" ¿Cuál es el hilo conductor de cada uno de estos procesos moralizadores, el que sacó a Hipólito Yirigoyen por corrupto, lo mismo con Perón y Eva, luego el de marzo del ˮ˜76? Venían por los derechos y conquistas que habían logrado millones de argentinos que habían mejorado su vida, con esos proyectos políticos que no es otra cosa que el movimiento nacional y popular que se encarna en las distintas épocas bajo distintas formasˮ. CFK 13/4/2016
Todos los factores de la institucionalidad heredada de la dictadura y formateada por el neoliberalismo se dan cita para sepultar la esperanza del pueblo brasileño. Enfrente, el pueblo movilizado en las calles y el liderazgo de Lula intentan recuperar la ofensiva política, a través de la construcción de un Frente de nuevo tipo, capaz ampliar la base de política del gobierno y articular la movilización popular, el Frente Brasil Popular. Al igual que en el golpe del ˮ™64, también en Brasil, la corrupción es una excusa que tienen los dueños del dinero, los dueños de la tierra y los dueños de la prensa para sepultar la democracia y la libertad del pueblo. Como en Argentina con Cristina y en Venezuela con Maduro, el proceso destituyente empezó el mismo día en que Dilma fue re-electa en Brasil. Los banqueros, terratenientes y señores de los medios decidieron acelerar la demolición del gobierno popular para recuperar el control del gobierno. Los 54 millones de votos no fueron un impedimiento para que la oposición en su conjunto fuera detrás de ellos, con una estrategia que combina movilizaciones callejeras, presión institucional y la enorme influencia de los grandes medios de comunicación, en especial la poderosa red O Globo. Construyeron así una crisis política y sumieron a gran parte del pueblo brasileño en un estado de confusión y desinformación organizada para poner a Dilma a la defensiva, obligarla a gobernar contra su base social y quebrar la alianza de gobierno. El gobierno de Dilma y el pueblo de Brasil aún tienen cartas por jugar: la defensa de la democracia y los derechos conquistados se juega en la calle y con el pueblo organizado, porque la dictadura de los medios, la dictadura de los jueces y la dictadura del poder económico no conocen otros límites.