Opinión

Justicia por Milagro

La situación de Milagro Sala en Jujuy es una de las mayores preocupaciones en materia de derechos humanos en la Argentina. Su estado de salud y el hecho de que su vida esté en riesgo tienen que ser un punto de inflexión. Urge frenar este hostigamiento por parte del poder político y judicial de la provincia.
por La Cámpora
29 jun 2022
Por Horacio Pietragalla Corti *   Desde el momento de su internación, Milagro fue acosada por miembros de la policía de Jujuy que le impidieron tener cualquier tipo de intimidad. En un escenario con la angustia y el estrés que implican estar internada en terapia, lo primero que ella ve cuando se despierta es a un policía portando un arma al lado de la cama. ¿Quién puede recuperar su salud en esa situación? Las autoridades políticas y judiciales de Jujuy tienen la obligación de proteger la integridad física y psíquica de Milagro. Así lo dispuso en el 2017 una medida provisional de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que es obligatoria para todas las autoridades del país. El incumplimiento de la misma genera una responsabilidad internacional al Estado federal. En ese marco, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación solicitó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y a las autoridades judiciales de Jujuy que tomen las medidas que sean necesarias para que cese ese hostigamiento. Milagro está privada de su libertad de manera arbitraria desde el año 2016. Es decir que han pasado casi siete años desde la detención y la persecución judicial, política y mediática por parte de la provincia. Fue la primera víctima de lawfare en el país y todavía le siguen armando causas. Siempre que hay alguna disconformidad social con la gestión política de Jujuy, se usa mediáticamente el caso de Milagro para desviar la atención. No hay antecedentes ni en la provincia de Jujuy ni a nivel nacional de una persecución y hostigamiento como la sufrida por Milagro Sala. Ni los genocidas responsables de la dictadura cívico-militar tienen ese nivel de control en una presión domiciliarla. Milagro es una dirigente política y social. Su persecución arbitraria pone en peligro a la democracia misma. Por eso, todos los espacios políticos y organizaciones que defendemos los derechos humanos tenemos el deber y la responsabilidad de visibilizar este tema para que se tome una medida clara y resolutiva sobre esta persecución. La vida de Milagro está en riesgo.   * Secretario de Derechos Humanos de La Nación    
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