Política

En todo están ellos

En las elecciones de 2011, San Telmo amaneció llena de panfletos agradeciendo la victoria kirchnerista. Los vecinos siempre han sido inquietos y participativos. Y eso se nota no sólo en la cantidad de agrupaciones y organizaciones que tiene sino también en sus paredes.
por La Cámpora
11 nov 2016
Varias paredes del barrio llevan leyendas de escuelas, próceres, arte callejero, gremios y muchas de organizaciones polí­ticas. Hace unos años, con la compañí­a de varios vecinos hicimos un mural homenaje a Néstor Kirchner en la pared vieja y descascarada de lo que era la fachada de un viejo mercado ubicado en la esquina de calle Defensa y Avenida Garay. Desde que en noviembre pasado Mauricio Macri ganó las elecciones presidenciales, el mural sufrió múltiples "intervenciones", seis en total: una vez le tiraron pintura de distintos colores, después le dibujaron esvásticas encima, le grafitearon sí­mbolos satánicos, y la más notoria, unos bombazos de pintura verde-oliva (militar) en las frentes de Néstor, Cristina y Máximo, que lo acompañan en el mural. mural1 También desde que Cambiemos gobierna el paí­s, junto con el contexto de la lavada de cara no ideológica que tiene la polí­tica en general, se ha intentado vaciar de contenido ideológico a este barrio tan movedizo y participativo. En menos de un año, los robos reiterados a Unidades Básicas y locales de organizaciones barriales y culturales, como 'La Juegoteca' y el Espacio para la Memoria; varios destrozos en sedes escolares que tienen historia de lucha para los que menos tienen, como la Isauro Arancibia; la detención de compañeros por querer pintar un mural en apoyo a la lucha de Madres y Abuelas, y  el intento de suspender la radio abierta que llevamos a cabo desde el año 2010 con los compañeros de La Cámpora Templanza Suramericana. Las imágenes y las voces de la radio son instrumentos de ideologí­as,y formas de hacer polí­tica porque establecen posiciones distintas. En nuestro barrio, a través de la violencia el destrozo, el apriete o a través de la invisibilización de la presencia militante que piensa distinto, no es nuevo, no es diferente a lo ya vivido durante la última dictadura. Si se controlan las voces y las imágenes se controla lo que se piensa y se elabora un “sentido comúnˮ que atenta contra nuestra propia historia. No es casual que esta polí­tica de vaciamiento llegue a los sí­mbolos y a los estandartes de lucha, y se pinte de gris todo lo que fue color y diferencia  para invisibilizar  al otro que piensa distinto. El Gobierno de la Ciudad tapó  otro mural. Como siempre, resaltamos cuán distintos somos. No permitamos que nos quieran borrar.
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