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Armar de nuevo

Discurso completo de Máximo Kirchner en Club Atenas

"Hay que tenerlo claro, vamos a salir adelante, la vamos a pelear, vamos a construir una esperanza realmente desde el pie. Hay que construir desde abajo... Acuerdos por arriba ya está, hicimos la prueba y nos salió mal. El acuerdo lo construye el pueblo: mandante nuestro".

por La Cámpora

Bueno, agradecerles primero que estemos acá, que estén acá de corazón. Segundo, traerles un enorme abrazo, un gran cariño de la compañera Cristina para todos ustedes. Después que me ayuden un poco hoy, porque armaron esto acá en el medio porque entraban 500 compañeros y compañeras más adentro del gimnasio, así que vamos a hacer un esfuerzo acá. No sé cómo se maneja esto, pero ustedes me ayudan porque siempre me han ayudado y yo siempre estaré agradecido a toda la ayuda y al acompañamiento que me han dado, no solo políticamente, sino personal y humanamente, que también es muy importante. Creo que tenemos muy claro todas y todos los que estamos acá, la situación de nuestro país y que millones y millones de argentinos y argentinas sufren a diario.

Siendo aparte este el comienzo ante el despliegue de estas políticas económicas que de profundizar su camino y su tiempo, van a afectar cada vez a más argentinos y argentinas. Esto que vemos hoy, que en algún momento es, como dice la compañera Cristina, de un tinte distópico, de esta realidad donde el Congreso argentino vota leyes como el Rigi como si fuera la única manera posible de desarrollar nuestro país, entregando sus recursos naturales. Cierto que las provincias argentinas necesitan desarrollarse más aún, tan cierto es que este tipo de políticas vienen, arrasan y se van. Miles de pueblos de nuestro profundo interior han visto siempre cómo estas actividades extractivas generan un trabajo por un poco tiempo y después dejan nuestros pueblos arrasados y nuestra gente abandonada, sin que en muchos de ellos siquiera haya una salita de primeros auxilios o un pediatra para su gente.

Aparte, aparte entender que cuando nosotros planteábamos hace ya muchos años que estábamos en ciernes de tres la flexibilización laboral, ambiental e impositiva, el RIGI consagra esas tres flexibilizaciones. Las empresas no pagan impuestos, nuestra tierra, nuestros ríos, nuestras montañas, nuestros mares a disposición de jurisdicciones extranjeras y nuestros trabajadores y trabajadoras trabajando por una miseria que ni siquiera a veces le permite llegar a fin de mes. Dicen entonces que esa es la única forma que nuestro país salga adelante. ¿Va a salir nuestro país adelante de esa manera? Hace más de 400, 500 años, vaya a saber cuánto, nuestro continente sufre lo mismo. Allá en el tiempo era la mita o el yaconazgo, y ahora este tipo de leyes que vienen con la pátina de explicarnos que es la única manera posible de generar un futuro para nuestra gente. La traducción sería que la única manera de tener un futuro como país es que su pueblo viva de manera indigna. Si un pueblo vive de manera indigna, no hay país.

Y esto es lo que tenemos que entender. Está muy bien, está muy bien. Y aunque sé que es discutible, y aunque sé que es discutible, está muy bien. Pero si nuestro pueblo tiene hambre y se llevan nuestro gas, nuestro petróleo, la minería, el oro y la plata, es saqueo. Si hay actividad extractiva en la Argentina, de la única manera que se va a aceptar es porque hay un pueblo que se puede educar, comer, crecer, realizarse en la vida.

Si eso no sucede, estamos adelante de un saqueo. Y es imposible que los argentinos y las argentinas de bien acompañen un saqueo. A esos argentinos y argentinas hay que salir a buscar, a pedirles que se involucren con el destino de su país, piensen como piensen. Y lo decía recién, necesitamos que las argentinas y argentinos se metan adentro, no solo de las militancias políticas, sindicales, culturales, sociales.

Hay que meterse en la cooperativa de las escuelas, en las cooperativas de los hospitales, en los centros culturales de barrio, en nuestros clubes, esos clubes de barrio que apenas hoy quizás puedan pagar las tarifas y donde los hijos y las hijas del pueblo argentino van a jugar, a hacer amigos, a aprender. Estas cosas son más que importantes para el desarrollo de una sociedad. Ese RIGI o el veto, hoy justo Día de la Jubilada y del Jubilado, ese veto con el que no hay que enojarse, compañeros y compañeras. El presidente actual es un presidente elegido por el 56 % de los votos el 22 de noviembre.

Y el veto es una facultad constitucional. Hay que dejar de patalear, hay que ponerse a construir, a seguir construyendo, a organizarse, porque no es que somos adivinos o tenemos el oráculo de Delfos para saber cómo termina esto. La otra vez el presidente hablaba del 2001 y de cómo todo había volado por los aires. Entonces cuando uno veía en los recientes días o en las últimas horas una idea brillante del gobierno, los trabajadores de Aerolíneas Argentinas y las trabajadoras peleando por su salario, son amenazados con la privatización de la empresa. Empresa que une a nuestro país a esas ciudades y pueblos que son del interior. En serio. 1000, 1502, 1002, 1503, 1000 km. Que cuando aerolínea fue privatizada había vuelos día por medio o cada tres días.

