Política

LA TRAGEDIA DE LA DESINTEGRACIí“N REGIONAL

por La Cámpora
6 feb 2019
* Por Jorge Taiana Cuando la multilateralidad queda reducida a frases de ocasión o discursos armados para la tribuna, no sólo estamos destinando a los paí­ses medianos y pequeños (en potencia y tamaño) al mandato de los poderosos, sino que estamos poniendo en riesgo a miles y miles de ciudadanos que viven en nuestras tierras. La crisis que atraviesa Venezuela es prueba de esto. Nuestra región es una zona de paz y ha visto los beneficios del diálogo y los frutos del esfuerzo polí­tico en tiempos de la convivencia de grandes defensores e impulsores de la integración, como fueron Néstor, Chávez, Lula, Evo, Bachelet, Mujica, Correa y Cristina. La verdadera Patria Grande siempre levantó las banderas de la autodeterminación y soberaní­a de nuestros pueblos y la integridad territorial de nuestros paí­ses. Hoy México y Uruguay están retomando ese espí­ritu de grandeza regional llamando a un diálogo amplio que incluya a los distintos sectores involucrados en la severa crisis institucional, social, económica y polí­tica que atraviesa Venezuela, así­ como representantes regionales y organismos internacionales. El próximo 7 de febrero, en Montevideo, se realizará este encuentro. La polí­tica exterior de Cambiemos hacia Venezuela exhibe una penosa subordinación a los intereses de los Estados Unidos y se aparta manifiestamente de la mejor tradición diplomática argentina, fundada en las doctrinas Calvo y Drago, respetuosa de la no injerencia en los asuntos internos y en la búsqueda del diálogo para alcanzar la solución pací­fica de las controversias. No resulta posible hablar de la polí­tica de Estados Unidos hacia Venezuela sin tomar en cuenta el petróleo, dado que es el paí­s con mayor volumen de reservas confirmadas del mundo y, que hace más de 100 años, es uno de las principales proveedores del mercado estadounidense. En un mundo donde los recursos naturales y la energí­a siempre son decisivos, los Estados Unidos han intervenido de manera directa en paí­ses como Irak, Libia y Siria con el objetivo de asegurarse la explotación y suministro de los mismos. Bajo el gobierno de Trump la polí­tica exterior estadounidense quiere recuperar un control férreo sobre lo que definen como su “Patio Traseroˮ, intentando eliminar cualquier forma de autonomí­a en la región y subordinarla nuevamente a sus intereses estratégicos. Asimismo quieren poner freno al importante y creciente intercambio comercial, económico, cientí­fico, financiero y polí­tico con la República Popular China. Para esta estrategia cuentan con el apoyo y la complicidad de las élites económicas y financieras de paí­ses como Argentina, Brasil, Colombia y Chile donde la derecha conservadora intenta la restauración de privilegios e implementa polí­ticas que implican la pérdida de soberaní­a y derechos, a la vez que abandona los proyectos de desarrollo. Es en este contexto que estos nuevos gobiernos decidieron dinamitar la UNASUR, la Celac y el Mercosur, facilitando la polí­tica de Estados Unidos hacia la región que está dejando un saldo trágico con pérdida de vidas y atropellos institucionales que sólo profundizan las injusticias, la violencia y la desigualdad.  
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