Política

La costumbre de abollar ideologí­as

Una preocupante novedad que trajo "el cambio" a la Argentina es la tendencia de las fuerzas de seguridad a amedrentar jóvenes amenazando, insultando, reprimiendo y encarcelando estudiantes, algunas veces hasta violando la autonomí­a universitaria.
por La Cámpora
19 may 2017
Cuando comienzan a sucederse episodios de caracterí­sticas similares no se puede hablar de hechos aislados, sino de una práctica común explicada por un clima de época. Cambiemos ha decidido apostar al rol represivo, arbitrario y muchas veces ilegal de las fuerzas de seguridad. El resultado de esta luz verde al avasallamiento de derechos es la repetición de casos que remiten a la noche de los bastones largos durante la dictadura de Juan Carlos Onganí­a. Justamente en una facultad, Cristina Fernández de Kirchner advirtió varios meses atrás que “cuando un gobierno tiene ideas cortas, necesita bastones largosˮ, en alusión a la represión del pensamiento propio y crí­tico que llevó adelante Onganí­a interviniendo en las universidades. La ex Presidenta no se equivocaba. Jujuy, provincia que es vanguardia en cercenamiento de libertades y derechos, fue la primera donde se avanzó un paso más en la faz represiva: al ilegal encarcelamiento de dirigentes sociales se sumó la irrupción de la policí­a provincial en una universidad para llevarse detenidos a dos alumnos miembros del Centro de Estudiantes. Una violación de la autonomí­a universitaria sin precedentes que obligó al gobernador Morales a dar marcha atrás y repudiar el accionar que él mismo habí­a habilitado. Esta nueva modalidad en el gobierno del contador Morales gustó a las gestiones macristas de provincia de Buenos Aires y Capital Federal. En el marco del conflicto docente, los alumnos y maestros del colegio Mariano Acosta realizaron clases públicas donde sorpresivamente vieron la presencia de uniformados policiales portando armas de fuego en un apriete de tintes mafiosos. Pocos dí­as después, aprovechando el clima de época, la decana de la facultad de Derecho de la Universidad de Lomas de Zamora, quien responde orgánicamente al Frente Renovador que cogobierna con Marí­a Eugenia Vidal en la Provincia, permitió el ingreso de la policí­a local para amedrentar a estudiantes mientras se desarrollaba la elección para elegir a los representantes de los alumnos. Esta semana otro episodio de una violencia inusitada se vio cuando policí­as bonaerenses ingresaron por la fuerza a la Escuela Normal Antonio Mentruyt de Banfield para perseguir a jóvenes que estaban reunidos a la vuelta del establecimiento sin molestar a nadie. Amenazaron a un chico con torturarlo si no les indicaba dónde estaban sus compañeros, y si no fuera por el rechazo de docentes y alumnos, hubiera habido agresiones y detenciones ilegales. El último hecho se vio en Berisso: alumnos de la Escuela Media Nº 1 “Carlos Fuentealbaˮ decidieron movilizarse a la municipalidad para exigir una reunión con las autoridades municipales para que resuelvan los problemas edilicios de la escuela. La respuesta del intendente de Cambiemos fue pedir a la policí­a que disperse a los adolescentes y se vieron imágenes de efectivos ahorcando jóvenes que no debí­an tener más de quince o dieciséis años. No son hechos aislados. No es causal este ensañamiento con los jóvenes de las escuelas secundarias y las universidades, en particular con sus herramientas gremiales como son los Centros de Estudiantes. Quieren disciplinar. Quieren abortar todo tipo de organización colectiva, de expresión crí­tica, de pensamiento propio. Las polí­ticas de este Gobierno no cierran sin represión, sin atemorizar. En una famosa ilustración de Quino, Mafalda señala la macana de un oficial y dice “este es el palito de abollar ideologí­asˮ. Eso es lo que está haciendo Mauricio Macri y los suyos con las fuerzas de seguridad: abollando ideologí­as.
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