Que cuando llegó Néstor al gobierno, la empresa apenas funcionaba y hacía muy difícil incluso el desarrollo de la actividad turística por los constantes paros y la desatención que provocaba el privado sobre la empresa y que no permitía que el negocio del turismo se desarrollara. Porque esta es la verdad, aunque muchos se olviden. Porque también este gobierno juega con la desmemoria, con la desmemoria a la que apelan los medios de comunicación y muchos tantos. A ver, médico, acá que hace calor.

Estamos bien. Aire, agua y amor. Vamos a esperar un poco de la compañera. ¿Está bien?

A mí también me cuesta con el calor. Yo que soy mitad pingüino, mitad bonaerense estoy, así que si me caigo, me levantan. ¿Ya saben quién era, no? Esto que sucedió en el 2001, sucedió con Aerolíneas Argentinas privatizadas, sucedió con los fondos de pensión de los jubilados, las jubiladas, los trabajadores y las trabajadores argentinas en manos de la AFJP.

YPF también estaba privatizada y sin embargo las cuentas del estado tampoco cerraban. Es una mentira. Y es la excusa y la coartada para consagrar la entrega de lo que es del pueblo argentino a intereses que nada tienen que ver. Y poco les preocupa, compañeros, compañeras y vecinos de la patria, que ustedes puedan cumplir los propósitos que tienen en la vida.

No me refiero solo al propósito colectivo, militante, sino también a ese propósito individual que todas las personas tienen para realizarse. Lo importante también es entender cómo llegó este gobierno y por qué. Y creo que este es el debate y la discusión que nos debemos. Puedo asegurarles que hoy vengo a pensar y a reflexionar con ustedes.

Tengo un puñadito de certezas, no muchas, pero tengo un puñadito de certezas. Pero después debemos pensar y reflexionar entre todas y todos para saber. Otro compañero… calor. Entonces, esa convocatoria que tenemos que hacerle a muchas argentinas y argentinos, y que ustedes deben hacerlo desde sus unidades básicas, desde sus barrios, en su lugar de trabajo, es para poder imaginar un futuro juntos.

A ver, ahí va. Esperamos a la compañera. ¿Suben ahí? ¿Alguien tiene agua? Ya que estamos. Esta convocatoria tiene que ver con que militantes con diferentes responsabilidades, todas ellas importantes. Muchas veces algunos compañeros y compañeras se confunden y piensan que lo único importante son algunos lugares. Y lo que hay que entender, por ejemplo, que si yo hoy puedo estar acá hablando, convocando a pensar, es porque miles de ustedes a lo largo y ancho del país, todos los días laburan, militan, trabajan, estudian, se esfuerzan y también le dedican un tiempo a construir para los demás.

En ese entender qué es lo que nos pasó, voy a reflexionar y pensar con ustedes. Podrán pensar a veces como uno, o no es así. La militancia, el debate político, la discusión es así. Y nadie se puede enojar y ofender y ver donde hay ideas o ganas de debatir y discutir un complot.

Por lo contrario, siempre estuvimos para ayudar a todas y todos los compañeros y compañeras ante los desafíos que tienen allá. Porque vieron que ahora dicen che, el dedo de Cristina. Y yo la pregunta que me hago y quiero hacer es si los que fueron señalados por el dedo de Cristina se quejan, ¿qué nos queda a los que no hemos sido señalados por el dedo de Cristina y seguimos haciendo todo lo que tenemos que hacer.

Resulta, resulta, y esto sí, y si por un ratito hablo más en primera persona, les pido disculpas, ustedes saben que siempre hablo en plural, pero cuando cuando se murió Néstor hubo muchísimas presiones. A mí, de acuerdo con una persona muy, muy, muy, muy poderosa, vino a verme decir que bueno, que era mejor que Cristina no sea candidata en el 2011, y que de esa manera Cristina en el 2011 no iba a tener problemas después de dejar la presidencia. Bueno, ustedes saben cómo terminó el 2011. La compañera, y esto lo digo porque lo viví adentro, quizás en lo que fue para ella el peor momento de su vida, en vez de ponerse como víctima, esta moda que hay de dirigentes con importantes cargos que creen ser víctimas.

Un dirigente no es víctima. Un dirigente se propone a sí mismo, a la sociedad y asume las responsabilidades y busca sintetizar y conducir al conjunto. En ese momento salió para adelante y entendió también que era momento de producir una oxigenación en la política argentina. Y le dio lugar a miles y miles de pibas y pibas para que se involucraran en el destino de su país.

