Carta Abierta a la ciudadanía
Por Norberto Galasso (*), junio de 2009.Estimado compatriota:
Yo sé que a usted no lo van a engañar ni los diarios, ni la pantalla televisiva, ni las radios manejados por poderosos grupos económicos. Sé también que está informado que De Narváez gasta $ 867.000 por día en su campaña electoral y además, tengo la certeza de que a usted no le convencen “los versosˮ que pregona la mayoría de los políticos en declinación. (También usted advirtió seguramente que el abogado defensor de Narváez en el caso de la efedrina es Mariano Cúneo Libarona, quien casualmente es el penalista que defiende a Menem en los juicios por sus negociados). Cómo no lo va a saber si usted pertenece a la clase media de la ciudad de Buenos Aires que lee diarios y mira noticiosos televisivos.
Le escribo estas líneas porque sé también que a usted le molestan algunas cosas del kirchnerismo, o muchas.
Le confieso que también a mí me dejan insatisfecho algunos aspectos de esta gestión.
Se lo repito, aunque estoy seguro que usted sabe bien quiénes son “los otrosˮ: los peronistas Menem y Duhalde, los radicales que estuvieron con De La Rúa, el gran consorcio empresario de los Macri y el multimillonario que encubre las aspiraciones de Duhalde pues, como usted sabe, De Narváez no puede ser presidente porque no es argentino nativo. Y hasta algunos “videlistasˮ como la “procesistaˮ Cecilia Pando, fervorosa representante de los represores y admiradora de Duhalde, es decir, de De Narváez.
Usted los recuerda tan bien como yo, seguramente.
Son los que quieren volver a la Corte Suprema en manos de jueces corruptos como en el 2000, a las humillaciones de la Argentina sometida a “relaciones carnalesˮ con Estados Unidos como en 1998 y subordinada a los planes recesivos del Fondo Monetario Internacional, así como al incesante crecimiento de la Deuda Externa, con Cavallo y compañía.
Usted se acuerda, ¿no es cierto? Seguro que sí: cómo subía todos los días el “riesgo paísˮ y los intereses y el saqueo... Quieren volver a entregar a los financistas especuladores el manejo de los aportes jubilatorios de todos nosotros, volver a la libre importación que destruyó gran parte de nuestra industria y provocó la desocupación, de donde surgió la delincuencia y la inseguridad que todavía sufrimos.
¡Cómo no se va a acordar!
Usted, comerciante minorista que estaba la mayor parte del día con los brazos cruzados esperando clientes que no llegaban en aquella época desgraciada, usted, joven con inquietudes, que estuvo tentado de sumarse a las colas ante las embajadas de España e Italia, junto a tantos amigos que veían cerrados sus horizontes en nuestro país.. Y usted, víctima de los negociados de Menem, que llegó a explotar un cuartel para que no se pudieran contar las armas que se habían vendido ilegalmente o estafado por De La Rúa, “el moralistaˮ De La Rúa, que sobornó a los senadores para sancionar la ley de flexibilidad laboral. ¿Se acuerda de esa ley? ¿Se acuerda de los contratos basura? ¿Acaso olvidó que cuando la casa se incendiaba De La Rúa decía por T.V. que le preocupaba la posible extinción de la merluza? Todos esos son los responsables de aquella Argentina hundida en el fango, en la miseria y la corrupción... y de los cinco presidentes en una semana, ¿se acuerda? Y del “corralitoˮ y “el corralónˮ, cuando tuvimos que salir a la calle, con las cacerolas, reclamando “que se vayan todosˮ.
¡No me diga que no se acuerda!
Búsquelos en las listas de la oposición.
Algunos aparecen, otros están escondidos detrás de Narváez y de Michetti, mientras Menem y Duhalde ya se frotan las manos pensando que algunos confundidos van a votar a sus títeres y hasta los amigos de De la Rúa se preparan para rebajar, de nuevo, sueldos y jubilaciones, como en aquella época, cuando López Murphy proponía arreglar la situación económica rebajando a la mitad el presupuesto de educación y salud.
¿No me diga que se olvidó? No puedo creerlo.
Aquello no va más y usted lo sabe.
No lo van a engañar con las pavadas de si Cristina cambia o no de cartera todos los días o si Kirchner vocifera en vez de persuadir.
A ellos les molesta el gobierno por sus aciertos y no por sus errores, y prometen una Argentina venturosa, cuando tienen el proyecto de hacernos volver a los 90.
