Hace dos años y medio que el Gobierno Nacional liberó los precios de las tarifas de los servicios públicos y, como era previsible, esto viene generando un aumento del costo de vida que, mes a mes, agobia a los/as argentinos/as. Pero ahora Mauricio Macri proclama que, preocupado por los/as usuarios/as, las provincias y los municipios deben aportar a reducir la presión del #Tarifazo reduciendo impuestos internos.
Así, por ejemplo, la Gobernadora María Eugenia Vidal anunció la quita del 6% de las facturas de gas y omitió mencionar que esta rebaja equivale a un monto inferior a $50. Está a la vista que esta cifra es vergonzosamente irrisoria y que no aliviana los bolsillos de los/as bonaerenses. Pero más grave aún es el hecho de que, la reducción de los impuestos que pagan estas empresas pudientes, priva a la Provincia de Buenos Aires de $3.000 millones: esto es, por trazar un paralelo, la mitad del presupuesto de la ciudad de La Plata.
En medio de este nuevo tarifazo abusivo, el Bloque de Concejales de Unidad Ciudadana solicitó retomar con pronto despacho el proyecto que presentamos el año pasado para que Camuzzi deje de cobrarle a los/as usuarios/as la Tasa de Seguridad e Higiene. Una tasa que paga el/la almacenero/a, el/la quiosquero/a, el/la dueño/a de una mediana empresa, el/la productor/a frutihorticola. O sea, cualquiera que haga algo con fines de lucro. Pero Camuzzi no la paga, sino que la incluye en las facturas que pagamos nosotros/as gracias a una Resolución del Ente Nacional Regulador del Gas que la autoriza a cargar sobre las espaldas de los/as consumidores sus cargas tributarias.
Esta tasa municipal se aplica sobre aquellos/as que desarrollan actividades lucrativas y por tanto es un absurdo incluir a los/as usuarios/as en esta categoría. Considerando que este tributo es la principal fuente de recaudación y que representa el 41% de los ingresos comunales, sería una barbaridad que el Municipio disponga que lo paguen los/as vecinos/as o que se deje de cobrar, cuando Camuzzi tiene activos por $3.353 millones y gran parte de sus ganancias se debieron al 500% de aumento en las tarifas. De lo que se trata es de que la compañía se haga cargo de los impuestos y tasas que le corresponden, cuando está en condiciones de solventar ese gasto ya que tiene activos.
Este absurdo deja a la vista la falsedad del discurso de Macri y Vidal: no hay una preocupación genuina por los/as usuarios cuando hace más de dos años promueven una fenomenal transferencia de la riqueza hacia las empresas prestadoras de servicios públicos que, con las arcas llenas, no han invertido recursos ni han allanado el camino hacia la soberanía energética. Tampoco cuando se advierte que ellos mismos habilitaron a las compañías a trasladar el costo de los impuestos a las facturas. Para peor, las provincias y los municipios no van a poder amortiguar el impacto del nuevo cuadro tarifario y en el camino se van a desfinanciar en un escenario muy complejo para la gran mayoría. No hay 0800 que revierta el despojo que los/as argentinos/as vienen soportando hace más de dos años.
Espero que Garro piense en los/as vecinos de La Plata y en que en un escenario marcado por crecimiento de la pobreza, el desempleo y el costo de vida, el Estado Municipal no puede prescindir de estos recursos tan necesarios para que la ciudad esté de pie. Espero que Garro piense realmente en los/as vecinos de La Plata: en que en un escenario marcado por crecimiento de la pobreza, del desempleo y del costo de vida, el Estado Municipal no puede permitir que se siga cargando sobre los hombros de los/as platenses ni prescindir de estos recursos tan necesarios para que la ciudad esté de pie.
