Hace aproximadamente un año, ante el acuartelamiento de miembros de Prefectura y de Gendarmería, decíamos: "Los efectivos de las fuerzas de seguridad son parte del pueblo trabajador y humilde que no se debe dejar engañar por los que nos sometieron a humillaciones durante años, por los que asesinaron, torturaron y persiguieron a compatriotas para que unos pocos empresarios se llenen los bolsillos".
No pudimos encontrar en los estudios de televisión a los dirigentes que se la pasan reclamando seguridad y dando clases de civilidad y republicanismo. Tampoco escuchamos la opinión de la izquierda partidaria que hace años resignó su política a mandar a sus militantes jóvenes y universitarios con capuchas a provocar a la policía casi como nenes malcriados porque saben que la policía tiene la orden de este gobierno de no reprimir.
Por último, a los agentes policiales que tomaron esta actitud salvaje y egoísta con el resto de la sociedad les recordamos que es este gobierno nacional, popular y democrático, desde el 2003, el primero que les dio la oportunidad para reconciliarse con el pueblo, del que son parte, prohibiendo la represión a la que eran obligados con gobiernos anteriores. La democracia no admite la extorsión y este pueblo ya no es rehén de nada ni de nadie. Democracia para siempre.