La xenofobia como justificación de la crisis y el ajuste
Hace algunos años, cuando la crisis habitacional en la Ciudad de Buenos Aires se hizo visible con la toma del Parque Indoamericano, Mauricio Macri le echó la culpa a "la inmigración descontrolada", para explicar un problema que durante sus ocho años de gestión como jefe de gobierno no sólo no intento resolver, sino que se agravó. Hoy la historia parece repetirse.
por
La Cámpora
20 oct 2016
Nos hemos cansado de escuchar, por parte de funcionarios macristas, la misma justificación para el mal estado de los hospitales y las escuelas, no es nuevo, por parte del macrismo este mecanismo de responsabilizar a un “otroˮ implicando esto claramente una política más y cuasi una marca registrada del gobierno de Cambiemos.
El pasado domingo, el periodista que hoy cumple el rol del principal vocero del Gobierno Nacional, Jorge Lanata, en un informe al que llamo "Argentina, país generoso", "volvió a utilizar el recurso de la xenofobia para justificar la crisis cada vez más creciente que vive nuestro país en cuanto a la educación y la salud".
Con datos de dudosa procedencia, el periodista destila el odio al que nos tiene acostumbrados, responsabilizando a los extranjeros que viven en nuestro país y a los cuales albergamos como estado inclusivo, parte de una política de Estado de la "pesada herencia", como suelen llamarla. Y asi justificar posando sobre los hombros de los inmigrantes el recorte en salud como en educación, como en ciencia y tecnología, donde se realizó un recorte del 30 por ciento en el presupuesto nacional para esta última área. Todo en manos de la “gestiónˮ tanto de Ciudad de Buenos Aires, hoy gobernada por Larreta, como del Gobierno nacional hoy en manos de Mauricio Macri.
En un año en que los docentes universitarios hicieron más de siete paros, en el que las universidades publicas alertan sobre la subejecución del presupuesto, en el que fundaciones y ONGs denuncian la falta de medicamentos para el HIV, y los médicos el vaciamiento de los hospitales, Lanata salió a buscar responsabilidades por fuera del gobierno actual.
Otra vez el discurso xenófobo es la punta de lanza para la aplicación de políticas represivas y restrictivas. Tanto es asi que desde principio de año, el relato macrista asociando al inmigrante al narcotráfico o a la delincuencia trajo aparejado el proyecto de creación de la Cárcel de Inmigrantes, proyecto del que aún hoy esperamos explicaciones.
Estos discursos además traen a escena a una policía descontrolada que persigue y tortura pibes en los barrios, por la sola estigmatización consecuente de un relato macrista, que responde a intereses que esperan la exclusión en todos los estratos sociales de nuestros país.
Se olvidan Lanata y Montenegro (autor del informe) que los alumnos extranjeros están radicados en nuestro país: no vienen en una cápsula que los deposita en la universidad para su clase y los devuelve para vivir el resto de su vida en su país de nacimiento.
El estudiante extranjero paga un alquiler, sus alimentos, sus materiales de estudio y los mismos impuestos que cualquier estudiante nacido en acá.
Se olvida Lanata que una de las principales fuentes de financiamiento propio de la Universidad de Buenos Aires son los aranceles de los posgrados, y que muchos de los estudiantes de esos posgrados son extranjeros.
También se olvida de los miles de inmigrantes que viven en nuestro país, que no tienen aún ni el sueño de seguir una carrera universitaria, que aportan al sistema productivo de Argentina y que con sus impuestos también nos pagan la Universidad a los estudiantes nacionales.
A partir de la sanción de la Ley Nacional de Migraciones durante el Gobierno de Néstor Kirchner, Argentina se convirtió en un país vanguardia en cuanto a política migratoria. Esta Ley fue elogiada por organismos internacionales y copiada por otros países de la región, porque rescata el derecho a migrar como esencial e inalienable y lo garantiza sobre la base de los principios de igualdad y universalidad.
Nuestro país estuvo conformado desde siempre por distintas corrientes migratorias, tanto latinoamericanas como europeas, que llegaron para aportar al sistema productivo, social y cultural.
Muchas de los derechos conquistados a lo largo de esa historia hoy están en peligro, no por la responsabilidad de los inmigrantes, sino por las políticas del Gobierno de Macri, y la irresponsabilidad social con la que gobierna, que son justificadas desde las corporaciones mediáticas con discursos xenófobos que fomentan el odio.