Militancia

La Cámpora - Fiesta Militante

por La Cámpora
19 nov 2011
Bajo la consigna “La Fuerza de la militanciaˮ, La Cámpora realizó un encuentro nacional en el microestadio de Ferro para conmemorar el 17 de noviembre de 1972. Esa mañana miles y miles de militantes se trasladaron a Ezeiza para aguardar la llegada de Juan Domingo Perón al paí­s, tras 18 años de proscripción. Pese a la represión, los militantes pusieron el cuerpo hasta el final, por lo que el pueblo decretó esa fecha como el Dí­a del militante. En esa oportunidad, Perón dijo: “Siento una inmensa satisfacción al presenciar la calidad humana de nuestra juventud. Porque cuando un paí­s puede confiar en su juventud debe sentirse orgulloso de su futuro. La fe de ustedes debe ser inquebrantableˮ. En ese mismo sentido y con el mandato histórico que supo renovar Néstor Kirchner al decir que ¨cuando la juventud se pone en marcha el cambio es inevitable ¨, ayer por la tarde más de seis mil militantes de La Cámpora de todo el paí­s empezaban a concentrar en la plaza “íngel Grisˮ del barrio porteño de Caballito. Miles de ellos viajaron especialmente durante horas, portando la expectante alegrí­a de compartir una fiesta inolvidable, el abrazo compañero y colectivo y la necesidad de oí­r a sus referentes en un año más que particular y significativo para la militancia. Paso a paso y armoniosamente La llegada de cada una de las columnas al punto de encuentro era una ceremonia. Decir que los militantes cantaron y marcharon serí­a poco; porque en realidad, con cada paso que daban se trazaba un nuevo segmento en la historia, se hací­a camino al andar, se sembraba una vez más el legado de Néstor. Ese hombre flaco que 39 años atrás seguramente marchaba en mocasines, con una bandera en las manos y ese fuego que alimenta el alma del militante. Ese hombre flaco pero fuerte que nunca sacó los pies del barro, que supo regalar un chiste y una sonrisa aún en las peores épocas, que enseñó que a la adversidad se la combate con amor, organización y polí­tica. La sonrisa y los sueños de él eran los que flameaban ayer en los trapos camporiles, casi como una metáfora en reconocimiento al Presidente militante que supo convocar, enamorar y formar miles de transgresores que eligieron ser parte activa de la historia, fortaleciendo este modelo de crecimiento, inclusión y justicia social. Eran las cuatro de la tarde y la plaza ya estaba quedando chica. Un sol radiante se apoderaba de los rostros de tantos pibes y pibas que se preparaban para una jornada que seguramente quedará registrada como el dí­a en el que la alegrí­a de pertenecer a este proyecto nacional, popular y revolucionario brotó por las compuertas y las tribunas de Ferro para reafirmar que hay una generación polí­tica que se organiza y está preparada para asumir la responsabilidad que demanda la historia. Solo hací­a falta inclinar la vista y mirar en dirección al cielo para ver flamear las banderas de los Nestornautas repleta de colores y de héroes colectivos. Las remeras y las coloridas flameadoras con el nombre de los barrios y provincias presentes, más las consignas pintadas a mano por compañeros de todos los rincones del paí­s, alumbraban la avenida Avellaneda. Casi como una metáfora de las nuevas alamedas que se abren con un nueva generación que toma la posta, que rompe con lo viejo y da luz a lo nuevo; la transgresión y la rebeldí­a polí­tica enseñada por Néstor y Cristina. La más maravillosa música Los cánticos de la militancia nací­an en cada esquina por la que ingresaban compañeros de distintos rincones de la Patria, para luego congregarse en uno solo tono que retumbaba por aquí­ y por allá, sin importar el calor o el cansancio. Afuera del microestadio, más de tres mil militantes cantaban, saltaban y observaban las imágenes proyectadas en una pantalla que transmití­a y contagiaba la energí­a vivida adentro. Cada uno de ellos, a su vez, era responsable de recibir a la marea de compañeros que continuaba llegando al lugar. La máxima ansiedad duró hasta que empezaron a sonar los bombos, las trompetas y la siempre esperada y contagiosa cumbia de Clase K, como un preludio de la fiesta que recién arrancaba. La juventud en marcha Hasta que en un momento el escenario fue testigo del futuro que pasó a darse una vuelta. Así­, fueron