Política

“Nos reí­mos muchoˮ

por La Cámpora
28 ago 2014
Nieta 115 Ana Libertad “Nos reí­mos muchoˮEstela de la Cuadra, hermana de Elena y tí­a de Ana libertad, la nieta número 115, que nació en la comisarí­a quinta de La Plata y que recuperó su identidad el viernes 22 de agosto pasado, manifestó que mantuvo una conversación telefónica con su sobrina en la cual pudo expresar y compartir esa alegrí­a. Los primeros pasos para la recuperación de Ana Libertad los dio su abuela materna, una de las fundadoras y primera presidenta del organismo de derechos humanos, Alicia “Lichaˮ Zubasnabar de De La Cuadra, que lamentablemente falleció en junio de 2008. “Lichaˮ habí­a recibido mensajes anónimos que le indicaban que habí­a tenido una nieta e información sobre su hija. En su casa fue gestada la Asociación que luchó para recuperar la identidad de más de 500 nietos desaparecidos durante la última dictadura cí­vico militar. Ana Libertad es el nombre que eligieron sus padres, Héctor Carlos Baratti y Elena De la Cuadra, ambos secuestrados por la Policí­a Bonaerense en febrero de 1977 y detenidos en la Comisarí­a 5 ª de La Plata, mientras Elena contaba con un embarazo de cinco meses. Pero este caso, además de implicar una reparación colectiva de nuestra identidad, también fue el primer resultado del accionar de la Unidad Especializada en Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado, que fue creada en el 2012 por la Procuradora General de la Nación, que luego llevó la denuncia a un juzgado federal y solicitó la extracción de sangre. Es que los primeros indicios que acercaron a la nieta 115 comenzaron en el año 2010, Abuelas y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) recibieron una denuncia con información sobre una joven radicada en el exterior, que podrí­a ser hija de desaparecidos. Estela contó a los medios de comunicación que se hicieron eco de esta “buena noticiaˮ, que gracias al Equipo Argentino de Antropologí­a Forense en 2009 se identificó el cuerpo de Héctor Baratti, que fue tirado en un vuelo de la muerte. “El mar lo trajo. Estaba junto con otra gente del PCML (Partido Comunista Marxista Leninista). Habí­an pasado por varios camposˮ, relató a Página 12 el 26 de agosto de 2014. La tí­a habí­a declarado en juicios por causas de delitos de lesa humanidad, la complicidad de la cúpula de la iglesia católica con el terrorismo de Estado, denunciando acciones del propio capellán Christian Von Wernich, y sugiriendo los enlaces con Inteligencia y la Iglesia con la apropiación de menores y con el Movimiento Familiar Cristiano. Si hay un hecho social que logró provocar dolor y alegrí­a de manera colectiva fue cada encuentro, cada nieto que recuperaba su libertad, y al que se le asignaba simbólicamente un número, develaba un trasfondo lleno de historias comunes. Dos papás enamorados y comprometidos solidariamente con su pueblo, que dieron la vida para dejarle un mundo mejor a su hija, que con el mandato de la libertad en su nombre, acaba de parir su propia historia.
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