Política

EN CAíDA LIBRE

La llegada de González Fraga al Banco Nación no es significativa en el plano institucional pero sí­ representa un fuerte mensaje sobre la decisión del Gobierno de profundizar el rumbo que provocó el empeoramiento de todos los indicadores sociales y económicos.
por La Cámpora
22 ene 2017

Las decisiones macroeconómicas del Ejecutivo no pasan por el director del Banco Nación. Siquiera pasan por los distintos ministerios. Hay una centralidad absoluta de Mauricio Macri con la triada de Jefatura de Gabinete (Peña, Quintana y Lopetegui). Por eso podrán sacarse decenas de fotografí­as en reuniones de gabinete, pero es un secreto a voces que los ministros tienen competencias harto limitadas. En ese sentido, los cambios en el área económica fueron para homogeneizar el discurso. Con un rumbo definido, corrieron a quienes objetaban los resultados y las formas. Primero le tocó a Prat Gay. Ahora a Carlos Melconián.

El arribo de Javier González Fraga a la entidad financiera es una señal clarí­sima de cuál va a ser la lí­nea del gobierno en el 2017. La apertura de importaciones, la devaluación y la poda del poder adquisitivo fue un combo letal para la economí­a argentina. La brutal caí­da de la demanda acompañada con la suba de precios más elevada de los últimos quince años arrojó resultados preocupantes. Por eso algunos desde las propias filas de Cambiemos advirtieron que algo habí­a que hacer para reactivar la demanda. Incluso tí­midamente ampliaron el “Ahora 12ˮ a 18 meses.

Pero se ve que esas pocas voces oficialistas no fueron escuchadas por la plana mayor. González Fraga fue un vocero sin cargo del ajuste durante todo 2016 que desnundó la matriz ideológica de la derecha gobernante. Así­, se ha preguntado “cuán pobres son los pobresˮ buscando neutralizar que Macri haya aumentado cinco puntos la pobreza en sólo doce meses. También opinó que era una falacia que los trabajadores pudieran comprarse un auto, un electrodoméstico, tener un celular moderno o irse de vacaciones. Esos son privilegios de lujo para los sectores pudientes. Las clases populares no tienen derecho a eso.

Darle la conducción del Banco Nación al presidente del Banco Central durante el gobierno de Carlos Menem es reconocer sus dichos. No conforme con eso, el economista radical accedió a varios reportajes mediáticos donde más que hablar sobre la labor que desarrollará en el banco dio precisiones sobre la polí­tica macroeconómica. Allí­ volvió a la carga contra el consumo y aseveró que “no sirve estimular la demanda, es irrealˮ. Aunque nunca van a venir inversiones productivas a un paí­s que no crece y donde no hay consumo (las especulativas a las que les eliminaron la obligación de dejar el capital tres meses en el paí­s vienen para que el Gobierno le financie su rentabilidad con deuda externa), insisten con la receta de los brotes verdes.

Esa frase de González Fraga se suma a las del Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien resaltó que van a abrir aún más las importaciones y bajar el gasto público. En otras palabras, van a correr al Estado de lugares cuya presencia es intrí­nseca, y van a seguir cerrando empresas con la pérdida de puestos de trabajo que ello conlleva por no poder competir con los productos internacionales. Mientras tanto, Luis Caputo seguirá firmando pagarés (ayer se endeudó por U$S7.000 millones) para financiar la fuga de capitales y el déficit fiscal que seguirá en rojo si no aumenta la recaudación, algo que no va a ocurrir con el mercado interno en agoní­a.

La llegada de Dujovne y el ascenso de Caputo, primero, y luego el de González Fraga es la confirmación de que Mauricio Macri persistirá en las polí­ticas que aumentaron la pobreza, la indigencia, el desempleo, la desigualdad, que empeoraron la recaudación, la actividad económica e industrial, la producción y las ventas minoristas.

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