Del encuentro virtual participaron más de 1000 compañeros, compañeras y referentes de todas las provincias. Tras la apertura y la lectura del documento, tomaron la palabra Andrés “Cuervo” Larroque, Wado De Pedro, Gabriela Estévez, Walter Vuoto, Leila Chaher, Rodrigo Ocampo, Stefanía “Pepo” Cora, Marcos Cleri, y Tato Giles, quienes remarcaron la importancia de ser una organización federal con una sólida construcción en todos los territorios y una presencia de cuadros políticos en toda la nación, bajo identidades locales consolidadas y un mismo proyecto de país. En ese sentido, se enfatizó sobre el tipo de federalismo que debe marcar nuestro horizonte: un federalismo solidario, profundamente colectivo y militante, que se teja por y para el otro, con políticas públicas que reparen las necesidades particulares de cada territorio y lleguen desde un Estado fuerte y una militancia entregada y comprometida a cada vecino y vecina de la Patria.
Los ejes de la discusión giraron en torno a repensar las estrategias que nos llevan a construir un país con mayor igualdad de oportunidades, desarrollo integral y equidad regional, contemplando el recorrido histórico y el legado que nos dejan nuestros caudillos federales así como también Perón, Evita, Néstor y Cristina. Sostenemos que el peronismo ha reivindicado el federalismo desde los hechos. Los gobiernos de Néstor y Cristina lo han demostrado con los aumentos en los fondos provinciales, los planes de infraestructura, la conectividad mediante la extensión de fibra óptica, la decisión política de invertir en educación con la creación de universidades nacionales, el Conectar Igualdad y la creación de tramos e intertramos en Aerolíneas Argentinas para volar a cualquier parte del país sin la necesidad de pasar por Buenos Aires; entre otras de las tantas políticas públicas.
El federalismo debe ser el cimiento y el eje vertebrador de nuestro proyecto político, deslindándonos de miradas cortas y abarcándolo transversalmente, desde transporte y logística para generar organización local, integración social y acceso a nuevos mercados; desde la matriz energética para garantizar desarrollo productivo y generación de empleo; desde los servicios básicos como el agua potable, cloacas, la luz y el gas; desde la conectividad digital para el desarrollo personal y productivo; y desde el incentivo a la formación de carreras universitarias que colaboren al crecimiento provincial, dependiendo de las producciones e investigaciones que se necesiten en las mismas. Garantizar estos derechos se traduce en que las juventudes tengan acceso a una formación académica y a un empleo digno al finalizar sus estudios, sean secundarios o universitarios, colaborando a que exista un arraigo con sus tierras.
La educación, la salud, la preservación del ambiente, las políticas de género y feministas, la cultura nacional, el rol del Estado, la redistribución de los recursos, el trabajo, el desarrollo industrial y productivo y la soberanía de nuestros pueblos de América Latina deben pensarse y realizarse a través de la mirada, el accionar y el espíritu del federalismo.
Entendemos que para perfeccionar nuestro proyecto político, para crecer como militantes y ser mejores, tenemos la tarea de seguir garantizando instancias de discusión y formación política en las que se debatan, analicen y cuestionen colectivamente las problemáticas que atañen nuestra realidad inmediata desde una perspectiva histórica pero también actualizada. Este es el camino que tenemos para transformarnos a nosotros y nosotras y, por ende, a nuestra Patria, poniendo el foco en los territorios más postergados, comprendiendo a la unidad y la solidaridad como única forma de disputar la hegemonía y a la construcción de un federalismo del Siglo XXI como el motor que nos permitirá ampliar y conquistar derechos en cada rincón de nuestro suelo.
DOCUMENTO: JORNADAS DE FORMACIÓN POLÍTICA “PENSAR Y CONSTRUIR FEDERALISMO”
Entendemos que es urgente que nuestra organización impulse espacios de intercambio dirigidos a discutir, sintetizar y generar conclusiones sobre las temáticas que atañen nuestra realidad inmediata. Esa realidad debe ser constantemente analizada, puesta en cuestión, discutida y re-discutida; y nuestra organización debe posicionarse respecto a las problemáticas analizadas.
