El orgullo es político y la calle es nuestro espacio de lucha, donde resistimos por nuestros derechos conquistados y donde reclamamos los que nos faltan. Ser parte de esta marcha es reafirmar que nuestra libertad y nuestra identidad no están a la venta. En cada logro, como el Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, el Cupo Laboral Travesti Trans y el derecho a vivir con dignidad, está la lucha de compañeros y compañeras que dejaron su vida. Es nuestra responsabilidad como militantes continuar con el legado y no retroceder ni un solo paso.
Defendendemos nuestra historia y cada política que reconoce la igualdad de derechos y forma parte de nuestra libertad y la de quienes vendrán.
Honramos a todxs lxs que dieron su vida para conquistarlos. Y no nos representan quienes quieren hacernos creer que la libertad es individual.
En menos de un año de gestión del gobierno de Javier Milei, la violencia y los discursos de odio contra nuestras identidades se volvieron políticas de Estado. Tomaron medidas como el congelamiento del monto del programa Acompañar, la restricción del envío de preservativos a las diversas provincias y ciudades del país, el desfinanciamiento de la IVE, el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia y la ESI y recortó un 76% los fondos para el VIH e ITS, sólo por mencionar algunas.
No es la libertad la que avanza sino el ajuste, el odio y la represión.
Sabemos las diversidades que nuestros años más felices fueron, son y serán peronistas.