Ecuador: proscripción en tiempos de pandemia
Todavía están presentes las imágenes terroríficas de Guayaquil donde el Coronavirus azotó al pueblo de esa ciudad con una crueldad que conmovió a todo el continente. Sin embargo, tanto dolor no ha sido suficiente para el hermano pueblo de Ecuador. El domingo 19 de julio se inició la etapa final del proceso de proscripción de Revolución Ciudadana, movimiento que lidera el expresidente Rafael Correa.
por
La Cámpora
20 jul 2020
La historia reciente es conocida: la Alianza País que fundó Correa hace más de diez años fue cooptada por el presidente Moreno y un grupo de dirigentes que le dieron la espalda al proyecto político de la Revolución Ciudadana y al mandato popular que había votado por su continuidad. A partir de ahí, el sistema evitó que los militantes de la Revolución Ciudadana pudieran inscribir un partido o movimiento que les permitiera competir electoralmente.
Finalmente, y sin dejarle margen al oficialismo para que pudiera bloquear, la Revolución Ciudadana acordó con las autoridades del Movimiento Compromiso Social-Lista 5 poder presentar propuestas electorales para el proceso local de febrero del 2019, alcanzando el triunfo en las provincias de Pichincha, donde se encuentra la capital Quito, y de Manabí. La Lista 5 había participado en las elecciones presidenciales del 2017 con candidato opositor a Alianza País en la primera vuelta y luego acompañó el triunfo de Moreno en la segunda. A partir de ahí, ese movimiento participó y fue reconocido por las autoridades electorales en varios procesos más hasta la fecha.
Las más recientes encuestas, previo al confinamiento obligatorio, colocan a la Revolución Ciudadana como la principal fuerza política del país y con gran posibilidad de volver al gobierno luego de las elecciones de Febrero del 2021. En ese sentido, Rafael Correa expresó su voluntad de integrar la formula como candidato a vicepresidente y, a principios de julio, junto con otras fuerzas, lanzaron el Frente de la Unidad por la Esperanza ˮ“ UNES conformado por movimientos sociales, de trabajadores, frente de lucha por los derechos de la mujer y movimientos campesinos y de pueblos originarios.
Frente a esto, el oficialismo generó tres movimientos. Primero, empezar a investigar y a perseguir a los integrantes del Frente, abriendo proceso judicial en contra del otro movimiento con personería jurídica integrante del frente, el Movimiento Centro Democrático ˮ“ Lista 1. Segundo, acelerar el proceso de juicio en contra de Correa para tratar de conseguir sentencia firme antes de que se pueda presentar como candidato, violando nuevamente el debido proceso y el derecho a la presencia; con audiencias en tiempo de pandemia con fallas de conectividad y evitando la presencia de los abogados defensores, física o virtualmente, aduciendo “problemas técnicosˮ. Y, finalmente, lo acontecido el pasado domingo 19 de julio donde el Consejo Nacional Electoral, yendo en contra de sus propias resoluciones pasadas, decidió acatar la “recomendaciónˮ de la contraloría de Ecuador, agencia sin jurisprudencia en términos electorales pero que viene siendo el instrumento para perseguir a los dirigentes de la Revolución Ciudadana. En esa recomendación se propone, en primer lugar, suspender y, luego, retirar la personería jurídica de la Lista 5. De esta manera, evitan correr el riesgo de que Correa o la Revolución Ciudadana se presenten a elecciones y sumen a las mayorías populares como en Bolivia. Una actualización de la estrategia autoritaria realizada en el país hermano: proscribir a Correa y retirarles el partido político para que ni siquiera puedan ser una opción electoral.
Pensar en la post-pandemia es empezar hoy y ahora a fortalecer la democracia avasallada durante estos últimos años en nuestra región: la prisión de Lula evitando que pudiera ser candidato, el golpe de Estado en Bolivia y la estrategia de proscripción en Ecuador son coletazos de los sótanos de la democracia la Patria Grande.
Mirar al costado mientras las instituciones democráticas se violentan, se anulan y hasta se aniquilan es avalar un modelo post-pandémico peor que el que nos trajo hasta aquí. Ecuador nos duele.