Generar estos ámbitos, discutir y posicionarse, son unas de las tantas herramientas que nos acercan y nos impulsan a llevar a cabo la transformación profunda que nos proponemos; porque éstas deben ser condiciones necesarias para ser mejores cada día como militantes, para que nuestra organización esté constantemente transformándose a sí misma y, de esa forma, definir cuál es la Patria que queremos y cuáles los medios para lograr construirla.
Por eso, los dos últimos meses llevamos a cabo, a lo largo y ancho del país, una serie de encuentros cuyo eje fue discutir el federalismo que queremos construir. Este documento es una síntesis de esas discusiones.
Imperialismo:
No existe en la historia argentina palabra que haya significado un espacio de disputas tan grande como el federalismo, junto a su antítesis el centralismo/unitarismo. En su historia el federalismo ha tenido distintos virajes y sentidos pero hay un eje que siempre se mantuvo: una mayor preponderancia y participación de las provincias a la hora de construir una nación soberana.
Por otro lado el unitarismo no solo implica un modelo de concentración que responde a los poderes concentrados de nuestro país. Sino que obedece a una división internacional del trabajo impuesta por las grandes potencias mundiales, organizando un país en pos de abaratar costos para las exportaciones de materias primas por el puerto atlántico ubicado en Buenos Aires. No hay posibilidades de lograr una real distribución de la riqueza si estamos atados al poder financiero internacional.
Nuestra oligarquía terrateniente y sus aliados han hecho hasta lo imposible por mantener esta forma de organización y seguirse enriqueciendo a costas de nuestro pueblo. Es así como avasallaron contra los gobiernos peronistas que buscaron modificar la matriz productiva y por lo tanto la organización de nuestro país.
Hoy en día, si bien han habido grandes avances, también han habido muchos retrocesos. La lucha por el país que soñamos sigue vigente y con muchas deudas en lo que respecta igualdad de condiciones de las provincias para su desarrollo.
Desarrollo productivo
La equidad y la integración regional deben ser vistas como derechos de todes y como el eje vertebrador del federalismo. La posibilidad de crecer y desarrollarnos tanto económica como culturalmente se constituye como un privilegio cuando se habita en los grandes centros urbanos. Esto lleva a forzar migraciones internas hacia los territorios más concentrados demográficamente, y a profundizar un modelo de país excluyente, que se centre sólo en éstos. Las juventudes son las más afectadas por esto, ya que debido a las diferencias estructurales del mercado laboral, migran buscando oportunidades y se produce un desarraigo de los pueblos hacia las grandes urbes
Las extensas distancias hacia los grandes centros de consumo y la falta de infraestructura en algunos pueblos de nuestra región, como gas natural, cloacas, agua potable o incluso energía eléctrica, es un problema que inhibe el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, y por ende la oportunidad de empleo. Inhibición que también se da como consecuencia de la desigual llegada de conectividad a nuestros barrios.
El consumo y el trabajo local son fundamentales para construir un federalismo integral, sumando como prioridades la redistribución de la tierra, la discusión sobre la explotación de nuestros recursos naturales, la soberanía alimentaria, y la industrialización de los procesos primarios que abastezcan localmente. Es fundamental que las economías regionales no se limiten a la exportación de materias primas, sino que tengan un agregado de valor local con la consecuente generación de mano de obra; esto hará que el aporte de las provincias a la Nación no sea exclusivamente por exportaciones, sino que se base en una industrialización local que aporte a la soberanía y desarrollo.
Hablar de federalismo también significa mirar más a las personas y sus realidades, no solo las estadísticas, para participar en la redefinición de una estructura de desarrollo para reparar las injusticias. El federalismo, la distribución de la riqueza y los cambios profundos en los esquemas productivos deben ser parte del proyecto político de nuestro movimiento, para que los recursos económicos, sociales, culturales y productivos puedan llegar a cada provincia y a cada localidad; pero, por sobre todo, a cada habitante de nuestro pueblo.
Coparticipación
Tenemos que avanzar en el debate sobre una nueva ley de coparticipación federal y provincial, que no solo se refiera a una redistribución más equitativa de los recursos para el desarrollo de nuestras comunidades, sino que también contemple a las prioridades del Estado en materializar un modelo de gobierno con justicia social en todo el territorio nacional a la hora de corregir las desigualdades históricas de nuestra Nación. En ese sentido un primer paso fue la quita del 3% a CABA hacia esta nueva conformación del país.