De esos pibes y pibas que Cristina, contra viento y marea, de las corporaciones que también hay adentro del peronismo, por ejemplo, tenemos a la compañera Mayra, que con 25, 26 años fue diputada nacional, intendenta de Quilmes, reelegida intendenta de Quilmes. El compañero Wado De Pedro, que también entró ahí. La compañera Anabel Fernández Sagasti, que está en Mendoza. Y la pelea todos los días en un lugar complejo. Que eso irritó un poco a una parte del status quo justicialista, pero había que hacerlo, había que hacerlo. Después, te dicen “bueno, Cristina elige a Scioli.” O, “no No, no, Scioli perdió, porque los que estamos acá no militamos. El que no militó nunca fue él. Y ese fue el problema siempre. Acá siempre se milita. Acá siempre se milita. Gobernadores, intendentes, una parte de la CGT fueron a pedirle a Cristina. Y Cristina entendió que era un pedido de una parte del peronismo y acompañó todo esto durante una inmensa pelea con los Fondos Buitres que buscaban doblegarle el brazo. No a una presidenta, que esto es lo que muchas veces no se entiende, sino a nuestro pueblo y a nuestra patria. Y vaya, y vaya si no lo hicieron. Y recuerdo que la campaña del candidato opositor y sería presidente era “bueno, yo voy a dejar lo que está bien y voy a arreglar lo que está mal”. Y empezó el gobierno del ex presidente Macri. Y a medida que se fue quedando sin respuestas desde el gobierno para con su pueblo, empezó la persecución judicial sobre aquellos que pensaban diferente, que querían otra realidad. Se endeudó nuestro país de una manera criminal, primero con los acreedores privados. Porque es bueno recordar, es bueno recordar porque estamos haciendo y pensando y reflexionando desde nuestro lugar, cómo llegamos al día de la fecha y a esta situación. Entonces había un imaginario que los medios de comunicación respaldaban y algunos ilusos creyeron que con Macri presidente las inversiones iban a venir al país solamente por eso, porque tenía ojos claros y era un empresario. Y sacaron el cepo, se les descontroló el dólar, hicieron un acuerdo con los Fondos Buitres espantoso, y festejaban. ¿Con quién? Con el Messi de las finanzas, que Argentina emite deuda 100 años. Hay cosas paradojales realmente que ocurren en nuestro país. Ese endeudamiento fue por casi 2600, 2700 millones de dólares a 100 años. Entonces nosotros pensábamos, bueno, van a ser el gasoducto para poner en valor esa Vaca Muerta que recuperó el pueblo argentino para ponerla al servicio de su desarrollo. Pero no, pero no, no hubo gasoducto. Luego vino la elección del 2017, y cuando muchos se escondían, cuando muchos decían que a Cristina había que jubilarla por eso no me asusta el presente, yo lo escuché 20 millones de veces esto. La compañera salió a caminar la provincia de Buenos Aires dio la pelea, ganamos las PASO, aunque nos enteramos 20 días, después perdimos las generales. Y esa misma noche, cuando todos o muchos andaban con la cara larga, la compañera hoy empieza todo. Ese día fue un paso más en la construcción para que el peronismo, para que el pueblo volviera al gobierno. Vino el 18, vino el 19. Cristina estaba muy bien, pero muy bien en las encuestas y tomó una decisión.

Y esto sí quiero aclararlo y es importante, porque muchos nos ponen a nosotros en un lugar que no es cierto. Podrán, a fuerza de pauta, y vaya a saber qué más, decir que nosotros somos siempre el factor de división. Por el contrario, que me traigan un dirigente que haya dejado su lugar para que haya unidad como hizo Cristina en el 2019. Uno, uno, uno.

Discutí muchísimo con ella. Y la decisión y el centro y el núcleo de lo que ella decía, por qué tomaba la decisión, era porque entendía que el pueblo pedía que no gobernara más Macri. Y no pensó si tenía que ser ella o no, sino que había un pueblo que demandaba que el gobierno de Macri concluyera de manera democrática, como se debía. Y así fue que Alberto Fernández fue presidente de los argentinos y argentinas. ¿Por qué? ¿Por qué? Porque había muchos sectores dentro que no se la aguantan, que no se la aguantan. A ellos hay que decir no tengo problemas. No se la bancan porque labura, no se la banca porque trabaja todos los días y porque no tiene miedo. Uno de los problemas que tenemos hoy en el presente en el peronismo muchas veces, es que hay muchos dirigentes con miedo, y en vez de asumir ese miedo, prefieren… Bueno, así ganamos la elección el día de las PASO, cuando muy pocos argentinos y argentinas creían se ganó una elección por más de 16 puntos a nivel nacional y por más de 20 en la provincia de Buenos Aires. Después algunos entendieron mal el resultado de las PASO. Y ahí empezaron los problemas. Porque al Estado hay que administrarlo, porque tenés que entender muchas veces las cosas que suceden en ese trabajo de ahí en más en adelante.

