cobran un seguro de desempleo porque formar parte de los más de 250.000 personas que fueron despedidas en estos meses.
En relación al impuesto a las ganancias, indicaron que quedarán exentos del tributo hasta $15.000 del medio aguinaldo para aquellos contribuyentes que tengan ingresos brutos que no superen los $55.000. Es una decisión idéntica a la que tomó el kirchnerismo años anteriores, aunque en este caso más restrictiva. Y siguen sin dar respuesta a su promesa de modificar las escalas. Ni hablar de que en campaña dijeron que iban a eliminar este impuesto.
Ante este descalabro inflacionario la única solución viable es la reapertura de paritarias. La tajante negativa de Mauricio Macri introdujo la discusión sobre un bono que no hubiera resuelto el problema. Igualmente, el bono dormirá el sueño de los justos. Quintana dijo que seguramente sea parte de la agenda del diálogo productivo al que convocarán sin fecha cierta. Una manera muy elegante de descartarlo y patear la pelota hacia adelante.
Las respuestas de la Administración Nacional son magras, para una porción muy limitada de quienes están atravesando severas dificultades, carentes de todo tipo de sensibilidad social e interés por el padecimiento de millones.