Señor Macri:
El grave deterioro de la economía, el sumergimiento de millones de argentinos en la pobreza, la inflación disparada, los tarifazos impagables, el desempleo creciente, la consciente destrucción de la educación pública, la ciencia argentina y la industria nacional, sumadas a la escalada persecutoria de los últimos días contra opositores a su gobierno, confirman una verdad que por repetida no deja de ser cierta: no sólo el ajuste no cierra sin represión; el ajuste que Ud. quiere hacer no cierra con democracia.
Su gobierno jamás fue afecto a las libertades de los argentinos, especialmente si se trata de la libertad de opositores suyos. Comenzó con la represión de Cresta Roja, la prisión vergonzante de Milagro Sala, la represión a los docentes y el silenciamiento de la prensa crítica, amén de los absurdos procesamientos a Cristina Fernández de Kirchner, Máximo y Florencia. Pero en las últimas semanas su autoritarismo recrudeció con insólita agresividad. Primero vino la desaparición forzada de Santiago Maldonado seguida de muerte en el contexto de un operativo de Gendarmería, y sus funcionarios, lejos de ponerse al servicio de la Justicia, se dedicaron exclusivamente a estigmatizar a la familia Maldonado. Ahora, después de las elecciones, tuvo lugar la peor semana de su Gobierno: basta enumerar la detención insostenible de Julio De Vido, la renuncia de Gils Carbó luego de sufrir graves presiones, la suspensión del juez Arias que había osado ponerle una cautelar al tarifazo eléctrico el año pasado, la detención de los candidatos del FIT el mismo día de la votación, el encarcelamiento de un chico por escribir un tweet con una canción de cancha, a lo que se suma la novedad del día: el dictado de prisión preventiva contra Amado Boudou por el juez Lijo, quien lleva la causa hace 5 años y recién ahora sospecha que Boudou, estando libre, podría entorpecerla.
Desde que usted ocupa la Casa Rosada, todo opositor es culpable, y todo oficialista es impune. Mientras los jueces adictos lo desprocesan velozmente a usted y a sus funcionarios, Andrés Larroque tiene que declarar, Martín Sabbatella tiene que declarar, Luis D ´Elía tiene que declarar, Guillermo Moreno queda inhabilitado para ejercer cargos públicos, siempre por causas artificiales, bajo carátulas abstractas y con nulo apego a la jurisprudencia. No hay modo de enfrentar al oficialismo sin enfrentar una condena penal.
Para nosotros, los números tienen que cerrar con la gente adentro. Usted tiene números tan malos que sólo pueden cerrarle con los opositores adentro de la cárcel. Pero sabemos que su Gobierno no libra esta cruzada antidemocrática contra algunos dirigentes, sino contra el conjunto de la sociedad. Así como detiene dirigentes, también le pega a los maestros, destituye jueces, asfixia al periodismo no alineado, procesa manifestantes al voleo, estigmatiza e insulta a todo aquel que no repita el libreto oficial, sea actriz, estudiante, líder gremial o simple vecino que protesta en paz. Usted intenta un ajuste contra la mayoría para enriquecer a una minoría. Usted quiere llevar el dinero de todos al bolsillo de unos pocos. Usted no persigue a una fuerza política, usted combate al pueblo.
Pero nosotros, que formamos parte del campo nacional y popular, tenemos una tradición y tenemos memoria. Hemos sido perseguidos, estigmatizados, secuestrados, bombardeados, encarcelados, torturados, desaparecidos. Hemos visto a los traidores pactar con los dominadores. Ya nos ha ocurrido que el Estado autoritario y oligárquico nos retire las garantías constitucionales, y hasta la condición de ciudadanos de este país. Pero nunca aflojamos, ni vamos a aflojar ahora. Siempre defendemos la democracia y la justicia social. Y aunque quiera procesarnos a todos, estamos tranquilos, porque amamos a la Argentina y porque vamos a volver.
