La matriz autoritaria de quien hoy es presidente, es cada vez más notoria.
Hoy se ve de manera clara e irrefutable cómo el presidente va quedando desnudo y cómo quienes ayer nomás se escondían detrás de la libertad de expresión sólo estaban preocupados por sus enormes negocios, siendo prueba de ello, la supresión de la Ley de Medios y el cambio de la AFSCA por la Enacom, organismo creado a medida para los dueños de los medios más poderosos.
Al mismo tiempo que el grupo Clarín se queda con Telecom y una gran cantidad de empresas relacionadas con el negocio de las tecnologías aplicadas a la comunicación con consentimiento del gobierno, también se busca amedrentar sistemáticamente a los dueños de medios que tengan en su programación algunos programas o periodistas que, a la luz de la reacción gubernamental, están en lo cierto en sus investigaciones.
Basta recordar la reacción contra el dueño de Página 12 de la que también son participes socios del poder de Macri y ex socios de la dictadura de Videla, como lo son Mitre y Magnetto, luego del que periodista Horacio Verbitsky develara los primeros nombres del blanqueo, entre los que se encuentra el hermano de Mauricio Macri con una sideral suma de dinero que nadie sabe de qué manera obtuvo y si es producto de ilícitos cometidos por Mauricio Macri durante su ejercicio como intendente de la Ciudad de Buenos Aires.
O también el apriete que denuncia Roberto Navarro sufren los autoridades del canal en el que trabajaba producto de informes pasados e informes que se presentarían sobre la vicepresidente de la nación, Gabriela Michetti y sobre la candidata a senadora de Cambiemos por la provincia de Buenos Aires, Gladys González.
Aún a sabiendas de que el poder mediático y financiero y su brazo fiel, el partido judicial, siempre los cuidará. Tal cual demuestra la historia, y basta de ejemplo cómo la Corte Suprema salvo de ser condenado por contrabandista al actual presidente situación que fuera causal del pedido de juicio político a la Corte Suprema. Es entonces que aun sabiendo que siempre serán cuidados, ahora tampoco quieren que se sepa.
El reciente episodio donde el gobierno intentó robarse la elección de la Provincia de Buenos Aires y de la Provincia de Santa Fe hubiera sido difícil de evitar de no haber aunque sea un medio masivo que pusiera en duda la información que brindaba el gobierno y que era certificada de manera obediente por más del 90 % de los canales.
Es tal su poder que aun mucha gente piensa según marcan diferentes encuestas que el gobierno ganó en la provincia de Buenos Aires y en Santa Fe.
Este gobierno utiliza a los medios de comunicación para ocultar y deformar la realidad, para perseguir y estigmatizar al que piensa diferente, y también como en este caso para callarlo y dejarlo sin trabajo.
Atrás queda la mentira de años de aquellos que decían que su gran cantidad de canales iban a desaparecer y que no había libertad de expresión, mientras la desproporcionada cantidad de medios que cuentan se dedicaban a defenestrar al gobierno anterior y aun hoy dos años después, siguen siendo el eje principal de información.
Bienvenidos a la realidad.
