La unidad latinoamericana dio un paso histórico al rechazar contundentemente la intentona golpista que quiso deponer al Presidente elegido democráticamente en Ecuador, Rafael Correa. La convocatoria a los presidentes de UNASUR por parte de Néstor Kirchner y la rápida respuesta mediante la conformación de una reunión extraordinaria en Buenos Aires para apoyar la institucionalidad democrática, mostraron madurez y unidad en los gobiernos de la región, completamente novedosa en el mundo.
Luego de las inquietantes primeras imágenes que llegaban por Telesur mostrando las agresiones sufridas por el mandatario ecuatoriano y el repentino aislamiento que le propiciaran en el hospital, el mensaje resultaba claro para los pueblos latinos: nuevamente una fracción minoritaria golpista intentaba cortar un proceso de desarrollo económico, político y social democrático mediante la violencia. No se dudó un segundo, había que salir a apoyar al gobierno popular en las calles.
Mientras en Ecuador gran parte de la población salía a demostrar su disconformidad con la sublevación de las fuerzas policiales, en Buenos Aires, los compañeros de La Cámpora convocamos a concentrar frente a la embajada del hermano país para repudiar el golpe y exigir la inmediata restitución del acorralado Presidente. En pocos minutos, las calles de Recoleta se llenaron de banderas y cantos, mostrando que las organizaciones populares también han crecido en los últimos años y que están a la altura de la circunstancia.
Ni bien se confirmó el encuentro de los mandatarios del continente en la Cancillería, otro grupo de compañeros se organizó para montar guardia frente al palacio de la calle Esmeralda, a fin de mostrar el apoyo incondicional a las muestras de unidad Latinoamericanas. Cerca de las ocho de la noche, la columna que se encontraba frente a la embajada se movilizó para sumarse a los compañeros que daban la bienvenida a los presidentes del UNASUR frente a la Plaza San Martín.
Allí, durante largas horas, miles de militantes dieron muestras de preocupación por la situación ecuatoriana pero nunca dejaron de cantar y hacer sonar sus bombos, sabiendo que más temprano que tarde, la reacción de los pueblos latinoamericanos surtiría efecto en el hermano país. Cuando cerca de la medianoche, llegaron las noticias de que Correa le estaba hablando al pueblo en Quito, la alegría invadió el rostro de los compañeros que redoblaron fuerzas en sus cantos.
Mientras tanto, la mayoría de los Presidentes ya había posado para la foto oficial y se encontraban reunidos en el interior, redactando el documento que darían a conocer horas más tarde en el cual formalizaban el repudio al intento de golpe de estado y el posterior secuestro del presidente Rafael Correa Delgado, rechazando cualquier nuevo desafío a la autoridad institucional o intento de golpe al poder civil legítimamente elegido. Así mismo, acordaron trasladar a todos los cancilleres en el día de la fecha a la ciudad de Quito para apoyar el orden constitucional.
Si bien la jornada terminó con la buena noticia de la restitución de Correa, este suceso nos sirve para tener presente que los procesos democráticos en América Latina aún están en etapa de consolidación y que es importante seguir profundizando los canales de participación popular, única defensa con la que cuentan los gobiernos en los momentos más difíciles. Es por ello que valoramos doblemente gobiernos como el de Cristina que ponen en valor la memoria y la construcción de una sociedad cada vez más inclusiva. Es por eso que estamos orgullosos de tener un Presidente en UNASUR como Néstor, que ante el primer intento desestabilizador sale en defensa de los procesos por el camino más sano: el de la unidad.