Porque aquí, mi amigo, se están jugando cosas mucho más importantes que las chicanas que maneja la oposición, precisamente porque no puede desnudar públicamente su proyecto de regreso al pasado: que si el gobierno no hace reuniones de gabinete, que si Néstor influye sobre Cristina y otras “zoncerasˮ en las cuales usted y yo no podemos detenernos cuando la cuestión central reside en cómo nos defendemos de la crisis mundial que va alejar de nuevo a los clientes de los comercios, que va a cerrar de nuevo los horizontes de los jóvenes si vuelven aquellos que fueron responsables de que la Argentina estallara en el 2001.
Con algunas caritas nuevas -juveniles porque tienen tatuaje- ellos quieren tapar su proyecto nefasto: por eso no se sabe si son estatistas o no, si son fondomonetaristas o no, si son latinoamericanistas o no, ni siquiera si son democráticos o no, porque lo que son es el pasado, aquel que usted y yo vivimos, desde el 74 hasta el 2003, cuando ellos gobernaban a favor de los grandes consorcios, de los grandes bancos, destruyendo al país.
Usted sabe, porque está informado, que desde el 2003 se ha bajado la desocupación y ha crecido el Producto Bruto como nunca en nuestra historia y que se vive mejor, aunque el conflicto con el campo desató inflación ˮ“más allá de que el INDEC intentase ocultarla- pero que ahora está más o menos controlada.
Usted sabe también, porque no es zonzo, que la Sociedad Rural no salió jamás, en toda su historia ,ni tampoco ahora, a defender la democracia y el bienestar del pueblo, sino a proteger sus vacas y sus reproductores que valen millones, así como sus cuentas bancarias en el país y en el extranjero, que se trata de un reducido grupo de grandes terratenientes y sojeros a quienes sólo les interesa exportar y cuanto menos coman los argentinos, mejor, porque hay más mercadería para vender afuera, mientras tienen a los peones “en negroˮ y de pata al suelo.
Yo sé que usted entiende todo esto, pero le doy esta alerta porque, después, los males los pagamos todos. Y también le advierto que no conviene jugar al divisionismo, votando a una supuesta izquierda sin chance alguna, la cual -restándole votos al gobierno- beneficia a esa derecha reaccionaria que gobernó casi siempre en la Argentina.
Usted sabe bien que tenemos que terminar con la necedad de La Rúa y la viveza de Menem y Duhalde. Y también sabe que todos queremos un país mejor para nuestros hijos y nuestros nietos, pero los que destruyeron lo que íbamos construyendo, vienen ahora con “el versoˮ de un mundo mejor cuando siempre fueron la expresión de un mundo peor.
No nos mejorarán, por el contrario, nos destruirán otra vez.
Este gobierno, con sus limitaciones, y desaciertos, abre sin embargo un camino.
Apóyelo por su aciertos, sin por eso dejar de criticar sus errores, y empújelo hacia las transformaciones necesarias que urgen en nuestra Argentina.
Hay lo que hay, estimado amigo, y de todo lo que hay, no vote por el pasado.
Yo sé que usted no va a jugar con fuego: porque ya otras veces ha sucedido que por creer que se vota lo mejor, se destruye lo que es más o menos bueno y volvemos a lo que es decididamente muy malo.
En sus manos está el destino de la Argentina. Estoy seguro que lo comprende.
Sería catastrófico que si se equivocan muchos, en el futuro tengamos que llorar juntos.
(*) Historiador y ensayista argentino.Para el pueblo que lo mira por TV
Por Ignacio Copani (*)Mi mamá no tiene ni idea de quién es Ricardo Forster.
Carta Abierta para ella es una hoja desplegada con muchas letras o a lo sumo un naipe al descubierto.
No tiene ni idea mi vieja de la existencia de los Planes de Desarrollo Social que se llevan a cabo hace años, como el Plan de Seguridad Alimentaria, el Plan Ahí, el Plan Nacional de Familias o el Plan de Deportes.
Pero sabe que Francisco tiene un Plan.
Mi nietito, que todavía no va al colegio primario, es muy inteligente.... Por lo que le enseñamos en casa, reconoce letras, banderas de países, músicas que no figuran en los rankings, camisetas de equipos de futbol, plantas y animales de la selva.
Por lo que no le enseñamos pero es imposible ocultar, también conoce a Spiderman, a los villanos de los video juegos, canciones de moda, marcas de golosinas y las caras de Macri y de De Narvaez.
Con la misma inocencia que responde a la pregunta, ¿de qué cuadro sos? con un orgulloso ¨de River y de Argentina ¨ , si le decís ¨alica ¨ te contestará ¨alicate ¨.
Entonces, si en la reciente elección no conseguimos los resultados que deseábamos y ha quedado consagrado un personaje que hace unos meses era desconocido... ¿ ¿ ¿qué es lo que no logramos de manera eficaz???: COMUNICAR.
Y no fue por falta de ideas o propuestas para comunicar.
