*Por Alejandro Filippini y Tomás Lerner
Como ya nos tiene acostumbrados, el diario La Nación alienta a los jóvenes de nuestra patria a emigrar. A dejar nuestra tierra, nuestros afectos, amistades para insertarse en el "mundo civilizado y previsible" que ofrece (según La Nación) infinidad de oportunidades que aquí -aparentemente- no existen.
Esta vez en la nota dominguera “ ¿La salida es Ezeiza?ˮ (https://www.lanacion.com.ar/
Sin tomar en cuenta la historia de nuestro país -o nuestro continente- y obviando cualquier dato o cifra que se acerque al rigor periodístico, el diario La Nación opera e intenta corroer nuestra autoestima nacional afirmando que lxs jóvenes aquí "no tienen futuro" y que todo lo extranjero equivale a "progreso" mientras que lo autóctono se encuentra revestido de atraso y fallas. Este argumento no es nuevo ni novedoso. Sarmiento despreciaba a los gauchos, a los mestizos y soñaba con una Argentina poblada por los "pueblos civilizados" del norte de Europa. Martínez de Hoz nos invitaba, sin explicar las graves consecuencias, a fines de los 70 a elegir productos importados antes que los fabricados por argentinxs: https://www.youtube.com/watch?
Si se trata de autoestima, conviene preguntarnos ¿Por qué La Nación cree que el futuro de nuestrxs jóvenes profesionales debe ser el de servir en bares o recolectar frutos en Oceanía?
En 2015 dejábamos un país con el salario promedio más alto de la región, con más de 60 políticas públicas destinadas a lxs jóvenes. Conectar Igualdad, PROGRESAR, la Asignación Universal por Hijo, Programa Raíces (repatriación de más de 1000 científicos), Juegos Nacionales Evita, más de 4000 escuelas nuevas, la creación de Universidades Nacionales, PROCREAR, Más y Mejor Empleo fueron algunas de las medidas que en un contexto de crecimiento económico con inclusión social, desendeudamiento y una mirada abierta a la participación juvenil nos invitaba a soñar con un futuro cada día mejor en nuestra tierra.
Tan solo 4 años después las políticas económicas adoptadas por el Gobierno de Macri, Vidal, Larreta, Carrio, la UCR y el FMI destruyeron los cimientos sobre los que habíamos construido un país con justicia social y oportunidades para todxs. Hoy, luego de la pesadilla macrista, 2 de cada 10 jóvenes no encuentran trabajo y 4 de cada 10 no llega con sus ingresos a cubrir la canasta básica total.
A pesar de que la situación social y económica nos presenta un escenario difícil como aquel 2001, advertimos a La Nación que hoy la gran mayoría de lxs jóvenes estamos convencidos que el lugar para construir nuestro proyecto de vida es la Argentina y confiamos en un proyecto que ya nos ha demostrado que la política es la mejor herramienta para transformar las injustas realidades que hoy padecemos. Sin abandonar y sin darle lugar al desánimo debemos hacerse cargo como lo hizo Néstor en 2003 y como lo hacen Alberto y Cristina desde el 10 de diciembre pasado. Hoy las juventudes contamos con un Gobierno que nos invita a ser protagonistas de la construcción de una Patria que vuelva a poner en valor el trabajo, el conocimiento y los sueños de cada unx de nosotrxs.
Tenemos todo por hacer. Las juventudes vamos a construir entre todxs y para todxs una Patria Grande en la que las utopías no sean las del "progreso y desarrollo individual" en forma de ticket de avión sino la concreción de una tierra de oportunidades y de sueños colectivos en la que -como alguna vez ha ocurrido y volverá a ocurrir- sus niñxs no conozcan siquiera lo que es el FMI.