Política

No a los especuladores financieros ¡sí­ a Marcó del Pont!

por La Cámpora
9 mar 2010

El paí­s que Néstor Kirchner recibió en sus manos allá por 2003 es muy distinto del que tenemos hoy. La economí­a durante los últimos casi 7 años ha mostrado í­ndices de crecimiento y empleo   sumamente exitosos. Se han logrado reducir notablemente los niveles de pobreza e indigencia, realizando además obras públicas que benefician a millones de argentinos.

En este camino, el Estado se ha financiado con recursos genuinos producto de una polí­tica macroeconómica inteligente y prudente; parte de la cual se ha basado en una reducción record de los niveles de endeudamiento del paí­s. En efecto, desde 1976 en adelante, todos los presidentes anteriores a 2003 habí­an incrementado los niveles de deuda pública a cifras estrafalarias. Esta situación no sólo lesionaba nuestra capacidad de decidir nuestro propio rumbo (porque los que nos prestaban la plata nos poní­an innumerables condiciones para ello) sino que también nos obligaba a destinar gran parte de nuestros ingresos al pago de intereses de la deuda.

Cuando este modelo se inició en 2003, si Argentina querí­a cancelar su deuda deberí­a haber destinado a eso la imposible cifra de un 300 % de lo que producí­a para exportar. Hoy dí­a nuestra deuda externa es completamente manejable y estamos intentando reducirla, aún más, terminando de pagar el último tramo de deuda que habí­a quedado en default tras la presidencia de Rodrí­guez Saá. Si resolvemos esta situación, nuestras empresas podrán conseguir financiamiento más barato y con él podrán incrementar sus niveles de actividad y empleo.

Hoy, como ayer, vemos cómo actúan quiénes debieran representar al pueblo desde la oposición. Ayer endeudaron al paí­s y recortaron la inversión pública y los sueldos de empleados y jubilados para pagarles a los actores financieros. Hoy pretenden que recortemos lo que el Estado invierte en construir hospitales, llevar agua potable a los barrios, pagar asignaciones universales por hijo o aumentar las jubilaciones (entre otras acciones) para pagar deuda externa. Nosotros preferimos mantener los niveles de inversión pública y utilizar reservas genuinas del Estado argentino (por las que nos pagan un 0,5 % de interés) para terminar de resolver esta situación que ellos generaron. Contraer nueva deuda a una tasa de interés del 15 % no es, claramente, una opción que beneficie a nuestro pueblo.

Somos concientes de que cualquier alternativa de cambio debe enfrentar múltiples presiones y que un proyecto, en ocasiones, debe ser gradual en sus aspiraciones. La llegada de Marcó del Pont a la presidencia del Banco Central de la República Argentina rompe con una larga tradición argentina. Por primera vez en muchos años nuestro gobierno ha logrado poner al frente del BCRA a una persona que no sólo presenta óptimas condiciones profesionales y personales sino que, también, mostrando un notable compromiso con nuestros trabajadores y nuestra gente, no se subordina al capital financiero.

¿Quiénes pretenden destituir a Marcó del Pont avasallando, además, cualquier mí­nimo nivel de institucionalidad? La misma oposición que pide que recortemos la inversión pública, o que nos endeudemos a tasas exorbitantes, para pagar la deuda que ellos contrajeron ¿Qué intereses defienden? ¿Los del pueblo trabajador que necesita que se multipliquen las opciones laborales o los de los actores financieros que quieren seguir sentados arriba de la guita o que prefieren prestarle al Estado a tasas usurarias? La respuesta parece evidente. Nuestra Presidenta sabe perfectamente lo que está en juego en esta disputa y es por eso que debemos acompañarla en cada medida, en cada declaración y en cada paso que de tratando de fortalecer este modelo con inclusión social.