Imagínense que nadie de nosotras y nosotros tenía en el menú la pandemia. Nadie. Y hubo que afrontar una situación complejísima para nuestra gente, complejísima. Más allá de la cuarentena o lo que fuere, yo siempre imaginaba por esos días qué hubiera pasado si yo con 15 o 16 años y con todas las hormonas rebotando por todos lados, me decían “no nene, no podés salir a la calle, no podés hacer esto, no podés salir a bailar, no podés ir a la escuela, no podés ir al club, no podés hacer tantas cosas”. Y esas cosas tienen impacto también. Cuando empezamos a ver que muchos argentinos y argentinas, como en el resto del mundo, porque la pandemia pasó en todo el mundo, lo aclaro, porque a veces pareciera que fue solo acá, tenían que despedir a sus familiares a través de un celular, o no podían velarlos según sus creencias religiosas, para el último día o para la despedida. Esos dolores, esos duelos, es imposible que no impacten ni en el corazón ni en la cabeza de una persona. Deterioró la salud mental nuestra, de nuestro pueblo, la de todos y todas. Aún así, porque el otro día lo escuché, y ahí fue cuando empezaron los problemas, el otro día lo escucho al ex ministro de economía que se rajó un sábado 2 de julio a la tarde, sin avisarle a nadie, decir que el gobierno había utilizado políticamente la cuarentena. Miren, a mí nunca…o en ese momento nunca pensé que fuera así. Pero sí lo que pasaba. Pero sí lo que pasaba. Y están los diarios y las letras de molde de época, que muchos en ese momento, como la imagen del presidente era de 70 o 75 puntos de imagen positiva, empezaron a sugerirle al presidente, y esto lo leía uno todos los días, que debía pelearse con Cristina. Esos que le picaban en la cabeza al presidente, y debo decir que el presidente también dejaba que se la piquen. Porque que viene gente todo el día a decirte cosas o calentarte la oreja, está lleno. Pero hay que estar preparado para administrar eso. Hay que estar preparado humana y políticamente para saber lo que hay que hacer esos mismos, incluso algunos se han reciclado hoy en la provincia de Buenos Aires ,que le decían: “peleate con Cristina, te tenés que pelear con Cristina”.

Son los mismos que hoy lo desconocen y miran para otro lado. Si realmente queremos construir seria y honestamente entre aquellos que no coincidimos con este modelo de país, sería bueno que en vez de pedirle autocrítica a la compañera, la empiecen a hacer ellos y a reconocer cuando se equivocan. No tiene nada de malo equivocarse, el problema es la soberbia de no reconocerlo. Fuimos a elecciones, perdimos en las PASO, achicamos como pudimos en las generales y el 17 de noviembre el presidente convocó un acto y en vez de convocar a la unidad, aseguró que en el 2023 iba a haber PASO. Brillante idea. Brillante. Este tipo de situaciones de aquellos que le exigen autocrítica a la compañera Cristina, uno se pregunta en dónde estaban, porque era tal el grado de encierro del gobierno que la compañera se vio reducida a poder mostrar sus críticas por Twitter. Cristina no esperó que terminara el gobierno para decir en qué nos habíamos equivocado. Quiso corregir el gobierno mientras estaba desarrollando la acción política para la que se había comprometido con millones de argentinas y argentinos. Porque tenía claro que si no estábamos a la altura de las circunstancias, si no teníamos la decisión que el compromiso asumido en las elecciones del 2000, en 2019 la derecha se echaba en la Argentina por el poder. Y así fue. Y vino el acuerdo con el Fondo. Ese acuerdo nefasto a los intereses de la patria y excelente para los intereses del Fondo Monetario y de los acreedores argentinos. En ese momento, cuando uno ve cómo se empieza a desarrollar, y quizás recuerden aquel acto de diciembre del 21, cuando Cristina le dice al presidente “tomate la mano del pueblo y andá con el pueblo que el pueblo no va a traicionar”, hicimos todo lo contrario. Entonces, cuando uno, más allá del acuerdo, se levanta un viernes a la mañana y ve al Presidente en un fondo verde con ardillitas y cositas por detrás y pajaritos, decirle a los ciudadanos argentinos y a las ciudadanas que no iba a haber tarifazo, que no iba a pasar nada, que no iba a haber inflación, ahí muchos hasta acá llegamos. Y les puedo asegurar, les puedo asegurar que no es que fue fácil.

Me tocó dejar y entender que debía hacerlo, pero no por mí, no para que digan “mirá que capo Máximo se paró con el Fondo Monetario”, sino porque sentía y estaba convencido que estaban entregando a la Argentina y quebrándola en su autoestima. Que por lo que militan tantos compañeros y compañeras todos los días dando la cara por nosotros, empezaba a dejar de tener sentido. Y después de eso, no es que armamos otro bloque con los compañeros diputados, diputadas, senadores y senadoras. Seguimos estando en el bloque de gobierno y votando las leyes. Y allí en mas llegó la ida de Guzmán.

