El comienzo del fin de la ciudad amarilla
No son semanas fáciles para la ex vicejefe porteña Gabriela Michetti. La renuncia que efectuó hace unos días no la deja dormir, hace cálculos y recibe críticas de su propio entorno. Un sector del PRO festeja los cambios, ya que se “sacaron de encimaˮ a la única persona que no era del todo orgánica a Macri. El que no esta muy conforme es el mismo Mauricio que ve que justo cuando se hablaba de “candidaturas testimonialesˮ Gabriela transformó en testimonial la elección del 2007 cuando los porteños la votaron y ella jamás ejerció su mandato hasta el día de su renuncia.
Lo que la terminó de convencer a Gabriela es lo que le sucedió el jueves 16 de abril. Ese día sufrió dos escraches espontáneos. El primero fue al mediodía cuando una maestra la cruzó y le dijo "mentirosaˮ por los afiches amarillos que hablan de un aumento al sueldo básico docente. El segundo escrache fue a la noche, cuando llegaba con Macri al club Huracán y un grupo de vecinos espontáneos de Parque Patricios los insultó.
Entre los vecinos, había una señora discapacitada que le reprochaba a Michetti la poca cantidad de rampas y la suspensión de las obras del subte. La todavía vicejefe entró pálida al club Huracán, nadie la había defendido y comenzó a insultar desencajada al jefe de seguridad. Los vecinos se retiraron pacíficamente y desahogados.
Algunos allegados a la ex vicejefe vieron con alivio su renuncia porque ya era “irrespirableˮ gobernar y pronto el costo político que hoy sufre Macri caería sobre “Gabyˮ. Mayores son los problemas de De Narváez, que tocó techo y comenzó a rodar en picada luego de una denuncia publicada en Pagina 12. Esto fue aprovechado por Felipe Sola que le volvió a pedir la cabeza en la lista. La nueva Alianza ya empezó rota y tiene miedo de salir tercera el 28 de junio.
El Pro esta perdido en su laberinto. La resistencia a la gestión la hacen desde niños hasta ancianos. Un caso emblemático es el de “puerto pibesˮ en el barrio de Núñez. Este predio estaba otorgado a programas de reinserción social de menores. El gobierno amarillo construyó un paredón para que ahora lo use la nueva policía porteña. En épocas donde el debate por la baja de la imputabilidad esta en la cresta, Mauricio dio su plan: cerrar lugares destinados a la educación de menores para formar policías. Cambia educación por represión, como ya hizo en la última dictadura su referente de gestión Osvaldo Cacciatore.
La gestión de la derecha se empezó a diluir en su propio veneno. Este es el principio de su fin. Mientras tanto, Gabriela prefiere hablar en los medios de otras cosas, como cuando le da reportajes a las revistas de los personajes famosos: “Jamás me gustó pintarme, y ahora que estoy, digamos, un poquito más expuesta, comencé a hacerloˮ