Política

Aparecimos 121 nietos

La asociación Abuelas de Plaza de Mayo informó mediante un comunicado, la aparición del nieto 121 y hoy confirmó que se trata del hijo de los militantes del PRT Ana Marí­a Lanzilotto y Domingo Menna, secuestrados el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli. El joven nació en Campo de Mayo durante el cautiverio de su madre.
por La Cámpora
4 oct 2016
La noticia fue informada por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad al nieto, a este nuevo hombre de 40 años que empieza a recuperar su identidad desde el lunes al confirmarse los resultados, luego de que el joven se sometiera voluntariamente al análisis que realiza el Banco Nacional de Datos genéticos. Hay un hermano, Ramiro, que lo buscó durante 40 años y que hizo de su vida un peregrinaje extenso y profundo para encontrarse a sí­ mismo en el lugar de los que luchan por la justicia social del pueblo. Hay primos, tí­os y una tia Alba Lanzilotto que siempre desde Abuelas lo busco a el y a otros cientos. También hay un pueblo con memoria que recuperó una parte de lo que le faltaba. “Toda la provincia está celebrando. Es mi hermano pero es un nieto de La Riojaˮ, aseguró Ramiro durante una entrevista hecha esta mañana por FM Vorterix. Estos hechos en la vida cotidiana de nuestra sociedad dejan una huella cultural indeleble. La aparición del nieto 121, como la de cada uno o una produce algo más que sentido de justicia y verdad para ese hombre o mujer que tendrá un extenso camino de reencuentro con su propia historia; porque lo que significa categóricamente esa restitución, esa encarnadura, esa huella biológica buscada, esa ausencia que nos faltaba a todos y a todas, es también un logro social. La dictadura sembró terror con sus dispositivos de represión y de producción de sentidos desde el lugar del poder absoluto. La desaparición de bebés de militantes revolucionarios fue el modo sistemático de este plan de exterminio para evitar que los hijos tomen la posta de los padres desde el compromiso social y las luchas colectivas. El mandato de la memoria, encontrar a los hermanos y hermanas que faltan, así­ como los juicios a los represores y civiles responsables de delitos de lesa humanidad es la manera que encontramos los pueblos mediante las organizaciones de derechos humanos, sociales y polí­ticas, de desarmar ese conjuro hecho por los poderosos. Porque los genocidios culturales son los que logran reemplazar una memoria histórica por otra. La verdad definitiva encarnada en la vida de un ser humano, son la mejor prueba de que no nos han vencido. Bienvenido Hermano!
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