Los compañeros y las compañeras comenzaron a llegar mientras el sol caía de lleno sobre la Plaza de Mayo. La Pirámide lucía adornada de pañuelos y banderas: las Madres se preparaban para realizar su marcha número 2415. Mientras esto ocurría, el gobierno nacional de Javier Milei preparó una nueva embestida, un nuevo acto de provocación y de violencia: la intervención de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMA).
Si bien la medida no salió aún en el Boletín Oficial, desde el Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, hicieron circular la resolución y la notificación en donde aparece la figura de “Rector organizador”. La pregunta es ¿organizador de qué? Recapitulemos: La institución no es nueva, abrió sus puertas el 6 de abril del 2000 como Universidad Popular, continuó como Instituto Universitario y finalmente, en octubre del año pasado, se aprobó en el Congreso Nacional su conversión a Universidad Nacional.
Al respecto, las Madres sacaron un inmediato comunicado que expresaba: “Comunicamos que el gobierno facista, negacionista y reivindicador de la dictadura genocida, dispuso la ilegal intervención de la UNMA”, y agregaron: “Resistiremos esta acción fraudulenta e ilegitima junto a toda la comunidad de nuestra Universidad”.
Eduardo Maurizio, quien aparece designado como interventor, fue parte de la gestión anterior de la UNMA. La misma gestión que quiso traicionar a las Madres y dejarlas afuera de su universidad, en una asamblea realizada el 6 de diciembre de 2023.
En marzo de este año, en asamblea extraordinaria, se eligió unánimemente a Cristina Caamaño como la nueva rectora de la universidad, respetando la voluntad de Hebe de Bonafini y la Asociación. "La universidad está tan organizada que tiene sus claustros de docentes, estudiantes y trabajadores no docentes que eligieron sus representantes a la asamblea soberana, y tal como lo prevé la Ley de educación superior, los delegados a la asamblea eligieron a sus autoridades, por eso Cristina Caamaño es la rectora, como querían las Madres", explicó Demetrio Iramain, militante de Madres y docente de la Universidad.
Caamaño junto con las nuevas autoridades, dirigieron la UNMA sin recursos. Con Javier Milei, la universidad no recibió ni un solo peso de lo que le corresponde, porque el Subsecretario de Política Universitaria, Alejandro Álvarez, no reconoció los procesos de normalización de las cinco Universidades Nacionales creadas en octubre pasado. La última vez que docentes y trabajadores no docentes cobraron su sueldo fue en diciembre de 2023. Así y todo no dejaron de dictar clases, por la militancia y el compromiso que toda la comunidad de docentes, no docentes y estudiantes tiene con la universidad y con las Madres.
Cristina Caamaño explicó que la intervención se basa en que a este gobierno no le interesa nada que esté relacionado con los Derechos Humanos: “Ya sabemos que no solo es negacionista sino reivindicador de la última dictadura y que hace una semana fue a visitar a los genocidas presos con varias condenas a perpetuidad, entonces todo lo que esté relacionado con Derechos Humanos lo quieren voltear, una manera de voltearlo es no pagar los sueldos de docentes”.
En febrero, el Ministerio de Capital Humano dictó la Resolución 45/24 que inició una revisión de los procesos de normalización y revocó las designaciones de los rectores. Por esto y por el tema de los fondos, la universidad tiene ya varias denuncias hechas en el Fuero Contencioso Administrativo. En julio, durante la feria judicial, se trató un recurso que reclamaba por los fondos. Todo parecía encaminarse, pero el gobierno nacional, al ver que el juez podía fallar a favor de la universidad, lo recusó. Cuatro días después, el juez Pablo Cayssials, conocido por su viaje financiado por Clarín a Lago Escondido, falló en contra de la universidad.
“La intervención es el primer paso para un nuevo intento de desplegar el plan sistemático para generar terror en todo el cuerpo social y apunta a todxs aquellos y aquellas que estemos en contra de las políticas económicas liberales y a favor de los Derechos Humanos”, relató Elizabeth Grosso, estudiante de la UNMA. Hay más de 2200 estudiantes que se ven afectados en sus cursadas y trayectorias académicas, por estas medidas del gobierno. Agregó Caamaño: “Lo que quieren es vaciarla, dejarla sin recursos para que desaparezca”.
Sin bajar los brazos, los estudiantes y la comunidad de la UNMA están en pie de lucha para defender el legado de los 30.000 y el sueño de las Madres, que es esta universidad. A una semana de la primera noticia de la intervención, Eduardo Maurizio y un grupo de personas que lo acompañaban, quisieron entrar a la universidad pero los estudiantes organizados no se lo permitieron. “Si bien nuestra universidad es la que más está siendo atacada, eso es un plan que abarca a todas, van en contra de la universidad pública, y me parece súper necesario que, como estudiantes, empecemos a organizarnos y armar un plan de lucha a nivel nacional”, comentó Juana Martinez, estudiante y militante de Madres. En la misma línea, otra compañera, Cecilia Moncalvo, agregó: “Necesitamos luchar con convicción, fuerza, constancia, con todas las evidencias y las argumentaciones que corresponden a ese tipo de intervenciones, para orientar también a argentinas y argentinos que por algún motivo no han dimensionado lo que implica intervenir una universidad pública. No es por una, van por todas”.
*Militante de La Cámpora y estudiante de la UNMa.