Rol del Estado
El Estado nacional debe ser el garante de la redistribución equitativa de los recursos y el impulsor del desarrollo con criterios de justicia social, soberanía política e independencia económica; banderas históricas a las que debemos sumar la sustentabilidad ambiental y la equidad de géneros. Estas políticas públicas deben adaptarse a todas las realidades de los territorios permitiendo que toda la sociedad pueda acceder a ellas.
Como decía Néstor, “debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona”. Para concebir un Proyecto Nacional con desarrollo integral y equidad regional, es necesario contar con un Estado Nacional fuerte, con capacidad de gestión, independiente de los poderes fácticos. Es clave promover el desarrollo de políticas públicas que aborden a los municipios como eje central, ya que este es el punto más cercano de encuentro del Estado con los vecinos y vecinas a lo largo y ancho de todo el país, con un fuerte enfoque territorial de llegada directa.
El peronismo ha reivindicado el federalismo desde los hechos. Los gobiernos de Néstor y Cristina lo han demostrado con los aumentos en los fondos provinciales, los planes de infraestructura, la conectividad mediante la extensión de fibra óptica de forma transversal, la decisión política de invertir en educación con la creación de universidades nacionales, el conectar igualdad, la creación de tramos e intertramos en Aerolíneas Argentinas para volar a cualquier parte del país sin la necesidad de pasar por Buenos Aires, son algunas de las políticas públicas previamente reivindicadas por los territorios.
Identidad - cultura:
El unitarismo continúa siendo el productor de hegemonía, de ideología dominante, de estándares sociales y culturales. Será nuestra labor, como militantes del campo nacional y popular, gestar una concepción cultural que abrace a cada una de las identidades que habitan en nuestro país entendiendo que ninguna vale más que otra.
El camino hacia la patria que queremos debe ser reivindicando la transversalidad de la cultura. Es de vital importancia que nuestra organización lleve adelante la batalla cultural por reivindicar todo nuestro patrimonio cultural, nuestras tradiciones locales y nuestras capacidades productivas. La cultura argentina tiene que construirse desde las identidades provinciales, reconociendo la riqueza que nos caracteriza de manera plural y diversa, sin caer bajo una construcción hegemónica de la cultura nacional que intente monopolizarla.
Género
A su vez, tenemos el deber de pensar en construir una Argentina federal reconociendo el rol de las mujeres y diversidades en la sociedad. Es necesario que las políticas adquieran una lógica federal y con perspectiva de género, dialogando con las mujeres y diversidades de los territorios para conocer de primera mano nuestras demandas y necesidades; respetando y ampliando nuestros derechos; promoviendo nuestra participación activa en la militancia y en la toma de decisiones.
Es importante establecer que la discusión feminista también debe construirse desde todos los puntos de nuestra Patria; la profundización de la construcción política en clave de género, diversidad y disidencias implica ampliar la base de la construcción desde los feminismos: feminismo popular, comunitario, decolonial que incluya las experiencias de organización de las mujeres e identidades femeninas de los pueblos originarios y de las comunidades campesinas
Ambiente
Sumado a esto, es importante entender el ambiente como un eje fundamental no solo de nuestro movimiento, sino de nuestra realidad. Tanto la concentración territorial como el no respeto hacia nuestra casa común en manos de terratenientes y empresas extranjeras destruye nuestro territorio día a día. Es necesario consolidar una legislación que apunte a cuidar nuestros recursos naturales.
Las comunidades indígenas y comunidades campesinas, que le han puesto el cuerpo y se han hecho cargo del cuidado de nuestras tierras han quedado marginadas y relegadas sobre el derecho de las mismas. Debemos generar herramientas para combatir el ecocidio que se dió particularmente este año producto del avance de la soja, los transgénicos, el extractivismo y los desmontes e incendios, que son solo una expresión más del unitarismo con el que se toman decisiones sobre nuestra casa común. Debemos de una vez y para siempre emplear un modelo productivo federal con una perspectiva ambiental con gran anclaje de las economías populares y entendiendo como central la economía circular.
