Desde hace algunos días se insiste desde los medios con el problema de la “fuga de capitalesˮ. Para entender qué es la fuga se puede utilizar un ejemplo: los agentes económicos ganan 100 pesos, luego invierten para ampliar la producción y pagar salarios con 70 y los 30 que les sobran los ahorran.
La forma de mantener el poder adquisitivo de este ahorro puede ser ponerlo en un banco en plazo fijo y que la tasa de interés anual que te paga el banco te garantice que no pierdas. Yo ahorro 100 pesos por un año, el banco me paga 10 pesos por dejarlo guardado un año y los precios suben un 10% por lo que dentro de un año voy a poder comprar lo mismo que antes.
En nuestro país una alternativa para mantener el poder adquisitivo fue comprar dólares. Por qué? Nuestro país necesita dólares básicamente para dos aspectos, uno relacionado con la economía real, ya que para funcionar nuestro país tienen que importar bienes del exterior, también muchas empresas remiten ganancias al exterior porque son empresas extranjeras y además muchos servicios como el turismo al exterior se debe pagar en divisas. Es decir, que si nuestro país no logra a través de las exportaciones de bienes y servicios cubrir esta demanda los dólares tienen que salir de algún lado.
El otro motivo porque la Argentina necesita divisas es porque después de la década del 70 el gran nivel de endeudamiento con el exterior nos obligaba a pagar deuda y teníamos que hacerlo en dólares. En los últimos años, previos a 2003, los dólares se conseguían de nuestras exportaciones y los créditos del exterior pero cuando lo que compramos afuera era más de lo que vendíamos o cuando no había crédito en el mercado internacional, los dólares escaseaban y por lo tanto el tipo de cambio se devaluaba, y el precio del dólar subía. Esta subida del precio del dólar permitía que aquel que ahorraba en divisas en los momentos de devaluación tuviera posibilidad de comprar más bienes. Este funcionamiento de la economía generó una cultura en gran parte de la población de ahorrar en dólares.
Desde el año 2003 el Estado nacional ganó márgenes de maniobra. En primer lugar bajó su nivel de endeudamiento y por lo tanto los dólares que se necesitan para pagar deuda fueron menos. Por otro lado, la administración del valor del tipo de cambio permitió que los costos en dólares de nuestros distintos productos fuera competitivo con las importaciones en el mercado interno y con la competencia de otros países en el mercado internacional. Esto permitió que aumentaran nuestras exportaciones y que nuestro mercado interno consuma más bienes de producción nacional .
Gracias a esto nuestro país bajó el peso de la deuda externa. Hoy la deuda con el sector privado es menos del 15% de nuestro PBI.Hoy tenemos superávit de cuenta corriente ( compramos menos de lo que vendemos al exterior en bienes y servicios) por lo que las reservas de nuestro país crecieron fuertemente.
A esto situación, donde el dólar dejó de ser un problema en nuestro país en términos de que existe una gran cantidad de reservas y de que la economía genera gran cantidad de divisas, se le sumó la situación económica mundial, la crisis económica llevó a EEUU a promover una desvalorización de su moneda para recuperar competitividad, abaratando el precio de su moneda los bienes de EEUU se hacen más baratos y por lo tanto pueden al menos vender en su mercado interno. Esta cuestión se ve reflejada en el crecimiento de los precios de los comodities agropecuarios, energéticos y mineros, así como de la fuerte suba de los valores en dólares de la propiedad inmobiliaria.
La suma de estas cuestiones generó que fuera mal negocio tener dólares. En estos 8 años fue mejor negocio invertir en la actividad productiva, la construcción, los bonos de deuda argentina, plazos fijos o la bolsa que dieron mejor rendimientos que el dólar. Sin embargo, gran parte de los agentes económicos de nuestro país siguen ahorrando en dólares en parte porque tienen ingresos no declarados, es decir, en negro. Esto sucede porque no hay un mercado financiero muy desarrollado en nuestro país y por lo tanto este dinero ahorrado por los agentes económicos con el que se compran dólares, según la contabilidad económica, es fuga de capitales aunque estén en cajas de seguridad, abajo del colchón o en el mismo sistema financiero local en cajas de ahorro.
La administración del precio del dólar depende en gran medida de la dotación de reservas que tenga el Banco Central ya que con esto logra intervenir y garantizar este precio tan importante. En los últimos 8 años han existido jugadas para presionar a cambiar el precio y el Banco Central resistió perfectamente ya que con 50 mil millones de dólares es imposible que ningún actor del sector privado por si solo pueda condicionar al estado nacional.
¿Cómo funciona el mecanismo a través del cual arman lo que se llama una corrida?
Los depósitos a plazo fijo son realizados en parte por el sector por el sector público, en parte por las grandes empresas y los bancos. Un proceso de presión para devaluar comienza desarmando los depósitos en plazo fijo y comprando dólares.
Esta caída de los depósitos a plazo fijo permite justificar que los bancos suban la tasa de interés, supuestamente para que “la genteˮ mantenga su dinero en plazo fijo, ya que les pagan más, sin embargo esto les permite también cobrar más caro por prestar dinero y como los bancos ganan dinero prestándolo, a mayor precio mayor ganancia. Este comportamiento genera que el Banco Central tenga que intervenir vendiendo dólares para evitar que el precio suba. Los actores del sector financiero empiezan a comprar y vender en base a esos dólares como si fuera el “mercadoˮ, el lugar donde se realizan las operaciones, cuando en realidad estas operaciones entre ellos lo que genera es una presión artificial sobre la demanda de divisas. Si esto se acompaña con titulares en los medios de comunicación se genera un pánico entre los compradores minoristas que en base a su memoria inflacionaria temen que suba el precio y empiezan a desarmar sus depósitos en pesos para comprar dólares. Esta situación, inicialmente ficticia, termina generando una demanda y un pánico en los pequeños compradores y se genera una corrida.
Esto siempre lo hacen antes de las elecciones y es lo que hicieron ahora. ¿Cómo podemos saber que son un grupo reducido quienes realizan esta movida?. Porque como dijo Amado Boudou el 80% de las operaciones de compra de dólares las hicieron 4 operadores (bancos) que dicen que lo hacen por cuenta y orden de sus clientes, pero no es así.
La forma de atacar el problema:
Presionar a los grandes jugadores de forma directa. En este sentido es fundamental entender que son los grandes jugadores, sobre todo los grandes bancos, los que realizan este tipo de operaciones y concentran la mayor parte de la compra venta de dólares.
Garantizar que la oferta de dólares crezca, obligando a liquidar las divisas que se generan con las exportaciones de minería y petróleo (entre 3.000 y 4.000 millones)
Controlar y dar señales para que la demanda de dólares no sea del mercado informal, aumentando los controles de la AFIP.