subiendo los compañeros de la mesa nacional de La Cámpora, los comuneros de la Ciudad de Buenos Aires, concejales, diputados provinciales y nacionales, candidatos a intendentes en los últimos comicios. Luego del video que se proyectó ˮ“con imágenes de movilizaciones y actividades realizadas en Unidades Básicas de todo el paí­s y las palabras de Cristina hablándole a la juventud- fue el turno de los emotivos aplausos que acompañaron la presentación de los compañeros que hablarí­an ese dí­a, Andrés “Cuervoˮ Larroque, Juani Ustarroz y “Luchiˮ Alonso. Primero fue el turno de Juani Ustarroz, quien dijo sentir un “enorme orgullo de estar hoy aquí­, el dí­a de la militancia con esta pasión por la Argentina, por esta pasión por el peronismo kirchnerista, por esta pasión por La Cámpora carajo!ˮ. “Hoy la juventud de los paí­ses del primer mundo están indignados, pero acá la juventud está de fiesta, la juventud está de pieˮ, dijo Juani y agregó: “Uno esta acá por la esencia del kirchnerismo, que es la de la adversidad, la fortaleza, la de acompañar, la de luchar siempre la de la humildad ideológica, la de la construcción colectiva. Gracias a Néstor, a Cristina y a Máximo, hoy estamos acá diciendo presente, estamos acá porque la polí­tica es como la vida; los buenos amigos también se ven ante la adversidad, pero acá no hay ninguna adversidad, acá hay futuro para el pueblo argentinoˮ. Luego habló la compañera Luchi: “Hoy tenemos que estar felices y orgullosos de que podemos compartir este dí­a de la militancia todos juntos, pero más felices tenemos que estar de que nuestra presidenta junto con Néstor pusieron al Estado nacional en el lugar donde tení­a que estar y en donde le corresponde; al servicio del pueblo y al servicio de todos y no de unos pocos". Luchi dijo que los militantes deben estar seguros de que "Cristina va a ser la mejor presidenta de la historia de nuestro paí­s" y que por eso tienen “una responsabilidad muy grande, que es ayudarla, acompañarla y cuidarla". Y por último agarró el micrófono el Secretario General de La Cámpora, Andrés “Cuervoˮ Larroque: "Hoy pensaba que esto iba a ser una fiesta y recordaba a los compañeros que hicieron que el 17 de noviembre se transformara en el dí­a de la militancia, a aquellos compañeros que un dí­a como hoy nada los pudo parar y fueron a rescatar al general Perón después de 18 años de proscripción. Nada ni nadie los pudo parar, como a ustedesˮ. "Quiero recordar especialmente a un compañero, a un militante más que estaba ahí­ ese dí­a, el que transformó la historia; el inmortal Néstor Kirchner!", dijo el Cuervo y agregó: “Gracias a la decisión y al compromiso de nuestra Presidenta que tomó aquello que decí­a Néstor en José C. Paz el 17 de noviembre de 2009, de que no tuvimos el resultado que querí­amos y perdimos por poquito, pero que más que nunca hay que profundizar. Ahora que ganamos, más que nunca vamos a profundizar!". Larroque pidió a los militantes que “sean concientes de la responsabilidad histórica que les cabe, del privilegio que tienen por ser la generación que va a poder realizar la liberación y la felicidad de nuestro pueblo, algo que personas mucho más capacitadas que nosotros no pudieron hacer porque los persiguieron, los mataron, los asesinaron. Pero están todos acá con nosotros, con esta fuerza y con esta militancia" y hasta prácticamente quedarse sin voz, agregó: “Cristina es el puente entre aquella hermosa generación del 17 de noviembre de 1972. Estemos a la altura de las circunstancias como dijo Néstor y seamos responsables militando más que nunca y dando, literalmente, la vida por Cristina". Sin dudas la historia contará que en el acto de ayer, una generación polí­tica y organizada demostró una vez más que con el legado de Néstor y el ejemplo de Cristina volvieron la militancia, la esperanza y la alegrí­a como máxima expresión polí­tica del avance de un pueblo. Para finalizar, por las ventanas del caluroso microestadio se coló un vientito que parecí­a venir del sur y transformarse en las palabras del Cuervo: “Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión polí­tica, ésta es la oportunidad de la transformación, del cambio cultural y moral que demanda la hora. Cambio es el nombre del futuroˮ. 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