A los tres meses viene Batakis, que es la primera persona que creo que dice “no hay plata” en una reunión de gabinete. Ustedes imagínense hacerle firmar un acuerdo a tu país e irte a los tres meses del gobierno sin siquiera levantar el teléfono para comunicarte con el presidente. Cuando dejé la jefatura del bloque del Frente de Todos, llamé. Hasta acá llegamos. Que es lo que hay que hacer, que es lo que hay que hacer cuando uno está seguro de lo que piensa, cuando tiene la plena convicción de lo que piensa, no esquiva nunca un debate, ni una discusión, ni se para de una mesa pateando una silla. Por el contrario, se queda sentado en la mesa, da el debate, da la discusión y a donde lo convoquen va a darla.

Como fuimos el 16 de febrero del 2023 ahí a Matheu del PJ, a decirle al presidente que esto no iba más y que teníamos que generar una opción. Entonces esto que vemos hoy, y ahí nos sentamos Wado, Massa, Kicillof, Cristina, el que está acá, porque el gobierno se caía, porque estaba de salida, por aquellos que ahí se borraron todos. Ahí lo que le decían al presidente “peleate con Cristina” y todos estaban escondidos abajo de la cama. Eso fue lo que pasó. Y fuimos a poner la cara y a bancar el tránsito de un gobierno bajo la tutela de un acuerdo con el que no estábamos de acuerdo y que no habíamos votado. Y fuimos a hacerlo para tratar de mejorar la calidad de vida de nuestra gente, o al menos que no siguiera empeorando. Era un hecho inédito que tantos trabajadores y trabajadores argentinos registrados con un sueldo en blanco estuvieran bajo la línea de la pobreza. Esa pelea que empezamos a dar para que el gobierno llegara, para que la calidad de vida de la gente no empeorara, fue titánica y enormemente desigual.

Tan desigual que al otro día de las PASO del 23, el Fondo Monetario obligó a la Argentina a devaluar más del 30, 40 % su moneda. La semana siguiente a esa devaluación hubo saqueos. Ustedes se acuerdan toda la cantinela que armaron de 500, 600 saqueos. Muchos acá en la provincia. Raro, raro que se devalúe 30 % la moneda y haya saqueos y después venga otro gobierno y la devalúe 120 y no pasa nada.

Digo porque siempre al peronismo le echan culpa de muchas cosas. Y esto fue lo que sucedió. Dimos esa pelea y también, compañeras y compañeros, llegado ya entrado mayo, junio, no me acuerdo muy bien, del 2023 teníamos claro que había que ofrecer una opción electoral. Lamentablemente hubo personas que dudaban si tenía que ser Scioli o tenía que ser Wado. ¿A ustedes les parece? Miren dónde está el compañero, miren dónde está Scioli. Y nos vienen a pedir autocrítica a nosotros. ¿Por qué no lo hacen de una buena vez por todas la autocrítica ustedes?.

Y salió el compañero a caminar todos los días, yendo, superándose, aprendiendo. Y también, como hubo un sector que no cedía con la candidatura de Scioli, hubo que hacer un firulete y con todo el dolor del mundo el compañero, pero aceptando la instrucción de la conducción… porque cuando se tiene conducción se tiene para cuando te dice que sí, pero lo más importante es aceptar la conducción cuando te dicen que no, también, sino cualquiera. Entonces, y perdón, porque yo sé que los argentinos y las argentinas también quieren saber qué vamos a hacer, y ustedes también, lógicamente, como cualquiera. Pero es importante porque si no se confunden los tantos o hay mucho loro hablando, acomodando la realidad a sus intereses personales y singulares y no la capacidad de poder reconstruir un conjunto que tenga la fortaleza y la potencia para cambiar esta historia oprobiosa a la que está sumergida la patria. Esa historia oprobiosa que hace que en nuestros barrios el narco crezca y el Estado retroceda, envenenando a los pibes o transformándose en la fuente de trabajo. Que hace que miles de enfermos en la Argentina no puedan comprar sus medicamentos oncológicos o para otro tipo de enfermedades crónicas, resignándolos a la muerte, sin acceso a la salud en un país que tuvo una historia característica, de Carrillo para acá, de cuidar a los argentinos y argentinas. ¿Cómo puede ser que haya dirigentes y presidentes que no quieran cuidar a su pueblo si es el pueblo el que los vota, si es el pueblo el que los pone ahí?

Entonces, esa historia oprobiosa que crece todos los días, que hace más violenta en términos generales a nuestra sociedad, donde una simple discusión o un roce en la calle entre dos autos de dos guardabarros puede terminar con un muerto y no con que intercambien el seguro. Esa Argentina es invivible para cualquiera. No solo es la violencia y la inseguridad, sino es la violencia general en la que estamos sumergidos y debemos hacer un enorme esfuerzo para salir. No es fácil, no hay manera que la paciencia no esté cortita con todo lo que pasa, pero debemos hacer un esfuerzo por no enfrentarnos de esa manera entre nosotras y nosotros.

