Una pregunta que retumba y resuena, incomoda a quien la dice y a quien la escucha, teñida en el manto de la impunidad. ¿Quién financió el atentado? ¿Quién alentó a los autores materiales? ¿Cómo sabía Gerardo Milman dos días antes lo que sucedería? ¿Qué explicación tiene la enorme cantidad de dinero que la familia Caputo le dio por extrañas tareas de carpintería a grupos violentos que agitaban el magnicidio? ¿Por qué se destruyó el celular de Fernando André Sabag Montiel en custodia del juzgado de María Eugenia Capuchetti? ¿Qué había en ese celular?