*Por José Ignacio Otegui
La imagen que trascendió de una presentación en PDF del Ministerio de Producción y Trabajo que muestra a un grupo de siete personas, todas de rasgos blancos, caucásicos, sosteniendo a una multitud de gente con rasgos mestizos es la síntesis de la construcción identitaria de la Alianza Cambiemos.
En esa presentación denominada Leyes Para la Transformación Productiva en la página 7 hay una imagen que intenta graficar que, en la actualidad, hay un 20% de contribuyentes que aportan el 99,4% de la recaudación fiscal, lo cual además de ser una falsedad, potencia el odio de clase latente en un sector de la población y da una imagen mentirosa de la composición federal del país.
Pero esa imagen representa una de las creencias básicas del núcleo de votantes de la Alianza Cambiemos, rubios o no, creencia reforzada por el discurso de los medios del establishment. Sin embargo el postulado lo refutó claramente el economista Juan Balasini, quien viralizó la imagen.
En una nota al diario Perfil, el integrante del Instituto de Economía y Trabajo de la Fundación Germán Abdala sostuvo que "al margen del dibujo, los números del 20/99 son inconsistentes. Porque no tenés hoy tan pocos trabajadores formales. En principio, son muchos más que los del monotributo social. Además, pareciera que en el 20% cuentan empresas y no trabajadores, como si los aportes personales los pagaran las empresas".
Balasini explicó que "en realidad, el 20% bien calculado es un 70%. Así que hasta el mensaje está equivocado" y añadió que "el análisis que hace ese cuadro presupone que la decisión de ser formal o informal es del trabajador cuando mientras que, en los hechos, eso tiene que ver con una determinación del empresario, en la que el trabajador no tiene mucho margen de decisiónˮ.
Si vamos a las cargas impositivas también se refuta la imagen de los rubios sostenes. En proporción a los ingresos el peso impositivo recae con más fuerza sobre los que menos tienen, potenciado con el traspaso de recursos que hizo Macri mediante la quita de subsidios al transporte y los servicios.
Un jubilado que cobra la mínima o una mamá que recibe la Asignación Universal por Hijo, además de perder groseramente con la inflación, al comprar un kilo de fideos o un kilo de yerba paga religiosamente el 21% de IVA (ya ni siquiera les devuelven el 5% por la compra con débito). Ese porcentaje en cada compra es, en proporción, mayor a lo que aporta un empleado registrado, quien también percibe asignaciones familiares.
El presidente no es el otro
En la era de la posverdad, en donde tallan más las emociones que las razones, la imagen del esfuerzo rubio sirve para fortalecer un rasgo identitario de Cambiemos y su electorado fiel. No es un detalle menor que Macri se refiera a lxs argentinxs en tercera persona, tanto para pedir sacrificios como para culpar del supuesto derroche energético.
Como en en la serie Lost, en la sociedad de Cambiemos están lxs Otrxs . Un grupo mayoritario, amorfo (en la imagen viralizada lxs rubixs tienen rasgos en el rostro y lxs morochxs no), al cual hay que temerle y, por lo tanto, aislar, por el simple hecho de ser Otrxs. Lxs rubixs tienen traje, silla de oficina, computadora (como si todo el trabajo formal en todo el país se redujese a oficinas. Teléfono, gente del “campoˮ e Interior, los dejaron afuera), mientras que lxs Otrxs solo remera, pollera o bermudas. Esxs Otrxs son los que cotidianamente son tildados de vagxs, planerxs, subsidiadxs. O más allá, delincuentes. Muchas veces los que tildan al Otrx de eso no se dan cuenta que también son Otrxs.