Política

No son dos pizzas, es ajuste

por La Cámpora
25 ene 2016
La sinceridad, o sinceramiento, del Gobierno macrista no ha hecho más que perjudicar el bolsillo de los trabajadores. Primero fue la devaluación cercana al 40,0 por ciento que licuó el salario, sumado a los aumentos de precios dinamizados por la propia devaluación. A este combo hay que agregarle el incremento de tarifas de luz y el gas que será anunciado por el ministro de Energí­a, Juan José Aranguren, en los próximos dí­as. El ajustazo comenzará a aplicarse en febrero. El incremento tarifario rondará entre un 200 y 500 por ciento, según el tipo de usuario. El 80 por ciento de los alcanzados por el incremento serán hogares y el otro 20 por ciento, industrias. La otra novedad será que las facturas empezarán a ser mensuales y no bimestrales, como ocurre en la actualidad. La ironí­a de Aranguren fue decir que se enviarán facturas mensuales para que las subas no se sientan tanto. Es decir, en vez de repartir el ajustazo en seis cuotas bimestrales, se hará en doce mensuales. La otra ironí­a de Aranguren la pronunció él mismo en su primera conferencia de prensa cuando reconoció que a pesar de decretar la emergencia eléctrica, y el tarifazo, los cortes de luz seguirí­an. “Los cortes van a seguir. Nuestra obligación es informarlos, como estamos haciendo, y tratar de hacer que las empresas prestatarias del servicio mejoren el mantenimiento, en algunas pueden observarlo, a otras les faltaˮ, aseveró el ministro. El ajuste tiene un solo objetivo: recomponer la rentabilidad de las empresas distribuidoras de electricidad. Un dato no menor: el amigo de Macri, y principal contratista de la Ciudad de Buenos Aires, Nicolás Caputo, es accionista de Edesur. Por ende, Macri le está garantizando más ganancias a su amigo. La última ironí­a en este entramado de tarifazos, o la primera, fue del ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, quien sostuvo que los aumentos de tarifas no eran gran cosa: “En algunos casos el aumento será equivalente a dos pizzasˮ. Ironí­as del macrismo, que resultan caras para los trabajadores.
Imágenes