Educación
La proyección federal en materia educativa también debe ser fortalecida, pudiendo acompañar a la totalidad de estudiantes del territorio Nacional, logrando rever la Ley de Educación Nacional y la Ley de Educación Superior, para pensar las currículas desde las realidades provinciales, rompiendo con el centralismo y garantizando el acceso a una escuela o universidad pública de calidad en cualquier rincón de la Patria.
Es necesario remarcar el avance que significaron las Universidades Nacionales y escuelas construidas en los doce años de gobierno nacional y popular. Tenemos el desafío de dotarlas de programas vinculados a las economías regionales y a las necesidades locales, formando profesionales que se comprometan en el desarrollo y la transformación de sus territorios. Sin dudas la educación, la ciencia y la tecnología son bases fundamentales para la construcción de una Argentina federal con investigaciones que promuevan la equidad regional.
La militancia:
Una construcción Federal tiene que ver con el otro. Tenemos que apropiarnos de la idea de Cristina de que “La patria es el otro” para construir una organización que tenga una perspectiva federal, donde las políticas públicas, la política de intervención o la política militante esté pensada con las particularidades y necesidades que tiene cada territorio. En ese sentido, la conformación de un federalismo solidario entre los distintos territorios es central para despojarnos de las lógicas de competencia y división, típicamente neoliberales, y acercarnos a una lógica de construcción acorde a nuestro espíritu y nuestra militancia peronista.
Nuestra generación atraviesa el desafío adverso de diseñar una propuesta económica y productiva en la que entren todxs, que garantice no solo las cuatro comidas en cada hogar, el empleo genuino, el acceso a la salud y la vivienda, sino también, todos los sueños y proyectos de vida de nuestro Pueblo. Se vuelve imprescindible la mirada de las juventudes de la organización a lo largo y ancho del país, viviendo y discutiendo los nuevos cambios a la hora de construir la política, para así replantearnos el federalismo no sólo desde una postura histórica sino desde una perspectiva actualizada. En este sentido, el federalismo del Siglo XXI tiene que ser la estructura y el pilar de la nueva Nación Argentina.
Encontramos en la militancia un rol fundamental en el desarrollo de un federalismo fuerte y sostenible. Solo con la fuerza militante el Estado puede llegar desde Tierra del Fuego a La Quiaca. Somos los militantes quienes conocemos la realidad, las necesidades y las idiosincrasias de los distintos barrios, pueblos, ciudades y provincias. Construimos siguiendo el ejemplo de nuestros caudillos federales, con la certeza de que caminamos porque otres caminaron antes. El legado del Chacho Peñaloza, Artigas, Felipe Varela, Pancho Ramírez, Andresito Guacurarí, Juan Manual de Rosas, Güemes, Remedios del Valle, Facundo Quiroga y tantes otres hombres y mujeres que lucharon por la definitiva independencia de nuestra tierra siguen vigentes en cada compañere que milita por la liberación de la Patria.
La construcción de una organización colectiva y solidaria tiene el rol histórico de formar los cuadros y dirigentes que representen a sus territorios. Para esto, tenemos la tarea de generar cada vez más encuentros y jornadas que nos inviten a discutir la mejor construcción de las estrategias que debemos darnos, poniendo siempre el foco en el federalismo y la integración regional, jerarquizando nuestros debates para el diseño de un plan de crecimiento y desarrollo federal. Es de vital importancia que éstos comiencen en nuestras casas compañeras, en nuestros barrios y en nuestros frentes y entendiendo la unidad como la única forma de disputar la hegemonía..
Ser una organización federal significa ser la primera línea de lucha para lograr una equidad e igualdad de oportunidades en todas las regiones, integrando a les habitantes de los diferentes puntos de la Nación bajo un proyecto de país en común. Somos la organización política más federal porque tenemos construcción territorial y de cuadros en todo el país, con una sólida identificación local, respetando las lógicas e identidades provinciales, y a su vez con una misma línea de doctrina a nivel nacional.
Este es el camino para realizarnos en comunidad y tener una auténtica representación popular y construir el federalismo del siglo XXI que nos permita ampliar derechos en los rincones más relegados de la Patria y construir de una vez y para siempre el país que anhelamos y soñamos.