Desde la unidad de sectores que provenían de distintos espacios políticos e ideológicos, el feminismo denunció incansablemente que tenemos presas políticas y que sufrimos persecución mediática, política y judicial a las líderes populares. Asimismo, denunciamos el acuerdo con el FMI y cada una de las políticas económicas de dependencia y empobrecimiento de nuestro pueblo.
Esta crítica situación económica repercute en mayor medida en las mujeres e identidades disidentes. Somos nosotras las más precarizadas, las que sufrimos en mayor número el desempleo, las que sostenemos los hogares más pobres. También vivimos una situación dramática de aumento de los femicidios y travesticidios, y un vaciamiento de las políticas públicas en temas de género.
La masiva participación en los Encuentros es un hecho político único en el mundo. Tres días de reflexión, debate, aprendizajes colectivos y enormes movilizaciones construyendo un espacio donde las mujeres nos reunimos a discutir nuestra agenda, las situaciones de desigualdad, discriminación y violencia que vivimos y alcanzar los consensos de acciones y propuestas que impulsamos como movimiento social, transversal, democrático y plural.
Habitamos los encuentros desde una profunda convicción feminista que se funda en la incomodidad frente a las injusticias y en la inquietud por transformarlas. Por eso, este año nos dimos la inmensa discusión de repensar el Encuentro desde una perspectiva más inclusiva.
Quienes nos sentimos feministas militamos por proyectos que contengan e incluyan a lxs olvidadxs, lxs silenciadxs y lxs perseguidxs. Sabemos que nuestra historia fue escrita con desigualdad y que es nuestra tarea reescribirla desde una perspectiva negra, popular, diversa y feminista.
Por eso, convencidxs de que nombrar es político, en esta 34 edición del Encuentro, hemos puesto sobre la escena que el feminismo no puede estar protagonizado solo por mujeres, sino que necesariamente tiene que tener al frente a las disidencias desde una perspectiva plurinacional.
Las compañeras de La Cámpora, militantes comprometidas con las problemáticas más urgentes de nuestro pueblo, asumimos el desafío histórico de ganar la elección y construir un gobierno que defienda los intereses de las mayorías populares.
Más de 2000 fuimos protagonistas del encuentro más multitudinario de la historia, viajamos desde cada provincia, nos encontramos, debatimos, repensamos la forma de acabar con tanta violencia, marchamos, cantamos, nos abrazamos, levantamos los brazos bien en alto y sonreímos, porque tenemos la seguridad de que caminamos juntas, porque otras caminaron antes por nosotras, con la convicción de que el futuro será feminista.
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