El desafío de las próximas elecciones nacionales y la futura gestión, es la consolidación de los logros, de la ampliación de derechos, la independencia económica, la profundización de la participación democrática, puestos en marcha hace 12 años.
En el caso de Río Negro, observamos la necesidad de llevar al Congreso representantes comprometidos con el proyecto nacional y popular que cambió la historia argentina desde 2003, como garantía de otorgar a la Provincia las herramientas de transformación.
Esas políticas nacionales permitieron que Río Negro se convierta en un polo de investigación, tecnología, ciencia e innovación, con algunos hitos clave: la repatriación de científicos engrosó la lista de profesionales que realizan investigación en el INVAP, el Conicet, el Instituto Balseiro, el Centro Atómico Bariloche.
Así, la provincia colaboró en el objetivo de la soberanía satelital y en telecomunicaciones, ante el riesgo de perder las dos órbitas definidas para la Argentina por la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Gracias a la creación de ARSAT y la decisión política de Néstor Kirchner se retuvieron los espacios orbitales y se puso en marcha la construcción -en el rionegrino INVAP- de los dos satélites ARSAT 1 y 2.
Estos satélites geoestacionarios permiten brindar servicios básicos de telecomunicaciones, para la Argentina, y próximamente todo el continente.
Gracias a los contratos que el Estado Nacional otorgó al INVAP, la empresa con sede en Bariloche pasó de contar con 300 empleados en 2003, a los más de 1.300 en la actualidad.
Es tarea del próximo gobierno del Frente para la Victoria y de su representación en el Congreso de la Nación, garantizar la consolidación y profundización del modelo de soberanía científica, tecnológica, satelital, de investigación, y en materia de telecomunicaciones.
Por otra parte, provengo de una provincia con raigambre productiva, que en los últimos años -merced a la falta de un proyecto provincial vinculado con la materia-, sufrió un proceso de concentración de la tierra y reducción del negocio del complejo frutícola en manos de las empresas exportadoras.
Impulsaré desde el Congreso, la implementación efectiva en Río Negro de los alcances de la Ley de Agricultura Familiar impulsado por el Ejecutivo Nacional, que potencia el desarrollo de los pequeños productores, bajo el objetivo de lograr la soberanía alimentaria.
La diversificación productiva, el estímulo de los pequeños productores, la promoción del mercado interno para el consumo de la producción local, el cambio profundo de la matriz del complejo frutícola, son necesarios para superar las dificultades que plantea un mercado internacional cada vez más inestable. Esta iniciativa se complementa con la creación de un Ministerio para la Comercialización, que ponga al Estado rionegrino en el centro de la política de venta de los productos de su tierra.
Somos también la provincia del turismo, potenciado como nunca en la historia, durante los últimos 12 años. Bariloche, Las Grutas, Viedma y el balneario El Cóndor, toda la costa marítima rionegrina, El Bolsón, y los valles productivos, se vieron favorecidos por la política de promoción del turismo interno, los feriados puente, y el crecimiento de los vuelos de cabotaje de nuestra aerolínea de bandera, Aerolíneas Argentinas.
El resultado en las PASO de Río Negro demuestra la clara decisión del pueblo de continuar en el rumbo que emprendimos en 2003, bajo el liderazgo de Néstor y Cristina. Es una muestra contundente del triunfo del futuro, sobre los personeros del pasado, los tecnócratas, los intereses coloniales que aún sueñan con un país de rodillas.
En términos políticos, este proyecto ha logrado quebrar el modelo de individualismo y enfrentamiento social y generacional en el que nos hundió la década del '90. La reconstrucción de la mística militante; los miles de jóvenes movilizados tras un ideal; la edificación colectiva de un país amplio, abarcativo y generoso; y el espíritu solidario sintetizado en la consigna “La Patria es el otroˮ que enarbola nuestra compañera Presidenta, son muestras de la profundidad del proyecto puesto en marcha.
Aún resta mucho por hacer. La batalla cultural no depende de nombres propios: surgió y se hizo carne en el pueblo, y debe continuar más allá de las circunstancias electorales. Por todo ésto, es necesario garantizar con nuestra presencia en el Congreso la consolidación de este modelo para seguir creciendo, ampliando derechos, promoviendo la soberanía económica, científica, energética.
Es decir, debemos ser garantía de más política, en el amplio sentido del término, de más militancia y democracia participativa, porque no hay marcha atrás posible del proyecto que creó las herramientas para la inclusión y reconocimiento de derechos más importante que tuvo la Argentina.
Martín Doñate (Río Negro); el compañero es candidato a Diputado Nacional por el FpV.
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