No fue por falta de esfuerzo en comunicar.
Como nunca antes, desde el regreso de la democracia, he visto un fervor militante conmovedor. Se ha roto el alma cada compañero comprometido con las ideas del campo popular, para hacer escuchar su grito en las calles, en los actos, en la discusión, en cada barrio, en cada casa y hasta en el espacio virtual con correos, blogs, sitios, etc.
Los candidatos deben estar exhaustos luego del maratón de caminatas, caravanas, manifestaciones, charlas, debates, discursos, saludos y peleas.
Pero no logramos ¨medir ¨ en los grandes medios de comunicación. Medios que, por cierto, le deben una gran disculpa al pueblo argentino por las insinuaciones de fraude y además por su inocultable y en muchos casos, obscena parcialidad.
Esos medios reclaman nuestra Autocrítica.
Pues bien, la mayor Autocrítica que debemos hacernos, es que nosotros poseemos herramientas para comunicar (canal de televisión y entes de cultura) y no logramos desde allí transmitir la mínima mística de nuestra ideología ni la mínima información con los formatos adecuados para que mi madre y mi nieto miren desde otros miradores.
Anoche, con el pecho estrujado por la desazón, luego de ver a Néstor Kirchner confirmando el resultado de la votación, puse Canal 7, y estaba... Riverito anunciando el pozo y recontrapozo vacante de la lotería!!!
Esta mañana, en la primer búsqueda de los necesarios abrazos compañeros para intentar arrancar de vuelta, también puse Canal 7.... y había títeres.
Debo reconocer que la función de títeres era más divertida e instructiva que el partido de basquet femenino que transmitían en horario central el día que había cuatrocientos cortes de rutas simultáneos en los tiempos de furia de las patronales rurales.
He sintonizado ese canal en búsqueda de aire fresco cuando en cientos de noches he visto prácticamente en cadena nacional cómo, sin ningún pudor, los programas de periodismo político y su elenco estable de invitados vomitaban su odio al gobierno popular... y no encontré aire fresco, más bien encontré repeticiones de documentales de la gacela acosada por el leopardo o de la vida de los insectos en Oceanía.
Ese aire fresco que pretendo respirar no es con un canal de televisión que sea barrabrava oficialista. Es con un espacio que muestre (todo el tiempo) a nuestros pensadores, a los de hoy, a nuestros mejores dirigentes, periodistas, artistas y comunicadores. Que ponga ideas sobre la mesa, las nuestras y las verdaderas ideas que escondieron los adalides del marketing (y que a veces se les escapan sin querer, como la idea de reprivatizar o de volver al FMI).
Es cierto que hay honrosas excepciones en la programación de la televisión pública. Como es más cierto que con eso no alcanza.
Tenemos los medios, tenemos las herramientas. Porqué no usarlas para comunicar, más aun cuando nos vienen destrozando la honra y las ilusiones.
Porqué no pedir que nuestros entes de cultura nacionales y provinciales se embarren y dejen de ser nichos petiteros, llenos de gente más conmovida por las estéticas elitistas o los lugares comunes de nuestra vapuleada identidad, que por la urgente necesidad de ayudar a moldear un pensamiento libertario, de pueblo, de garra y de fe en el futuro.
En los días de campaña, me han llamado de innumerables entidades. Concurrí a todos los eventos que pude. Con orgullo he subido a grandes escenarios y a improvisadas tarimas a contar y a cantar mi esperanza de vivir en un país mejor.
Nadie me llamó desde la dirección de la Secretaría de Cultura de la Nación ni del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. Y no me molesta que no me llamen como cantautor, ellos tendrán sus gustos... Me duele que no me hayan llamado ni de público para concurrir a un concierto que temple más mi aguante, a una muestra que me conmueva con una foto o una pintura que describa el linaje de las luchas populares que heredamos, o a una charla que me ofrezca más conocimiento o a un acto que me entregue argumentos para defender mejor nuestros proyectos o a la inauguración de un espacio cultural frente a un asentamiento o al debut de una orquesta popular integrada por ex pibes de la calle.
En este rubro también y por suerte, hay honrosas excepciones, pero tienen que ver simplemente con el impulso local y la decisión de algún buen funcionario que pueda tener el ente cultural de determinado lugar y no con una política aguerrida a nivel territorial.
Hoy es un día después del resultado no deseado. No estamos derrotados. Y todavía estamos a tiempo de sumar al sacrificio militante, la inteligencia y el coraje para utilizar las herramientas y los medios necesarios que nos ayuden a llegar a nuestro irrenunciable destino de victoria.
Recién entonces mi mamá sabrá que el joven filósofo Ricardo Forster tiene mejores cosas para contarle que Carozo y Narizota.
(*) Cantautor argentino.