Y así fue, entonces, que fuimos a la elección, dimos la pelea y finalmente fue electo el presidente Milei. Pero ahora, en esa discusión que nos compete a muchos y muchas de las que estamos acá y que tampoco están… a veces uno anda mirando cosas o leyendo y escucha algunas personas diciendo que el pueblo va a hacer tronar el escarmiento. Miren, muchachos, y con todo el dolor del mundo porque me caben las generales de la ley, el pueblo hizo tronar el escarmiento el 22 de noviembre del año pasado, cuando perdimos 56 a 44. Nos comprometimos y no cumplimos pero, también algunos dicen, extrañamente, es raro ver militantes políticos atribuirles al debate político una derrota electoral. El problema no fue el debate político, el problema fue que quien gobernaba tomó las decisiones que tomó y que Cristina fue diciéndole que no. Incluso hasta un momento tuvo que contarle a los argentinos y argentinas que había ido 19 veces a la quinta de Olivos tratando de torcer el rumbo para que alguien como Milei no fuera presidente.

Y ahí es cuando nosotros queremos dar la discusión, porque nadie más que nosotros tenemos ganas de dar ese debate, de caminar juntos porque algunos entendieron la marcha, solo una parte, muy mal. No es unidos triunfaremos y se termina la marcha. Unidos triunfaremos para que reinen el pueblo, el amor y la igualdad. No es la unidad por la unidad misma. La unidad tiene objetivos de primer orden, de segundo orden y de tercer orden. Esta es la realidad.

Entonces suele pasar lo mismo. Muchos en vez de ayudar a corregir el rumbo del gobierno y hablar con el presidente y atender los planteos que hacíamos, por posicionamientos infantiles, por resentimientos infundados, eligieron cebar al presidente en un destino porque creían que la manera era la manera de derrotar a Cristina. Y miren cómo terminó. Y miren cómo terminó. Hay dirigentes del espacio a veces que creen que se construye la autoridad frente a Cristina. No, no. La autoridad se construye frente a Paolo Roca, frente a Pagano, frente a Mindlin, frente a Eurnekian, frente a Elsztain. ¿Qué compañero quiere construir autoridad frente a Cristina? La autoridad la vas a construir, tu pueblo te va a acompañar dando esas peleas, poniéndole límites, porque si no, no tienen límites.

El otro día miraba que parecía que la inflación y los precios suben en la provincia de Buenos Aires porque algunos intendentes, compañeros, tienen que poner tasas municipales o subirla, porque se cae todo, porque la nación no invierte más. Entonces termina siendo un intendente. Según los dueños de los supermercados Cotto, Chango Más… claro, se gastan 20 palos verdes o 10 palos verdes para ponerle a un estadio el nombre del supermercado en vez de bajar los precios. Y la culpa la tiene el intendente. De acá. Dale dale, si se la llevaron todas los dueños de la comida en Argentina, los supermercados, las empresas de alimentos, verdaderos barriles sin fondo que ni siquiera se hacen cargo del daño que producen. Igual Edelap, Edenor, Edesur, con que se corte la luz en verano con las tarifas que están cobrando, vamos a estar mirando bien. Ni un solo corte de luz con estas tarifas. Ni un solo corte de luz. Ni un solo corte de luz.

Entonces, en esta situación donde aparte parece pero bueno, Cristina dijo que hay que explicar lo obvio, pero miren, vamos a pensar 2 minutos juntos y juntas. La que no achicó nunca. Se equivoca. Yo discuto mucho con ella, quiero decirlo. Otros no, otros cuando estaban adelante de ella: “sí, presidenta”, balbuceaban dos sílabas más o menos. Yo estaba ahí. Resulta que la compañera que se bancó el macrismo, que dio la pelea, que se dio su lugar para que terminara el gobierno de Macri y el pueblo argentino canalizara su esperanza, terminó condenada durante un gobierno peronista. Y una noche del primero de septiembre del 2022 le pusieron un fierro en la cabeza para matarla. Y resulta que ahora Cristina no tiene que hablar porque eclipsa a otras figuras. Vamos muchachos, vamos. Tranquilos, tranquilas. No hay que apresurarse, hay que ir paso a paso, como decía Mostaza. Hay que parar la oreja, escuchar a nuestra gente, como dice Cristina. Cristina no te anuncia que vamos a hacer algo novedoso o hay que hacer esto nuevo. Comparte con los argentinos y argentinas, entonces también con nosotras y nosotros, documentos donde plantea no verdades reveladas, no están escritos en piedra esos documentos son el inicio del debate y la discusión sobre lo que realmente entendemos debemos repensar en nuestro accionar para volver a sintonizar realmente con los intereses de las mayorías en la Argentina.

