Política

Es la desigualdad

“Yo ya no sé cómo pedirles una solución, porque no se puede vivir en estas condiciones”. Con esas palabras, Ramona exigí­a respuestas para el barrio Padre Mugica. En el mismo video, invitaba al vicejefe de gobierno porteño Diego Santilli a pasar unos dí­as en las mismas condiciones que lo hací­a ella. Ayer supimos que Ramona falleció por covid-19 entubada en una cama del Hospital Muñiz. Sólo 48 horas antes, habí­amos recibido la noticia de la muerte del Oso Giracoy. Ambos lucharon por varios dí­as contra un virus que golpea en todo el mundo. Pero sobre todo, ambos lucharon durante mucho más tiempo contra un flagelo de más larga data: la desigualdad.
por La Cámpora
18 may 2020
  En las últimas 24 horas, la Ciudad de Buenos Aires confirmó 188 casos nuevos. 113 corresponden a personas que viven en barrios populares. El 10% de la población de la Ciudad concentra el 30% de los casos de covid-19. A nadie le puede sorprender que el virus golpee con más fuerza donde la gente ni siquiera cuenta con los metros cuadrados suficientes para aislarse. Donde falta el agua para higienizarse. Donde no llegan las ambulancias. Donde los sueldos no alcanzan para comprar comida o para pagar servicios básicos. Pero que no sorprenda no implica que naturalicemos. Lo que sí­ implica es la obligación ineludible de prevenir. Y no hay excusas cuando quien ostenta esa obligación es también quien administra el presupuesto más alto del paí­s: el Gobierno de la Ciudad que encabeza Horacio Rodrí­guez Larreta. ¿Entonces? Las demandas son tan claras como urgentes. Necesitamos refuerzos alimentarios para cada comedor y merendero que hoy ve triplicada la cantidad de personas que asisten. Reclamamos que se terminen de manera inmediata las obras para garantizar el agua potable en cada uno de esos barrios en que el IVC (Instituto de la Vivienda de la Ciudad) o la SISU (Secretarí­a de Integración Social y Urbana) las han frenado. Pedimos refuerzos para los Centros de Salud Comunitaria y ambulancias para cada uno de ellos. Exigimos provisión de alimentos e insumos de higiene así­ como acompañamiento permanente a cada uno de los contactos estrechos y familias aisladas. Necesitamos la implementación de un protocolo para abordaje de casos en los barrios populares. Asumimos, como señala el gobierno nacional, la necesidad de articular todas las herramientas que tenemos y existen, y por eso elaboramos y propusimos una innumerable cantidad de veces una propuesta de protocolo de abordaje que no fue siquiera evaluada. Cuando la muerte pasa, y arrasa, las palabras suenan a poco. La coherencia de años de reclamos, de una verdad insoslayable, no es motivo de orgullo sino motor de bronca, de indignación. ¿De qué vale la razón de años reclamando las desigualdades que soportan miles de porteñxs frente a lo irreversible de la muerte? Lógico, desde la militancia y las organizaciones polí­ticas y sociales esos sentimientos se procesan en mayor compromiso con la realidad, con nuestrxs vecinxs y compañerxs, con nuestro pueblo y nuestra Patria. Asumimos un juramento de seguir y profundizar, por lxs que siguen en riesgo, por lxs que están por venir, y sobre todo por lxs que ya no están. Es ahora el momento en que la solidaridad y el respeto por la vida humana tienen que romper cualquier distancia. La sensibilidad social que hace años denunciamos como falencia de la gestión de la Ciudad tiene que aparecer ya. Es ahora y la militancia está y va a estar ahí­ con el compromiso de siempre. Asistiendo a lxs más vulnerables, ayudando a nuestrxs viejxs, acompañando a las familias que pierden a un ser querido, entregando un plato de comida caliente, acercando un abrigo para combatir el frí­o. Es ahora y acá estamos. La Cámpora Ciudad de Buenos Aires
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