Política

LOS PAPELONES DEL MINISTERIO DE LA INSEGURIDAD

En los nueve meses de gestión, la cartera que conduce Patricia Bullrich cometió tantas tropelí­as que en otro paí­s le hubieran costado el cargo al responsable del área. La improvisación, el marketing y objetivos espurios detrás de los bochornos.
por La Cámpora
12 sep 2016
En las primeras semanas de gobierno de Mauricio Macri uno podí­a percibir que en seguridad estaba el peor equipo de los últimos cincuenta años. Luego de la insólita fuga de los tres condenados por el triple crimen de General Rodrí­guez, el 10 de enero anunciaron que recapturaron a todos, cuando sólo habí­an dado con el paradero de uno de los prófugos. La explicación de la Ministra fue que recibieron información falsa. Al dí­a de hoy nadie explicó cómo no tuvieron la capacidad de corroborarla ni los recaudos de no publicar nada que no estuviera confirmado. Los tropiezos de la ex Ministra de Trabajo durante la Alianza continuaron. Primero solidarizándose con los gendarmes que reprimieron brutalmente a una murga de niños en la villa 1-11-14. Luego, en ocasión del Tedeum en la Catedral porteña al que asistió el Presidente, la funcionaria advirtió horas antes que habí­an detenido a terroristas polí­ticos que querí­an provocar desmanes. Sin embargo, la propia policí­a federal la desmintió y aclaró que se trataba de quemacoches. Los bochornos siguieron para el Ministerio de (In)Seguridad. En la causa por el doble crimen de Unicenter, una pericia de la Federal concluyó que el arma homicida era la que se encontró en el domicilio de Marcelo Mallo, ex lí­der de Hinchadas Unidas Argentinas y a quien el oficialismo maliciosamente vinculaba con Aní­bal Fernández. Ese dato fue suficiente para que Bullrich dijera públicamente que Mallo era el asesino de los colombianos muertos en el shopping, y montó un operativo innecesario cuando el sospechado se entregó (no lo capturaron) ante las fuerzas de seguridad. Una segunda pericia determinó que la primera estuvo mal hecha, y que el arma de Mallo no era el arma homicida. La jueza de la causa recriminó a la Ministra nacional por la falta de seriedad para hacer las pericias y la irresponsabilidad por realizar acusaciones públicas que no eran tales. Quizá buscando algún récord, la cartera de seguridad volvió a ser noticia al inaugurarse un centro de monitoreo de Gendarmerí­a, donde en   las imágenes se pudo observar que utilizan los monitores de control para espiar cuentas de Twitter y no para cumplir con sus funciones. En los últimos dí­as hubo tres episodios más que culmina esta seguidilla de papelones. En primer lugar, el Secretario de Seguridad interior y socio de Margarita Stolbizer en el GEN, Gerardo Milman, quiso alertar sobre la existencia de maras en Argentina copiando una publicación del sitio Rincón del Vago, empleado por adolescentes para hacer sus tareas escolares. Hace tres dí­as Patricia Bullrich volvió a aparecer en los medios por anunciar que en Ezeiza detuvieron a un terrorista libanés. A las pocas horas se conoció que en realidad no habí­an hallado al criminal internacional buscado, sino que lo confundieron con otra persona que sólo tení­a una causa en Brasil por tráfico de drogas. La última pieza la dio ayer el Secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, al decir en un reportaje que descubrieron argentinos entrenados por ISIS y sugirió la posibilidad de la existencia de células dormidas. Horas más tarde tuvo que emitir un comunicado desmintiéndose y reconociendo que no hay presencia de grupos terroristas en el paí­s. Esta enorme cantidad de furcios obedece, por un lado, a la notable inexperiencia e incapacidad de estos funcionarios para planificar y ejecutar polí­ticas de seguridad. Para maquillar tamaña inoperancia buscan mostrar enormes despliegues y resultados de las distintas fuerzas. Pero peor aún, quieren generar miedo en la sociedad e instalar la idea de que hay peligro de presencia terrorista para luego justificar la intromisión de los Estados Unidos con bases militares y la participación de las Fuerzas Armadas en cuestiones internas. Ambas posibilidades vienen siendo sugeridas por distintas autoridades y cabe recordar que una delegación del Ministerio de Defensa viajó en mayo a Washington para "fomentar el intercambio bilateral en el área militar" y "retomar las relaciones con el Pentágono". El temor del pueblo es la condición necesaria para llevar adelante acciones que no encuentran necesidad en la realidad, y que sólo se pretenden hacer para relegar soberaní­a y aplicar un disciplinamiento a través de la violencia.  
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