¿De qué hablamos cuando hablamos de educación pública? ¿De qué hablamos cuando hablamos de salud pública? ¿Cómo vamos a afrontar la inseguridad creciente? Estas son las cosas que le interesa a nuestro pueblo. Y que aparte, en una economía de estas características, que potencia todas las miserias que tenemos como personas, porque todos tenemos miserias, y morigera o apaga nuestras virtudes, las pocas o muchas que cada una o uno de nosotros pueda tener. En esa situación es muy difícil a veces entender cómo algunos piensan. Y como les dije antes, que es en contra de ella, por el contrario, dámela siempre. Y aparte yo no le voy a pedir que sea candidata para que me conduzca. Yo a mi conducción le pido que tenga los ovarios que tiene que tener para abrir la boca cuando hay que abrirla. Y si no quiere ser candidata, no es, y si quiere lo es. Estamos bastante grandes nosotros y nosotras para no hacernos cargo del destino. Y si ella quiere y sale a caminar, mejor aún todavía. Por favor.

Yo les quiero decir que acá, en este Atenas, vino Néstor después de su primera operación de carótida en febrero del 2010. 24 de febrero de 2010, aniversario del triunfo electoral del general Perón. Y como había perdido y algunos le habían escapado a la pelea en la elección del 2009, lo querían fletar a Néstor. Y vino acá y dijo: “estoy acá”, con un cierre que tenía acá de la carótida, “para dar todas las batallas que hay que dar”, como están ustedes hoy acá también, para dar todas las batallas que sobrevendrán.

Si uno pensara en uno solamente o en el destino personal, no estaría acá hoy. Quizás estaría mirando el acto que vendría otro compañero y estaría en el sur mirándolo con mis hijos, con los dos. Pero cuando se asumen compromisos se cumplen, compañeros. Y yo voy a cumplir y mis compañeras y compañeros intendentes van a cumplir también todos los días en la gestión, para hacer lo que la realidad les permita y un poco más para que nuestro pueblo sufra lo menos posible como hace cada compañero y compañera de este enorme espacio político en todos los lugares de gestión.

Tenemos la responsabilidad no de enunciar la palabra esperanza. Hay que generar la esperanza. Y la esperanza la generan las actitudes militantes, la generan la contracción al trabajo para poder ofrecerle a nuestro pueblo una nueva estatalidad que permita, realmente, esa educación pública, esa salud pública, sacarla adelante y mejorarla. Y muchas veces algunos creen que esto se resume a la elección que viene. Sería bueno un día en la Argentina que en vez de andar con la boleta única, nos pongamos de acuerdo para que se vote cada cuatro años. Así los dirigentes que les gusta andar de campaña todo el día, no joden más y nos dejan a los que queremos trabajar y planificar un país en serio. Algunos viven de campaña.

Entonces la tarea que tenemos acá y muchas argentinas y argentinos que exceden las fronteras de lo que pensamos de una manera, es seguir el ejemplo, por ejemplo, de lo que hicieron las madres y las abuelas. Hebe en el corazón, presente. Como hicieron los compañeros de HIJOS, como hicieron muchos sindicatos que no se plegaron a la entrega de la Argentina en los 90, es mantener viva la llama. A veces queda lejos y parece que nunca va a llegar esa argentina o ese argentino que vuelva y quiera poner de pie a su país. Pero como Hebe, como Estela, como los compañeros de HIJOS, tantos argentinos que sostuvieron la llama encendida hasta que un 25 de mayo del 2003 llegó un argentino que se hizo cargo y pudo continuar y profundizar la resistencia de un pueblo que no se entregó.

Si nos entregamos, puede llegar el mejor de nosotros, pero nada podrá hacer. Se trabaja desde ahora, cara a cara, barrio a barrio, rancho a rancho, calle a calle, pueblo a pueblo, para realmente poder ofrecer a nuestro pueblo algo que podamos cumplir y entender. Y entender que a veces conviene ser más prudente en la palabra y más valiente en la acción. De a poquito nos vamos a ir reencontrando con nuestro pueblo. Porque muchos dicen: ¿cómo pueden ser que votaron a un tipo con una motosierra? Imagínense cómo nos veían a nosotros. Lo digo en serio. Me caben las generales de la ley. No nos podemos hacer los distraídos o los boludos como que no. Bueno, no. Por más que hayamos tenido la intención de rescatar y reconducir el destino de la política económica de un gobierno, fuimos parte.

No nos escucharon más, pero seguimos peleando. Incluso ahí, ya en los finales, con la compañera Raverta sacando y Cecilia y Paula. Ahí en la Cámara de Diputados la moratoria para 800000 argentinos y argentinas. Parece mentira, algunos se enojan por las moratorias de nuestras viejas y viejos que laburaron toda la vida y votan los blanqueos a dos manos en el Congreso. Esa es la situación también de lo que pasa.

