Política

Degradar a la Polí­tica es otra cosa

Frente a las lamentables declaraciones del senador Miguel íngel Pichetto, que ofenden al pueblo de La Matanza, compartimos una palabras para llamar a la reflexión a quienes piensan a la polí­tica (y al paí­s) como un privilegio para unos pocos.
por La Cámpora
3 abr 2018
"Bienvenidos al Hambre" rezaba un gigantesco cartel estratégicamente colocado en la rotonda de González Catán, en la intersección de la Ruta 3 y la Ruta 21. Corrí­a el año 1998 y la Alianza le ofrecí­a al pueblo matancero, como candidata a intendenta, a una locutora de radio y televisión. Un año más tarde, el pueblo matancero, artí­fice de numerosas epopeyas, respondió a aquella afrenta reventando las urnas con votos peronistas, consagrando como intendente al compañero Alberto Balestrini y permitiendo que el peronismo triunfe en la Provincia de Buenos Aires. Esta mañana el pueblo matancero se encontró ante una nueva afrenta, esta vez de parte del jefe del bloque de senadores nacionales de Argentina Federal. El senador Pichetto subestima a los matanceros si cree que somos gente que se sube a los micros, para ir a los actos a tocar el bombo y cantar la marcha, y que todo eso degrada la polí­tica. Por supuesto que nos gusta tocar el bombo, ir a los actos y cantar la marcha. No en vano vivimos en la 'Capital Nacional del Peronismo'. Serí­a bueno que Pichetto venga a conocer La Matanza. Fácilmente podrá ver con sus propios ojos la dignidad de un pueblo, que no la está pasando bien, pero que pone el pecho todos los dí­as para superar esta oscura etapa de la cual Pichetto es cómplice. Señor Pichetto no se confunda. Degradar la polí­tica es otra cosa. Degradar la polí­tica es defeccionar en las convicciones. Degradar la polí­tica es traicionar las ideas. Degradar la polí­tica es aferrarse a las bancas conseguidas por un espacio polí­tico y representar los intereses del enemigo. Seguramente si Pichetto decide venir a visitar La Matanza, pasará desapercibido caminando por las calles de San Justo, Laferrere, Tapiales, Rafael Castillo o cualquier otra localidad. El año que viene el pueblo matancero nuevamente va responder a esta afrenta, llenando las urnas con votos peronistas. E igual que aquella célebre locutora, Pichetto pasará al olvido. Y, como dijo alguien, ese será su más duro castigo, por no cumplir su deber de hombre.
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