Ganar la calle para el Proyecto Nacional

“Nosotros nunca hemos sido fuertes en los bufetes de los dirigentes polí­ticos, pero en la calle hemos sido invencibles. Hay que llevar la acción a ese terreno, hay que ganar la calle en todo el paí­s. Si ganamos la calle, le podemos regalar a la dictadura toda la televisión, las radios, los diarios y las revistas, seguro que con todo eso no harán nada.ˮ Juan D. Perón Revista Envido, Nº 9, mayo,1973.

Sábado 9 de mayo de 2009, 10 de la mañana, los militantes de la JP y La Cámpora comienzan a reunirse en la esquina de Scalabrini Ortiz y Corrientes. Como la semana anterior por la Av. Rivadavia, se viene la caminata militante, esta vez, a lo largo de la avenida Corrientes.

El concepto es claro, repartir volantes, subir a los colectivos, entrar a los negocios, instalar el debate del modelo. Las reacciones son diversas, están los que acompañan, los que discuten y los que braman el odio gorila de siempre. Por eso hay que estar, para dar la discusión con todos.

Más de cien jóevenes inician su marcha por la mí­tica avenida porteña. El climax llega a la altura de Pueyrredón. Miles de personas se cruzan en el corazón comercial de Once. No solo porteños, mujeres y hombres del conurbano abarrotan las veredas y se encuentran con una juventud que hace polí­tica y defiende un proyecto.

Las remeras celestes con la inscripción del proyecto nacional inundan las esquinas. Las dos mesas del PRO quedan humilladas frente a tantos compañeros. Algunos suben a los colectivos, otros hablan con los autos que paran en el semáforo, los más inician minidebates con cada uno que le llama la atención el volante.

El volante enumera los logros de las gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, por supuesto una parte, una selección de 25 realizaciones. Son algunas entre tantas que los medios sepultan bajo el manto mediocre de la insidia y lo superfluo. Por eso hay que estar, la sociedad tiene que ver al proyecto de carne y hueso que somos los militantes.

De pronto la mí­stica se apoderó de los compañeros y hubo tiempo también para cantar los himnos de la militancia. Las consignas. La alegrí­a reclamada por Jauretche se dio cita y hubo bocinazos de apoyo.

Luego, la caravana siguió hasta Callao, donde los compañeros hicieron un balance de la actividad y un compromiso a redoblar esfuerzos en la campaña que decide el destino del paí­s.