El lunes, Cristina se presentó en los tribunales de Lomas de Zamora a los fines de anoticiarse sobre los expedientes que revelan la trama de espionaje de la cual fue víctima directa. La trascendencia de los daños causados a ella y sus hijos permitió que se constituya como querellante en la causa, representada jurídicamente por el abogado Carlos Beraldi. De este modo, pasó a ser parte activa en el juicio, quedando habilitada tanto para acusar a los responsables como para solicitar y ofrecer todas las pruebas que hacen a su derecho.
Según refirió la vicepresidenta en un video de reciente divulgación, el juez, Federico Villena, le mostró las pruebas de un esquema mafioso donde narcotraficantes, agentes y funcionarios de la Agencia Federal de Investigaciones, policías de la Ciudad de Buenos Aires, directivos del Servicio Penitenciario Federal y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, periodistas, “denunciadoras serialesˮ e, incluso, una ex funcionaria de gran rango en la unidad presidencial saliente; habrían conformado una asociación ilícita con el fin de perseguir e investigar dirigentes opositores al gobierno de Mauricio Macri.
Las pruebas demuestran que ese grupo de al menos 18 personas realizó desde operaciones de infiltración en actos de Unidad Ciudadana con el objetivo de provocar incidentes, informes sobre reuniones entre Cristina y Sergio Massa y sobre otras realizadas en el Instituto Patria hasta registros audiovisuales de las personas que entraban y salían tanto del Patria como de la casa de la vicepresidenta en la calle Juncal.
En este sentido, Cristina recordó: “Abrieron cuatro causas judiciales en Comodoro Py por cuatro supuestas asociaciones ilícitas diferentes en las que, por supuesto, en todas me acusaban de ser la jefaˮ.
“Ahora finalmente entiendo el por qué, la verdadera razón de esa obsesión con las asociaciones ilícitas. En realidad estaban proyectando lo que ellos mismos eran y hacían. Una verdadera asociación ilícita. Casi, casi para Freud. Lo de la proyección digoˮ, ironizó al respecto.
La banda de espionaje se autodenominaba “Súper Mario Brosˮ y reportaba a Alan Ruiz, de la AFI, un agente con lazos con la ex ministra de seguridad y actual presidenta del PRO Patricia Bullrich.
Además de la vicepresidenta de la nación, se encontraban espiados ilegalmente numerosos dirigentes políticos, sociales y sindicales, referentes religiosos y periodistas.
En el juzgado de Lomas, se investiga también el seguimiento a sus hijos Máximo y Florencia, a los dirigentes Graciela Camaño; Luis Barrionuevo; Hugo Moyano, Eduardo Duhalde, al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y su vice, Diego Santilli, a la ex gobernadora María Eugenia Vidal, al ex ministro de Seguridad bonaerense y actual jefe del bloque PRO en la Cámara Baja, Cristian Ritondo; al ex jefe de bloque macrista en la Cámara de Diputados, Nicolás Massot y al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz; entre otros y otras.
En la misma causa, el juez Villena ordenó allanamientos en la cárcel de Ezeiza por la investigación de espionaje ilegal en busca de evidencia sobre el sistema de escuchas a ex funcionarios, dirigentes políticos y empresarios detenidos en ese penal.
El presidente Alberto Fernández, a raíz de la gravedad de los hechos, intervino el Servicio Penitenciario Federal, designando para ocupar ese cargo a la ex jueza María Laura Garrigós, quien también pasó a desempeñarse como secretaria de Asuntos Penitenciarios.
Además, hay otros dos expedientes abiertos a partir de las denuncias de la interventora de la AFI, Cristina Caamaño, radicados en Comodoro Py. En uno de ellos, se investigan intercepciones de correos electrónicos, por lo cual el fiscal Jorge Di Lello ya imputó al ex presidente Mauricio Macri; al ex jefe de la AFI, Gustavo Arribas; a su segunda Silvia Majdalani y a otros tres agentes de inteligencia. En el otro, la realización, que habría confeccionado la Agencia, de fichas sobre la ideología de unos 500 periodistas, investigadores y académicos acreditados para participar de cumbres del G20 y de la Organización Mundial del Comercio realizadas en nuestro país durante el gobierno pasado; así como también las posibles infiltraciones en partidos de izquierda que organizaban manifestaciones de repudio a ambos eventos.
Cabe preguntarse qué hubiera sido del gobierno de Mauricio Macri si no contaba con este entramado ilegal de aprietes a dirigentes de la oposición, allí en los sótanos de la democracia. Cabe preguntarse, también, qué hubiera sido de los destinos de nuestra Patria sin la fortaleza de Cristina, la dirigenta a la cual jamás pudieron callar.