Hemos laburado y tratado de cumplir a lo que pudimos. Así fue que en un acuerdo con quien era jefe del bloque opositor en la Cámara de Diputados mientras tuve la responsabilidad de llevar el bloque adelante, conseguimos el PREIMBA para los municipios de la provincia de Buenos Aires. $5000 millones de esa época. Sacamos ese aporte solidario a las grandes fortunas que muchos pagamos para, no solo poner en valor los recursos naturales o los bienes naturales argentinos, sino para financiar una ley como el RENABAP que había salido del Congreso sin financiamiento. Y el impacto que eso tuvo en la provincia de Buenos Aires. O la pelea titánica para recuperar el punto de coparticipación para la provincia de Buenos Aires que sirvió para mejorar el salario de docentes, policías, para comprar patrulleros... ¿Cómo puede ser que alguien piense que nosotros queremos obstaculizar a alguien con todo lo que laburamos para que a las y los bonaerenses les vaya mejor? Esta es la pregunta que muchas veces me hago. El debate sí, boludeces no. El debate sí, boludeces no. Hechos concretos acá, acá o acá pero hechos concretos en la discusión, no a la parla.

Compañeros, compañeras, tenemos una tarea enorme. Qué linda lo de armar de nuevo. Qué quilombo se armó. Se armó. Dos quilombos se armaron. ¿Vieron? Porque usé el apellido. “Puso Kirchner”, pero no se asusten, no es nada original. En la elección del 2015 en Santa Cruz fue lo mismo. “Usa el apellido, usa el apellido”. No voy a usar más ni Máximo ni Kirchner, sino mi segundo nombre, Carlos. ¿Y el apellido? Fernández de Cristina. Voy a ser Carlos Fernández.

Y después armar de nuevo. Miren, hay algo que hay que armar como siempre, que es junto a la gente, en todos los lugares de trabajo, en la fábrica, eso como siempre, como bien hacen todas y todos ustedes. ¿A qué referimos armar de nuevo? Basta de Sciolis. Basta de Sciolis. Si no, no. Si no elegiremos otro camino. Si no, vamos a elegir otro camino.

Porque realmente, la frustración del peronismo que vota diputados, senadores, que después llegan al congreso y se dan vuelta como una media y son los votos necesarios, los va a poner lejos de la gente. Los convoco a dar esa pelea y ese debate. Queremos una Argentina libre, justa, soberana, que entienda los desafíos que tiene por delante. Por eso hace 10 años le poníamos a 5 millones de pibes computadoras en las manos, porque entendíamos que el futuro iba a pasar por la tecnología y la inteligencia artificial. No fue la derecha, fue el peronismo el que sabía los desafíos del futuro. Para que nuestros pibes no estén como hoy, que no pueden ni pagar el celular, ni tener una computadora, mientras lo ven en la tele que le dicen que deben prevenir, prepararse para un futuro tecnológico. Ahí está ¿vieron? Ustedes lo tienen más claro que yo. Ustedes lo tienen más claro, compañeros. Háganle al corazón, háganle caso al corazón. Trabajemos bien la cabeza, seamos fuertes de espíritu, entendamos que viene una muy mala para todo el pueblo y tratemos de estar más cerca de cada vecino y vecina hacia este fin de año para poder acompañarlo, para poder estar. Compartamos todo lo que podamos, ayudémonos entre nosotras y nosotros. No veamos en otro argentino y en otra argentina un enemigo, sino a alguien que tenemos que convencerlo que el futuro de la patria se va a construir en paz, en amor, en desarrollo, en producción, cuidando nuestras pymes. Cuidar nuestras pymes también es cuidar el salario de los trabajadores y los trabajadores que después van a comprar. ¿Quién les va a comprar algo a los que producen si el pueblo está sin plata? Regla básica del capitalismo, compañeros y compañeras. Regla básica.

Los quiero mucho a todos y todas. Lo único que les voy a pedir es que cuando lean en algún lugar: “no Máximo, esto, el otro” Ustedes me conocen y saben: acierto y erro como cualquiera, pero boludo, defeccionador y traidor, nunca lo fui ni lo voy a ser. Yo siempre tuve claro las principales contradicciones. Y si no me creen, miren para atrás y verán realmente cuáles han sido los comportamientos de cada uno de nosotros y de nosotras.

No pierdan la fe. Tengamos la voluntad de dar la batalla y de pelear día por día, en cada trinchera, en cada lugar, de poder sacar nuestro pueblo adelante. No hay mayor orgullo para un argentino o una argentina que ser parte de la resurrección después de que este gobierno haga lo que haga.

Hay que tenerlo claro, vamos a salir adelante, la vamos a pelear, vamos a construir una esperanza realmente desde el pie. Hay que construir desde abajo, desde el pie. Acuerdos por arriba ya está. Hicimos la prueba y nos salió mal. El acuerdo lo construye el pueblo mandante nuestro. Muchas gracias, compañeros. Muchas gracias, compañeras. Los quiero mucho. 

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